Guindos admite que la recuperación económica no llega a los ciudadanos

Los números van bien, pero los ciudadanos no lo notan. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha admitido que la recuperación de la economía "incipiente" no se ha traducido "en una mejora real de la economía de los ciudadanos". Las declaraciones del ministro, en el transcurso de un acto organizado por Europa Press, estuvieron teñidas de optimismo, pero llenas también de contradicciones.

No se trata sólo de la constatación de que la macroeconomía va por un lado y el bolsillo del ciudadano por otro. Guindos dió por resuelto el saneamiento de la banca,pero al mismo tiempo admitió que las empresas se enfrentan a problemas de financiación saneamiento que ponen en riesgo su supervivencia. Soplar y sorber a la vez. Al tiempo que De Guindos sostenía que la banca está ya "en condiciones de apoyar la recuperación", es decir, de prestar dinero al tejido empresarial, el ministro anunciaba la próxima aprobación de un anteproyecto de ley de capital riesgo como "canal alternativo al bancario" en el que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, "están encontrando dificultades".

El anteproyecto de capital riesgo forma parte  del paquete de reformas que prepara el Gobierno para la próxima primavera y que tratará también de aliviar la situación de aquellas empresas que, endeudadas, ven peligrar su actividad pese a ser rentables porque no pueden devolver los préstamos con sus correspondientes intereses. Una vez más, la contradicción. De Guindos considera indispensable continuar con el proceso de desendeudamiento (desapalancamiento) de la economía, pero admite que, en las condiciones actuales, se está llevando por delante empresas y empleo.

Deuda de empresas y familias

Ese proceso, acelerado, es el que ha restado 300.000 millones de euros en deuda de empresas y familias al mismo tiempo que la riqueza, el PIB, se contraía de forma importante (1,3% en 2012 y 1,2% en 2013). El resultado: seis millones de parados y una tasa de paro del 26%, "inaceptablemente alta" tasa de paro del 26%,según la calificó Guindos. Pero aceptada realmente en aras de un bien mayor: se trata, según Guindos consolidar una recuperación todavía débil, pero con mejores fundamentos, avanzó, que los "brotes verdes" del año 2011.

El responsable de Economía del Gobierno defendió en este sentido la reforma laboral y la contención salarial aplicadas porque han permitido, en su opinión, ganar competitividad. Todo ello a pesar de que los datos de Economía muestran una pérdida de siete puntos del PIB de renta y tres millones más de parados desde le inicio de la crisis. En todo caso, el optimismo sigue siendo norte y guía: "en el primer semestre" aseguró Guindos "habrá creación neta de empleo".

A ese objetivo no ayudarán las políticas que están aplicando algunas multinacionales como Coca Cola, con anuncio de despidos y cierre de plantas. El polémico tema se hizo hueco en las preguntas al ministro que recomendó a la multinacional, de forma indirecta, que  puede ser mejor y hasta más elegante, rebajar salarios que despedir trabajadores. La frase textual: "Tenemos que ser conscientes de que siempre la peor solución es el despido y ahora hay instrumentos de flexibilidad desde el punto de vista salarial que pueden conseguir los mismos efectos por su impacto en la estructura de costes de la empresa que sin embargo tienen mucho menos coste desde el punto de vista del paro".

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La tarifa de la luz

El ministro de Economía abordó todos los temas de actualidad, desde las modificaciones en el sistema de cálculo de la tarifa de la luz, hasta el cumplimiento de los objetivos de déficit, pasando por la próxima reforma tributaria. Guindos explicó al respecto que la nueva tarifa de la luz, basada en los precios del mercado diario (spot) permitirá reducir la factura, tal y como sostiene Industria. Sobre el déficit, aseguró que se cumplirá el objetivo (6,5%del PIB) incluso aunque alguna comunidad autónoma registre desvíos.

Acerca de la reforma tributaria que prepara el Ministero de Hacienda avanzó las grandes líneas: ampliación de bases imponibles, racionalización de deducciones, incentivos al ahorro y solución a un impuesto de sociedades con grandes diferencias entre tipos nominales y efectivos que dibujan una situación, en palabras de Guindos, que "no es lógica".