ELECCIONES MUNICIPALES

Aguirre ficha a un gestor de fondos de inversión para las listas del PP en Madrid

Aguirre ficha a un gestor de fondos de inversión para las listas del PP en Madrid

Como a Pablo Iglesias, a Antonio Miguel Carmona o a Pablo Casado. A Daniel Lacalle la televisión lo convirtió en un nombre mediático. Sus apariciones en los debates nocturnos de La Sexta junto a la pizarra electrónica le enfundaron la camiseta de economista ultraliberal, la misma que ya había defendido desde 2009 en sus columnas de El Confidencial y en sus libros –Nosotros los mercados (2013), Viaje a la libertad económica (2013) y La madre de todas las batallas (2014)–. Y de ahí a la política. Como el catedrático de la London School of Economics Luis Garicano en Ciudadanos o el ya expresidente del sindicato de inspectores de Hacienda Ransés Pérez Boga en el PSOE. Esperanza Aguirre lo presentó este martes como su gran fichaje para las listas del PP al Ayuntamiento de Madrid. Aunque el propio Lacalle no ha querido confirmar la noticia en conversación telefónica con infoLibre. “Estoy de viaje y no he escuchado ni leído lo que ha dicho o tuiteado Esperanza Aguirre”, se limita a explicar.

De confirmarse, será el resultado casi natural de una obvia convergencia ideológica. Esperanza Aguirre ha hecho bandera de sus ideas “liberales” atacando a los funcionarios –pese a que ella misma lo es– y defendiendo la privatización de servicios públicos y las bajadas de impuestos para impulsar la economía. Desde sus libros y columnas Lacalle fustiga las “administraciones hipertrofiadas” y aboga por “cercenar el gasto público”. “Los sistemas intervencionistas”, escribe, “se preocupan de los pobres porque crean millones de ellos”. “La solución no es ir bajando la definición de rico hasta que no quede ninguno, sino permitir que se enriquezca el mayor porcentaje posible de la población”, aconseja. Para ello, pide que se reduzca el “esfuerzo fiscal a niveles pre2004”, rebajando el IRPF, los impuestos a las empresas y promocionado el autoempleo.

De hecho, Aguirre y Lacalle se conocen desde hace tiempo. Por lo menos desde que la expresidenta de la Comunidad de Madrid presentó Viaje a la libertad económica en noviembre de 2013: “Es un libro muy valiente, que se atreve a decir cosas que los bienpensantes y los feligreses del progresismo ni quieren oír ni quieren pensar”, elogió la obra. También alabó al autor por haber destacado su profesión en la mismísima cabecera de la portada: “gestor de fondos de inversión y hedge funds en Londres”hedge funds. Los hedge funds son fondos de alto riesgo. Y la especialidad de Lacalle es especular con productos financieros ligados a la energía, el petróleo y el gas. Aguirre criticó entonces que a los “progres de manual” la de Lacalle siempre les resulte “una profesión más que sospechosa”.

Once años en Repsol, nueve años en fondos de alto riesgo

Porque Lacalle ha terminado hablando y escribiendo sobre deuda pública, desempleo, los bancos centrales o la política económica de Obama pero, en principio, sus dominios se limitaban al sector energético. Así, afirma que prohibir el fracking es “suicida”fracking: “El fracking, amigos míos, es la mayor fuente de mejora de competitividad de la economía americana, no imprimir moneditas [sus dardos favoritos se dirigen tanto contra la política de la Reserva Federal como contra el QE (expansión cuantitativa) recién estrenado por el Banco Central Europeo]”. O ataca las primas a las renovables y, en lo que al déficit de tarifa se refiere, no duda en alinearse con las tesis de las eléctricas y del Ministerio de Industria. A su juicio, ese déficit lo ha creado “el desarrollo de la mal llamada economía verde y la desproporcionada inversión en infraestructuras”.

El hecho es que Lacalle comenzó su carrera profesional en Repsol, donde fue durante 11 años director de Relaciones con los Inversores. Después repitió cargo en Enagas. En el banco holandés ABN Amro, rescatado en 2008 con 22.000 millones de euros públicos, fue analista de energía y servicios públicos. Desde 2007 su ocupación han sido fondos de alto riesgo internacionales, como Citadel y EcoFin Limited. Hasta que el pasado noviembre fue fichado como vicepresidente senior de Pacific Investment Management Company (Pimco), considerado el mayor fondo de inversión del mundo, con unos activos de 1,1 billones de euros.

Entonces se presentó su contrato y el de otros 20 altos cargos como un intento de la firma por recuperar los clientes perdidos tras la marcha de su fundador, Bill Gross. Además, a Pimco la está investigando el equivalente en EEUU de la CNMV (SEC, por sus siglas en inglés) ante la sospecha de que infló los rendimientos de uno de sus fondos destinado a pequeños inversores.

De Londres a Madrid

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Apenas cinco meses después de su llegada, Lacalle tendrá que dejar su lucrativo puesto en el gigante estadounidense, dejar Londres, donde trabaja, y trasladarse a Madrid. Aguirre dijo primero ante los medios de comunicación que el “brillante economista” se integraba en sus listas electorales. Después, en su cuenta de Twitter, sólo mencionó que Lacalle va a “colaborar” en su candidatura. Según las fuentes consultadas, Pimco ya dio un toque de atención al economista por sus comentarios “políticos” en Twitter, porque considera que pueden comprometer a la firma. “New Deal Europeo” ni es New ni Deal. La UE lleva despilfarrando en planes “industriales” desde 2001. Y no es “deal”: gastan ellos, paga usted”, tuiteó Lacalle el pasado día 22.

Es decir, que difícilmente podrá compaginar su cargo en el fondo de inversión con un trabajo, ni siquiera de asesor, en la candidatura de un partido político. Eso sí, de integrar las listas que Aguirre aún no ha elaborado, podrá repetir, quizá fuera de plató, quizá no, sus debates de los sábados por la noche en La Sexta con el candidato del PSOE al Ayuntamiento, Antonio Miguel Carmona.

Con Luis Garicano, en cambio, será más improbable que coincida. El exinvestigador de Fedea se ha quedado entre bastidores, redactando el programa económico de Ciudadanos. Pero coincide con Lacalle en otros detalles. Tanto Garicano como Lacalle son nietos de ministros franquistas. El primero, de Tomás Garicano Goñi, ministro de Gobernación desde 1969 hasta 1973. El segundo, de José Daniel Lacalle Larraga, ministro del Aire de 1969 a 1974. Eso sí, al gestor de fondos le gusta añadir que su padre, José Daniel Lacalle Sousa, militó en el PCE.

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