MERCADO LABORAL

¿El fin de la moderación salarial?

Patronal y sindicatos se acercan a un acuerdo para prorrogar los convenios

La recuperación está en marcha y en 2015 se consolidará. El Gobierno prevé crecer un 1,2% ese año, y promete que, gracias a la reforma laboral, con ese aumento del PIB se creará empleo neto. Además, ya ha anunciado para entonces una rebaja de impuestos. Es año electoral. También debería ser el primero de un nuevo acuerdo entre patronal y sindicatos que suceda al firmado en 2012 y sentó las bases para la moderación salarial y la negociación colectiva de los dos últimos ejercicios. Ese pacto caduca el 31 de diciembre y los agentes sociales deberán sentarse a negociar después del verano para renovarlo.

UGT y CCOO ya han empezado a reclamar salarios más altos. Y se refieren a los reales, descontada la inflación: “Tienen que ganar poder de compra”, apremia el sindicato que encabeza Ignacio Fernández Toxo en su informe al Consejo Confederal del sindicato. El objetivo de esa subida, señala UGT en su propuesta para un nuevo modelo económico y social, es no sólo reducir las desigualdades y la pobreza, sino también reactivar el consumo, para recuperar a su vez la producción y el empleo. Inopinadamente se sumó a ellos el pasado lunes la ministra de Empleo, Fátima Báñez. “Nadie puede defender que el modelo de España es el de bajos salarios. Es una estrategia abocada al fracaso”, aseguró en una entrevista publicada en la revista de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC).

Según dijo, el Gobierno sólo defiende un “ajuste salarial coyuntural”. Y las estadísticas coinciden en que lo ha conseguido. Cuestión aparte es si se quedará en un recorte coyuntural. Hasta el Banco de España ha reconocido en sus informes que el único objetivo alcanzado por la reforma laboral en sus dos años de funcionamiento ha sido, precisamente, uno que no estaba explícito: la devaluación salarial. Los salarios han bajado, aunque la cuantía del desplome varía según el organismo o método empleado para medirlo. UGT cifra la caída de los costes salariales reales en un 8,1% sólo en 2013. En 2012 se redujeron otro 6,5%. Según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), los sueldos reales han encogido un 12% desde 2010.

Además de en las nóminas y en las estadísticas, la rebaja de sueldos ha quedado fijada en los convenios colectivos. El año pasado la subida media pactada fue del 0,57%, tres centésimas por debajo del 0,6% establecido en el acuerdo de sindicatos y patronal. Pero menos de la mitad del 1,31% pactado en los convenios de 2012. Los sindicatos creen, por tanto, que los trabajadores han cumplido su parte del acuerdo y que su sacrificio ha sido considerable. Por el contrario, reprochan a los empresarios que no hayan consentido en rebajar sus márgenes y en reducir los precios. “No han estado a la altura de las circunstancias y han dejado el acuerdo tocado de muerte”, se lamenta el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer. Tampoco ha tocado la Administración las tasas públicas y los precios regulados.

“Ya estamos hablando de todo”

No obstante, la maquinaria ya está en marcha para volver a la mesa de negociación. Por el momento, sindicatos y patronal han creado un grupo de trabajo que elaborará un informe sobre salarios. Sobre esa base comenzarán a discutir a final de año. “Ya estamos hablando de todo”, revela el número dos de CCOO, Ramón Górriz. Aunque los sindicatos también se encuentran a la espera de que tome las riendas el nuevo responsable de Relaciones Laborales de la CEOE, Jordi García Viña, que acaba de suceder en el puesto a José de la Cavada y será su interlocutor en las negociaciones.

“Ojalá podamos crecer el 1%, o por encima del 1%, para aumentar los salarios”, ofreció ayer el presidente de la patronal, Juan Rosell. Si se cumplen los pronósticos del Gobierno para 2015, el deseo del responsable patronal se hará realidad: prevé que el PIB crezca un 1,2% ese año, y un 1,7% en 2016. Según la Unión Europea, la economía española ya crecerá un 1,7% en 2015. Y el BBVA es aún más optimista: calcula un alza del PIB del 1,9% para ese ejercicio. “Vamos a hacer todo lo necesario para alcanzar un acuerdo con los sindicatos sobre moderación salarial y también para modernizar la negociación colectiva”, se comprometió Rosell.

CCOO ya ha adelantado que pedirá un aumento de los salarios “asociado a la evolución de la productividad”. Un concepto que se había abierto paso en el anterior acuerdo, aunque el sindicato no renuncia a introducir como “referencia” para subir los salarios el IPC. Eso sí, añadido a otras magnitudes como el PIB o la previsión social. Y el alza de los sueldos tendrá que vincularse, además, no sólo al mantenimiento de los puestos de trabajo sino también a su “calidad”. Porque la amenaza de que el empleo que se cree nazca con el estigma de la precariedad va cobrando cuerpo. Juan Rosell calcula que con un crecimiento del 1% del PIB podrán crearse entre 150.000 y 200.000 puestos de trabajo, “pero quizá no a tiempo completo”, advirtió enseguida. La apuesta, tanto del Gobierno como de la patronal, para acelerar la generación de empleo es el contrato a tiempo parcial, como mal menor. “Nuestra idea es mantener el poder adquisitivo de los salarios e ir más allá en empresas con beneficios”, apunta Ramón Górriz.

Negociación colectiva

El acuerdo también deberá establecer las reglas de la negociación colectiva para los próximos años. La reforma laboral la ha “debilitado” considerablemente, protesta Toni Ferrer, de forma que la mitad de los trabajadores tenían aún en 2013 su convenio pendiente. El conflicto provocado por el fin de la ultraactividad –la prórroga automática de los convenios caducados mientras se negocia su renovación– impuesto por la reforma fue superado por otro acuerdo in extremis al que llegaron sindicatos y patronal el pasado mayo. Un pacto que Górriz quiere ampliar para acabar con los litigios.

No obstante, aún quedan flecos. Aunque el dirigente de CCOO destaca que los 9,8 millones de convenios firmados en 2013 son “un buen suelo para comenzar las negociaciones”, hay otras sombras. Ambas partes se encuentran a la espera de que el Tribunal Supremo siente doctrina sobre la ultraactividad. Hasta ahora la mayoría de las sentencias de la Audiencia Nacional y de numerosos Tribunales Superiores de Justicia han fallado contra las patronales, avalando la validez de los acuerdos de vigencia incluidos en los propios convenios por encima del límite de un año impuesto por la reforma laboral. Estas cláusulas han salvado así a un buen número de pactos laborales de la desaparición.

Además, los empresarios están buscando nuevas maneras de eludir la negociación colectiva al uso. Al menos los guipuzcoanos, que a través de su patronal, Adegi, propone en su Guía de Relaciones Laborales promover acuerdos individuales entre la empresa y cada uno de sus trabajadores. “Es una propuesta de máximos de la patronal”, opone Ramón Górriz, “la realidad es otra, por lo que está condenada al fracaso”.

Otro escenario

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El acuerdo de 2012, alabado por el Gobierno en multitud de ocasiones, se firmó en un escenario muy distinto del actual. El PP acababa de llegar el poder y aún no se había aprobado la reforma laboral. La CEOE había superado el turbulento fin de Gerardo Díaz Ferrán al mando con la elección de Juan Rosell. Dos años y un millón de empleos destruidos después, los sindicatos acuden a la mesa de negociación considerablemente debilitados. La reforma laboral les ha quitado buena parte de su capacidad para intervenir en las relaciones laborales, aumentando el poder discrecional de los empresarios. Las denuncias sobre su financiación y los casos judiciales que salpican a UGT los casos judiciales que salpican a UGThan dañado su credibilidad. Tampoco ayuda un Gobierno que no consulta sus decisiones de política laboral con quienes se suponen que son los “interlocutores sociales”, y las aprueba a golpe de decreto. “Nos enteramos de lo que van a hacer la víspera de los consejos de ministros”, se quejan.

Además, éste es año electoral en las patronales. La madrileña CEIM, la más importante de la CEOE, celebrará comicios el 24 de marzo. Con Arturo Fernández competirá Hilario Alfaro, hasta ahora presidente de la Confederación de Comercio de Madrid. En junio abrirá las urnas Cepyme, la patronal de las pequeñas y medianas empresas. Y en diciembre será el turno de la CEOE. Sus dos contrincantes de hace cuatro años, Jesús Banegas y Francisco Herrero, han abandonado sus respectivas patronales (Ametic y la andaluza). El primero preside CEOE internacional y el segundo dimitió tras ser imputado en un caso de estafa. Juan Rosell dice que hasta después del verano no revelará si vuelve a presentarse. Pero la patronal estará de campaña electoral al tiempo que discuta con los sindicatos el nuevo acuerdo salarial.

“Fácil no va a ser”, augura Toni Ferrer sobre la negociación, “hay que reflexionar qué sentido tiene un acuerdo si no hay corresponsabilidad del Gobierno y la CEOE”.

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