Reforma fiscal

El cálculo electoral impulsa la bajada de impuestos pese al agujero de ingresos

El ministro Cristóbal Montoro, junto a representantes de la patronal este martes en el ministerio.

Ante todo, votos. La debacle electoral de los grandes partidos (PP y PSOE) en las elecciones europeas ha animado al Gobierno a ir más allá de lo inicialmente previsto y plantear una rebaja de impuestos más amplia y con más impacto para las arcas públicas de lo que preveía inicialmente. La rebaja se plantea en un país que tiene una presión fiscal del 32,5%presión fiscal del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012, ocho puntos por debajo de la media de los países de la eurozona, y que cerró el ejercicio 2013 con una desviación de ingresos respecto a lo presupuestado de 17.000 millones de euros.

Hasta el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, se ha visto en la obligación de recordar que el esfuerzo de consolidación fiscal que tiene pendiente la economía española es "muy significativo" con una senda de reducción del déficit público hasta 2017 de 55.000 millones de euros. Toda una cifra, equivalente al 5,5% de la producción del país en un año.

Tras la reforma que estudiará este viernes el Consejo de Ministros, se encuentra la idea tradicional de la corriente neoliberal: a menos impuestos, más actividad y, finalmente, más recaudación. Los planes de recorte de impuestos conviven, mientras tanto, con las políticas de ajuste que el Gobierno aplica desde 2011.

La pérdida de votos alienta la idea de elevar la apuesta fiscal. Se trata de que noten la medida no sólo las rentas más castigadas por la crisis, aquellas sobre las que cargaron las más de 40 subidas impositivas aprobadas por el Gobierno de Mariano rajoy  desde dicienbre de 2011, sino la mayor cantidad de votantes posibles.

Rebaja del tipo máximo

En esencia, los planes filtrados desde el Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro contemplan los siguientes puntos destacados: rebaja del tipo máximo del IRPF del 52% al 50% (rentas de más de 300.000 euros), en línea con las recomendaciones del comitéLagares; rebaja del tipo mínimo del impuesto del 24,75% al que se elevó hace dos años, al 24% e incluso por debajo; rebaja en dos años del impuesto de sociedades del tipo del 30% actual al 25%; simplificación de los tramos de la tarifa de los siete actuales a cinco; respeto de la tributación por módulos a los profesionales que venden a particulares y nuevo tipo del 15% para empresas de nueva creación. Quedarían exentos de declarar los ingresos inferiores a 12.000 euros y el IVA tampoco subiría.

El coste de la rebaja podría alcanzar los 7.000 millones de euros en dos años, por encima de los adelantado en el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas. El plan de rebajas contradice, además, las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, de Bruselas y del Banco de España para que España eleve los impuestos indirectos (el IVA fundamentalmente) y confirme la senda que debe recortar el déficit público (7,1% en 2013) al 4,2% en 2015 y al 2,8% en 2016.

"No hay margen (para bajar impuestos)", sostiene el economista José Carlos Díez. En una entrevista en Capital Intereconomía, Díez explica que la rebaja de impuestos es "una cuestión política y no económica"  que ignora las desviaciones importantes de ingresos registradas en 2013.

Una crítica con base

La crítica tiene base. En 2013, los ingresos tributarios de la Administración Central (antes de las transferencias a las CCAA) ascendieron a 168.000 millones de euros, una cifra similar a la de 2012. La desviación sobre lo presupuestado fue de 9.000 millones. A esa cifra hay que añadir una desviación en el presupuesto de la Seguridad Social de otros 8.000 millones, lo que da como resultado un "roto" de 17.000 millones de euros.

Ese agujero es el que hace tentarse la ropa incluso a los expertos que sí creen en las rebajas de impuestos como acicates de la actividad y del consumo. "Creo que la economía necesita estímulos fiscales" asegura el profesor Carmelo Tajadura, subirector del Instituto de Macroeconomía y Finanzas "pero el problema es que no hay margen si queremos reducir défcit y generar ahorro".

Sin embargo, el Gobierno es mucho más optimista. Su apuesta es que el crecimiento económico (1,2%) hará aumentar rápidamente la recaudación. En esta línea, el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, ha avanzado que los ingresos tributarios hasta marzo han crecido por encima del 5% respecto al mismo período de 2013 en términos homogéneos.

Problema de recaudación

Pero los datos son tozudos y muestran que el país tiene un problema de recaudación. Es algo que casa mal con la anunciada rebaja de impuestos si se quiere mantener un remedo de Estado de Bienestar. La presión fiscal en España (recaudación respecto al PIB) está en el 32,5% cuando países como Italia y Francia tienen presiones fiscales en el entorno del 45% y Alemania y Holanda, en torno al 40%. Sólo los pequeños países bálticos y algunos del este de Europa registran cifras inferiores a las de España.

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Buena parte del problema se explica por el fraude.Sencillamente, el fraude no es una prioridad para el Gobierno. Así se ha puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones (amnistía fiscal, escándalos en la Agencia Tributaria, reducción de medios humanos y materiales, etc), tanto es así que los resultados en la lucha contra el fraude se han reducido en 2013 en un 9%.reducido en 2013 en un 9%

Pese a todo, los partidarios de las rebajas insisten en que éste es el momento. "Cualquier pérdida recaudatoria (por la reforma fiscal) será compensada por la mayor actividad" explicó en una reciente entrevista el socio director de Equipo Económico Salvador Ruiz Gallud.

A favor de la corriente de rebajas suman, además del aumento de ingresos en los primeros meses del año, las medidas aprobadas por el Banco Central Europeo para estimular la economía de la zona euro.  La mejora de los mercados y la caída de la prima de riesgo permitirán ahorrar en intereses de una deuda que, eso sí, se encamina hacia el 100% del PIB..A ello se une el anuncio de la privatización del 49% de AENAprivatización por el que el Ejecutivo espera obtener unos 2.500 millones. Carpe diem.

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