Los abusos de la banca

El Gobierno y la banca esconden el coste real del rescate en una montaña de datos contradictorios

La mejor forma de ocultar algo es dejarlo a la vista de todos. En el caso del rescate bancario, la máxima se cumple. El Gobierno, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), la patronal del sector AEB, el Tribunal de Cuentas y el Banco de España han puesto a la vista de todos los números del rescate que ha evitado el desplome del sector. El problema es que tras publicarlos, nadie tiene claro cuánto va costar al ciudadano evitar la posible quiebra del sistema financiero.

Los números son muy dispares. Varían desde 53.081 millones de pérdidas estimadas por la patronal bancaria AEB, los 37.479 millones estimados por el FROB en enero o los 43.479 millones que, según explicó en el Congreso en febrero el diputado socialista Valeriano Gómez, da por perdidos la oficina estadística europea Eurostat.

El dinero público empleado en forma de inyecciones de capital y medidas de liquidez para sostener el entramado financiero varía también de forma ostensible. La AEB sostiene que han sido 77.800 millones; el Tribunal de Cuentas, que examinó los números del FROB, eleva la cantidad a 107.000 millones y el Banco de España (septiembre de 2013) limita esa cifra a 61.000 millones (incluidos los 41.000 millones del préstamo europeo).

Recursos públicos

Otras estimaciones, como las realizadas por la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda o la Fundación de las Cajas de Ahorros (Joaquín Maudos) sitúan la cifra de recursos públicos destinada a apuntalar entidades financieras entre 150.000 y 160.000 millones de euros. Por comparar, el importe de las prestaciones de pensiones contributivas y no contributivas en 2014 alcanza los 127.000 millones de euros.

Los recursos destinados a reflotar el sistema financiero son los más altos contabilizados nunca. El catedrático de la Universidad de Barcelona Antoni Garrido ha calculado que los fondos destinados a la banca son hasta ocho veces mayores que los utilizados en todos los episodios de crisis financieras registrados desde 1978 a 2004 (22.118 millones de euros).

Los números están ahí. Aparentemente nada se oculta, pero para el ciudadano común (y aun para los expertos) es imposible saber lo que de verdad ha costado salvar a la banca de la quiebra. Menos aún se puede aclarar cuánto va a acabar costando todo el plan de salvamento.

Cambios en meses

Las cifras varían en cuestión de meses. El cambio más reciente, publicado por El País, afecta a los créditos fiscales (ahorros de impuestos a futuro por pérdidas pasadas) avalados por el Estado y autorizados por decreto en noviembre de 2013. Los cálculos apuntaban a que esos créditos fiscales (Activos Fiscales Diferidos) podrían reforzar el capital de los bancos en 30.000 millones. Los cálculos reales apuntan a 40.000 millones, una cifra similar a la del primer rescate.

Ministros como el de Economía, Luis de Guindos, han justificado la falta de precisión en los números en que algunas de las partidas (como los 40.000 millones de créditos fiscales) son meros apuntes contables que se concretarán o no en el futuro. Pero la banca es, sobre todo, contabilidad. Sin ella, la banca se queda en oficinas, escaparates y cartelería.

Economistas como Julio Rodríguez, expresidente del Banco Hipotecario (Economistas Frente a la Crisis) califica el apoyo al sistema mediante créditos fiscales de "artificioso": "Un regalo que demuestra que los problemas en la banca subsisten".

La calificación de "regalo" no es exagerada. El aval estatal a los créditos fiscales no conlleva contrapartidas, al menos conocidas. Ni siquiera está claro que faciliten la esencia de ser de la banca: prestar dinero. 

Los beneficios de la banca (7.274 milones en 2013) conviven con un crédito todavía estrangulado, una morosidad del 13,4% y un descenso de la actividad bancaria típica (prestar dinero) que ha caído un 22,5% desde el año 2008, según el economista Bruno Estrada (Economistas Frente a la Crisis).

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