SECTOR FINANCIERO

El desplome del portugués Espirito Santo pone a prueba una recuperación cogida con pinzas

El desplome del banco portugués Espirito Santo pone a prueba una recuperación cogida con pinzas

Portugal no es EE UU. Tampoco el Banco Espirito Santo (BES), el segundo gran banco privado del país, es Lehman Brothers. Pero los problemas en el grupo familiar Espirito Santo asustan al sistema financiero europeo, inmerso en una recuperación cogida con pinzas. Ha bastado un estornudo en una esquina de la periferia de Europa para demudar rostros y frenar el optimismo.

Apenas un mes después de que Portugal saliera del rescate (78.000 millones y tres años de vigilancia de la troika), el temor a una recaída se ha adueñado del país. Para contener la avalancha, el banco central portugués (Banco de Portugal) ha acelerado el cambio de gestores en el BES, al tiempo que ha empujado para que la familia Espirito Santo (primer accionista con el 25%) reduzca su peso al 20% y deje en otras manos las riendas del banco.

El Banco Espirito Santo (75.000 clientes en España), controlado por Espirito Santo Financial Group (ESFG), controlado a su vez por Espirito Santo Internacional (cabeza inversora de la familia Espirito) tiene un gran peso en la economía portuguesa. Es el primer financiador de pequeñas y medianas empresas y su balance equivale a la mitad del producto interior bruto (PIB) del país (165.666 millones de euros en 2013). Por comparar: el balance de Bankia, epicentro del terremoto de las cajas en España, representaba un tercio del PIB.

Deudas milmillonarias

Los problemas del grupo Espirito Santo Internacional (ESI), con deudas que rondarían los 6.000 millones de euros y activos sobrevalorados en su filial (Espirito Santo Financial Group) sólo afectarían al banco en una pequeña proporción, según la versión oficial. La propia entidad informó, nada más estallar un caso del que ya se había hecho eco The Wall Street Journal en diciembre, que su exposición a las empresas del grupo era de 1.180 millones, mientras que disponía de un colchón de 2.100 millones para hacer frente al problema.

Pero el miedo no habla sólo portugués. La prueba es que en España, el Banco Popular y ACS han aplazado colocaciones de deuda por importe superior a 1.200 millones de euros dada la inestabilidad de los mercados. Las primas de riesgo de Portugal y de España también acusaron subidas después de que la Bolsa portuguesa suspendiera la cotización del BES. Es el temor a la recaída. Desde julio de 2007, las acciones del banco portugués han perdido más del 90% de su valor.

Pese a todo, en los bancos españoles con más presencia en el país vecino, Santander, BBVA y Banco Popular, no hay lugar para la duda. Fuentes de la entidad que preside Emilio Botín sostienen que el caso tendrá un escaso impacto en Portugal y será "irrelevante" en España.

Episodios de inestabilidad

Según las mismas fuentes, el caso del Espirito Santo formaría parte del ciclo de episodios de inestabilidad que afectan al sistema cada seis o siete años y que en este caso, además, el origen está en los problemas de una saga familiar (la de los primos Espirito Santo enfrentados). Un asunto, señalan las fuentes del grupo Santander, que hace recordar a lo sucedido con la familia Ruiz Mateos y Rumasa en España.

Para la banca española, el optimismo es dogma porque los nubarrones no han desaparecido en absoluto. Moody's ha mantenido en negativa la perspectiva de la banca española y desde la prensa anglosajona, la misma que desveló los manejos en BES, se destaca día sí y día también que las entidades españolas no han dejado atrás los riesgos. The Wall Street Journal ha destacado, en este sentido, que la morosidad real en la banca española es superior a la reconocida oficialmente (13,4% en abril).

Por eso, cualquier noticia negativa puede tener impacto en las economías más afectadas por seis años de crisis. "Portugal está en pleno ajuste y los problemas en el BES no le hacen ningún favor" explica el ex presidente del Banco Hipotecario, miembro de Economía Frente a la Crisis, Julio Rodríguez. No obstante, apunta que los problemas en el banco tienen que ver probablemente más "con un problema de tipo familiar (en alusión a la familia Espirito Santo), que con un problema de solvencia o liquidez".

Banco Espirito Santo o el ‘reinado’ de una familia en la República de Portugal

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Recelos

Más receloso, el economista José Carlos Díez considera (y así lo ha explicado en su blog) que las primas de riesgo europeas no contemplan el peor de los escenarios para el BES portugués, una entidad demasiado grande para dejarla caer, el famoso too big to fail) . Por lo tanto, este caso, en opinión del economista, "puede provocar otra crisis financiera y poner en riesgo la supuesta estabilidad financiera en toda Europa y, por lo tanto, en el mundo".

Suceda lo que suceda, quedarán por contestar algunas preguntas interesantes que nadie ha sabido explicar sobre lo sucedido en el banco portugués y el grupo financiero de los Espirito Santo: "¿Por qué este banco -se pregunta Díez-  no fue rescatado con ayudas públicas en 2011? ¿Por qué la Troika dejó al país salir del rescate, casualmente antes de las elecciones europeas, sin tener la certeza de que sus bancos pasarían el estrés-test?"

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