SECTOR PETROLERO

Argentina emitirá deuda para compensar a Repsol por la expropiación de YPF

Antonio Brufau, en una comparecencia ante los medios de comunicación en 2012.

El Consejo de Administración de Repsol va a aprobar el principio de acuerdo alcanzado en noviembre de 2013 con Argentina para cerrar la disputa por la expropiación del 51% de YPF. La petrolera que preside Antonio Brufau recibirá títulos de deuda argentina que asegurarán una compensación de 5.000 millones de dólares (3.646 millones de euros). La dirección de Repsol, empujada por sus accionistas más destacados –La Caixa y Pemex–, renuncia a la reclamación incial de 10.000 millones de dólares. La petrolera ha provisionado 1.279 millones de euros para cubrir el desfase entre la compensación pactada con Argentina y el valor en libros de la filial. El acuerdo deberá ser aprobado por la junta de accionistas que se celebrará dentro de un mes, según fuentes empresariales.

La cuestión fundamental para Repsol es asegurar el cobro de los 5.000 millones de dólares pactados. Como la deuda argentina cotiza con descuento, es muy probable que la Secretaria de Finanzas argentina emita títulos por una cifra nominal superior. Asegurará así el valor de mercado de los títulos. Repsol cobrará una "cesta" de títulos que incluirá, según ha detallado la prensa argentina, un nuevo bono a diez años con una tasa de interés cercana al 8,75%.

La aprobación del acuerdo por parte del consejo de la petrolera no cierra el caso. El compromiso, según señalan fuentes al tanto de las negociaciones, requerirá una ley en Argentina porque las nuevas emisiones de deuda no están contempladas en el presupuesto de 2014.

Legislación argentina

La ley argentina que amparó la expropiación de la filial YPF fue la llamada de Soberanía Hidrocarburífera. Entre otras cosas, establecía que sería el Tribunal de Tasaciones el que determinaría el precio de los bienes y que el pago se realizaría en un plazo de dos años.

La aprobación del acuerdo con Argentina, señalan las fuentes consultadas, cierra dos de las vías abiertas: el papel del Gobierno español, activo en la busqueda de una solución, y la ansiedad en la petrolera mexicana Pemex, accionista destacado de Repsol (9,4%), que deseaba el acuerdo para encajar a la petrolera española en su nueva estrategia.

El Gobierno mexicano de Enrique Peña Nieto ha roto el tabú del petróleo como recurso propiedad del Estado y de Pemex como su único guardián. Ha reformado la Constitución y, en los próximos meses, aprobará las normas que amplían el margen de maniobra de Pemex para actuar en el negocio petrolero.

Pemex, que ha sido muy crítica con la gestión de Brufau en Repsol, quiere que la petrolera mire hacia México. Y no descarta cambios en la petrolera. Así lo ha explicado en una entrevista esta misma semana el coordinador de asesores de Pemex, Carlos Roa. "¿Están planteando ustedes un cambio de personas en la gerencia (de Repsol)?", planteaba el entrevistador.  "Es una de las opciones, pero no es una decisión de Pemex", explicaba Roa. "Pemex no puede decir mañana: voy a remplazar a estos administradores. No estamos diciendo: yo quiero colocar a equis. Queremos que la gente reflexione: los minoritarios, los otros accionistas, será una decisión de los accionistas definir quién quieren que administre sus recursos".

Acuerdo al más alto nivel

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El compromiso que se aprueba ahora fue sellado en noviembre pasado al más alto nivel en Buenos Aires por el ministro de Industria, José Manuel Soria, y el presidente de La Caixa y vicepresidente de Repsol, Isidro Fainé (primer accionista de Repsol, 12,2%), con el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, y los máximos responsables de Pemex, Emilio Lozoya (9,2% de Repsol), y de YPF, Emilio Galuccio. Brufau no estuvo en la reunión.

Ese principio de acuerdo, negociado al más alto nivel por tres Gobiernos (Argentina, España y México) y tres empresas (Repsol, Pemex e YPF), no da acceso a Repsol al activo más deseado de YPF, que precisamente la petrolera española contribuyó a poner en valor: los 12.000 kilómetros cuadrados ya explorados del yacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta (Neuquén). 

Ese yacimiento, clave en la pelea, es una formación rocosa repleta de gas de 30.000 kilómetros cuadrados, el equivalente a la superficie de Galicia, en las provincias argentinas de Neuquén y Mendoza.

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