España incumplirá el objetivo de déficit en 2015 incluso con las previsiones más optimistas

La economía no es algo exacto.La mejora de datos macroeconómicos fundamentales puede convivir con desequilibrios profundos. Eso explica, por ejemplo, que Mariano Rajoy, presidente de un país con una tasa de paro del 23,7% (EPA, tercer trimestre) pueda decir que "la crisis ya es historia". Explica también que los mismos analistas que revisan al alza las previsiones de crecimiento de la economía para 2014 y 2015 –se supone que con más empleo, más recaudación fiscal, mejora de exportaciones y también del consumo interno– adviertan que el país no podrá cumplir con el objetivo de déficit público comprometido con Bruselas el el Programa de Estabilidad 2014-2017: 4,2% en 2015; 2,8 % en 2016 y 1,1 % en 2017.

El último informe que mezcla previsiones optimistas de crecimiento de la economía y advertencias de incumplimiento de los objetivos de déficit es de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas). Según la Fundación, España cerrará 2014 con un déficit público del 5,5% –lo previsto por el Gobierno–pero en 2015, el déficit será del 4,6%, cuatro décimas por encima de lo pactado. Todo, en un marco de crecimiento del PIB del 2,4% (cuatro décimas más de lo estimado por el Gobierno) y un aumento de la deuda pública por encima del 100% del PIB (llegará al 102,6%).

Tras la advertencia sobre el más que probable incumplimiento del objetivo de déficit hay un rosario de razones. Los analistas de Funcas las han detallado en publicaciones como Cuadernos de Información Económica.Las causas del probable incumplimiento están en la tendencia al alza del gasto en pensiones; las dificultades para seguir rebajando el gasto autonómico y el riesgo de que se aplacen ajustes comprometidos por parte de las administraciones locales y autonómicas en un año electoral.

Coincidencia

Bruselas coincide con Funcas en que España superará en cuatro décimas –hasta el 4,6%– el objetivo de déficit comprometido para 2015 si realiz nuevos ajustes. Así lo advirtió tras examinar el proyecto de presupuestos para el próximo año. 

Los expertos de la Comisión Europea se han fijado en dos cuestiones sensibles para justificar su desconfianza y pedir nuevos ajustes: el momento elegido para rebajar impuestos –9.000 millones de menos ingresos en dos años– que sólo se justifica por motivos electorales y la falta mecanismos para sujetar el gasto de las administraciones autonómicas.

Pese a los recelos de la Comisión Europea, que estima un crecimiento para España el próximo año del 1,7% (tres décimas menos que el Ejecutivo español), el Gobierno mantiene el discurso. Cree que el cálculo de Bruselas sobre el déficit  se debe sólo a que los técnicos de la Comisión son un poco más pesimistas sobre las previsiones de crecimiento. Como marca el guión, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha descartado que el Ejecutivo vaya a aprobar ajustes adicionales.

España, aunque ha mejorado con las reformas (en 2013 incumplía seis indicadores de 11 y ahora "sólo" cinco), sigue mostrando desequlibrios respecto a los objetivos del Tratado de Estabilidad. Según el documento (página 40) elaborado por Bruselas, España incumple en paro (24,1% de media en tres años frente al 10% objetivo); deuda pública (92,1% del PIB frente al 60%); deuda privada; cuota de mercado exportador y posición neta en inversión internacional.Una seguridad aparente

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La aparente seguridad de que hace gala el Gobierno, aún reconociendo que una economía abierta como la española depende de cómo se comporte la zona euro, descansa en el abaratamiento del petróleo, el descenso de los tipos de interés y el debilitamiento del euro para animar las exportaciones.

Con los presupuestos de 2015 elaborados con una previsión de 114 dólares el barril de petróleo –esta semana ha caído por debajo de los 66 dólares– la caída de precios obra como bálsamo y energizante a un tiempo.

"La depreciación del euro y la favorable evolución del precio de las materias primas, fundamentalmente el petróleo, podría suponer un impulso adicional para la economía española de entre el 0,5% y el 1% del PIB" en un plazo de entre un año y un año y medio, calculó el ministro de Economía, Luis de Guindos en noviembre.