El reparto de cargos en la UE

Los fondos especulativos apoyan a Guindos para el Eurogrupo después de que el ministro favoreciese su negocio

El ministro de Economía, Luis de Guindos, durante su intervención en el desayuno organizado por la Apie.

El fondo de alto riesgo Bridgewater, uno de los mayores del mundo, ha apoyado públicamente las aspiraciones del ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, para presidir el Eurogrupo. Bridgewater, como otros fondos y sociedades de inversión, que también han alabado la política de ajuste del Gobierno, tiene buenas razones para respaldar al ministro, al fin y al cabo, uno de los suyos. De Guindos fue director de Lehman Brothers para España y Portugal hasta 2008 y ha facilitado con sus medidas que la inversión de los fondos especulativos en España haya crecido espectacularmente, un 51% entre 2009 y 2013, coincidiendo con la crisis.

Pese a los apoyos, el ministro español no lo tiene fácil. El holandés Jeroen Dijsselbloem, actual presidente del Eurogrupo, ha confirmado que tiene intención de seguir en su cargo hasta que expire su mandato en verano de 2015. Además, lanzó una carga de profundidad contra él al asegurar que la presión de España para hacerse con el puesto para el ministro Luis de Guindos no es necesariamente buena para la institución.

Pese a todo, Guindos cuenta con bazas. No se trata sólo de Bridgewater. Sin personalizar los respaldos en un ministro concreto, otros gigantes de la inversión internacional como Pacific Investment Management Company (Pimco), compañía especializada en la inversión en renta fija, también hizo público el respaldo a las políticas de ajuste y de poda del Estado de bienestar del Gobierno español.

En un encuentro de inversores profesionales celebrado en Madrid en junio (Spanish Summit), el vicepresidente de Pimco, Myles Bradshaw, alabó las reformas –laboral, financiera y bancaria– planteadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, aunque defendió más contundencia en la reforma laboral. A la pregunta de si Rajoy debería perseverar en el camino que le marcan desde hace tres años el FMI, la OCDE y una Comisión Europea controlada por la Alemania de Ángela Merkel, Bradshaw contestó con un rotundo "sí".

A la búsqueda de oportunidades

Todos y cada uno de los ajustes planteados han sido acogidos con alborozo por los gestores a la búsqueda de oportunidades. En las publicaciones especializadas, los directivos de fondos –de Alemania (DeAW) a EE UU (BNY Mellon IM)– han mostrado su apoyo explícito a las políticas de austeridad aceptadas y aplicadas por el Gobierno. En especial a la reforma laboral y a la financiera.

Laura Sarlo, de Loomis Sayles & Co, explicó en Funds People recientemente que los cambios en el sector financiero "han dado a los inversores confianza en que los activos están apropiadamente valorados y provisionados por si fuera necesario”. Otro tanto para De Guindos, un ministro capaz de definir el rescate para la banca como un simple "préstamo en condiciones ventajosas" para el sistema financiero.

Las alabanzas a las políticas diseñadas por el equipo económico de Rajoy, empujado por las exigencias del FMI, el BCE y la Comisión Europea, han sido abundantes y generosas. Basta un ejemplo: Joshua McCallum y Gianluca Moretti, economistas de UBS Global AM, gestora de fondos de UBS, han destacado en sus análisis que España haya corregido en menos de cinco años su competitividad de cara al exterior y haya logrado reducir un 10% los costes laborales hasta lograr un pequeño superávit por cuenta corriente. “La magnitud del ajuste es comparable al que hizo Alemania a principios de los 2000. Sin embargo, en contraste con España, Alemania disfrutó del apoyo de un robusto crecimiento global durante aquellos años”, destacaron McCallum y Moretti.

Desde el punto de vista de los gestores de fondos, sean de riesgo o simples compradores de deuda, los halagos están justificados. Las reformas han abierto muchas oportunidades de negocio. Desde 2009, los fondos especulativos internacionales han cerrado 116 operaciones116 operacionesde adquisición en España por importe de 24.317 millones de euros, según las informaciones de operaciones recabadas por infoLibre con datos de la CNMV y publicados por la prensa nacional e internacional con operaciones cerradas (documento adjunto).

Reformas por decreto

De Guindos, además, no ha dudado en tirar de decreto para reformar leyes (caso de la Ley Concursal) que favorecen las posiciones de la banca, pero también de los fondos especulativos, en empresas con problemas de financiación. Aunque el Ministerio de Economía vendió los cambios en la ley como una fórmula para facilitar ayuda financiera a empresas viables pero con problemas de endeudamiento, los cazadores de oportunidades vieron muy pronto una puerta abierta.

Así explicó un experto del bufete Gómez-Acebo & Pombo a potenciales clientes (fondos y gestoras)  la reforma de la Ley Concursal diseñada por De Guindos: “[El pasado 7 de marzo] el Gobierno español aprobó una importante reforma de la legislación concursal que está destinada a favorecer la PE (private equity) y la inversión HF (hedge funds) en España”. La frase forma parte de una carta de convocatoria a una presentación del bufete en Nueva York.

Los inspiradores de la reforma de la Ley Concursal fueron antiguos socios y conocidos del ministro De Guindos de las sociedades N+1 y McKinsey. El ministro de Economía, Luis de Guindos, y el actual presidente de N+1, Santiago Eguidazu, coincidieron en la sociedad de intermediación bursátil AB Asesores en los años 90. N+1, sostienen fuentes financieras, mantiene una interlocución muy fluida con el Ministerio de Economía.

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El origen de la idea

Fuentes bancarias y de las propias firmas confirmaron a infoLibre que la idea de diseñar una norma para facilitar la financiación de empresas en problemas partió de N+1 y Mckinsey en torno al verano pasado. La idea se presentó al ministerio en forma de estudio y comparativa de la legislación internacional.

Una portavoz del Ministerio de Economía negó que hubiera asesoramiento alguno. Admitió, eso sí, que "(N+1 y McKinsey) hicieron llegar un papel al ministerio que se recibió como otros muchos". Según el ministerio, la prueba de que no hubo tal labor de asesoramiento es que N+1 y McKinsey proponían la constitución de un vehículo respaldado por el Estado para empresas con problemas (una especie de banco malo) que no se aceptó.

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