El reparto de ayudas eléctricas a la gran industria eleva la presión sobre Soria

La historia se repite. La multinacional del aluminio Alcoa (2.000 empleos en España) está irritada porque el sistema ideado por el Ministerio de Industria para abaratar la factura de las grandes empresas consumidoras de electricidad –una subasta que pone precio a la disposición de las compañías a desenchufar la instalación en caso necesario– la ha dejado fuera de las ayudas. Como en 2012 y antes en 2008, la multinacional ha advertido de que el futuro de sus plantas en Avilés (Asturias) y A Coruña (Galicia), están en el aire.

El enfado de Alcoa se debe a que la subasta –denominada de "interrumpibilidad" con ofertas a la baja–, convocada por el Ministerio de Industria para repartir en 2015 un máximo de 550 millones de euros entre 139 grandes consumidores eléctricos, la ha dejado fuera del juego. La subasta celebrada la semana pasada hundió los precios y excluyó muchas ofertas. Entre ellas, un tercio de las realizadas por Alcoa para beneficiar a sus plantas de A Coruña, Avilés y San Cibrao (Lugo). Nada más conocerse el resultado, la empresa explicó que los servicios de interrumpibilidad a los que optaba eran necesarios para garantizar la competitividad de las plantas.

La irritación es evidente. infoLibre intentó obtener la versión de la empresa sobre la posibilidad de que Industria celebre una segunda subasta para contentar a la multinacional, sin conseguirlo. “Sería escandaloso” sostiene Jorge Morales de Labra, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. CCOO no lo cree así. El sindicato ha pedido al Gobierno que realice una nueva subasta de "repesca".

Posible arreglo

Pero la posibilidad existe, la norma lo permite y así lo han recogido medios como Cinco Días. El Ministerio de Industria, sin embargo, guarda silencio. Su titular, José Manuel Soria, se limitó a señalar, refiriéndose a Alcoa, que “no hay que establecer ningún tipo de vínculo entre decisiones que se tomen en el ámbito interno de una empresa, sea cual sea, y un mecanismo [la subasta] que el Gobierno ha aprobado y que introduce mayor competencia entre las propias empresas”.

La eventualidad de un "arreglo" no es una idea disparatada. No es la primera vez que la presión de Alcoa para abaratar los precios de la luz da frutos. En septiembre de 2012, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llegó a entrevistarse en Nueva York –adonde había viajado para un acto oficial– con el presidente de la multinacional, Klaus Keinfeld. Como ahora, Alcoa explicó que el aumento de las tarifas eléctricas comprometía la viabilidad de sus plantas en España. La entrevista dio resultado y Alcoa tuvo, como otras decenas de empresas con gran consumo, un precio favorable.

Los grandes consumidores de electricidad, alrededor de un centenar de industrias, se han beneficiado desde los años 80 de tarifas más reducidas por aceptar desconectarse del sistema eléctrico en caso de necesidad. Pero la última vez que hubo que interrumpir el suministro a grandes consumidores en la Península fue hace cinco años. Pese a ello, desde el año 2008 –cuando desaparecieron formalmente las tarifas industriales– los consumidores han pagado en torno a 3.000 millones de euros por un servicio que, teóricamente, asegura que no habrá problemas en caso de incidente.

Subvención encubierta

Ese dinero que pagan todos los usuarios y que beneficia a las grandes empresas levanta muchas críticas. El ex director del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE), Javier García Breva, califica los pagos de la interrumpibilidad de "subvención encubierta" que encarece la tarifa doméstica.

La agencia estadística europea Eurostat parece darle la razón. Según sus datos, entre 2011 y 2013, los precios eléctricos industriales en España han bajado, pero han subido los domésticos. Según Eurostat, en 2011, el precio de la electricidad para usuarios domésticos situaba a España en el octavo puesto entre 28 países europeos. En 2012 escaló puestos hasta el quinto lugar (sólo había precios más caros en Dinamarca, Chipre, Alemania y Bélgica) y en 2013 se colocó en la sexta plaza. Una pequeña mejora.

Los precios de la electricidad para la industria, por el contrario, han tenido un comportamiento más favorable. En 2011 y 2012, los precios industriales situaban a España en el puesto séptimo de la lista y en 2103 caían hasta el noveno lugar, por debajo de países como Alemania, Italia, Grecia e Irlanda y por encima de Reino Unido o Portugal.

Los datos alimentan la crítica de quienes sostienen que los usuarios domésticos pagan parte de la factura industrial. Incluso el ministro Soria asumió el argumento. En el programa El Debate de RTVE, Soria se explayó: "¿Y por qué vamos a pagar 700 millones de euros al año a la gran industria? Pues porque, de lo contrario, esas empresas, muchas de las cuales emplean a 4.000, 5.000 o 6.000 personas en España y tienen instalaciones que ya están amortizadas, dicen: 'Si ustedes no pagan esa interrumpibilidad, yo levanto la fábrica y me voy a otro país".

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Miedo a la deslocalización

El temor a la deslocalización y la pérdida de empleo ha agitado las aguas de la política asturiana. El líder de Foro Asturias, el exvicepresidente de José María Aznar Francisco Alvarez Cascos, ha cargado con dureza contra el ministro de Industria. Cascos, informe Europa Press, considera que "la política energética del Gobierno de Rajoy, como antes la de Zapatero, está dañando seriamente la competitividad de la industria española, con especial incidencia en Asturias".

Además, Álvarez-Cascos añadió que José Manuel Soria "ni siquiera está aplicando las medidas promovidas por la Unión Europea para los consumos eléctricos intensivos" y afirmó que el presupuesto de España en este aspecto es "ridículo y, además, ni siquiera se ejecutó en 2013". El presidente de Foro explicó que países como Alemania o Gran Bretaña han comenzado la asignación de "ayudas muy importantes" para compensar los costes de emisiones indirectas del suministro eléctrico.emisiones indirectas