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NEGOCIACIÓN COLECTIVA

Bankia lidera la ofensiva de la patronal para recortar sueldos un 30% e imponer la jornada de tarde en las antiguas cajas

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, durante su comparecencia a los medios para ofrecer los resultados de la entidad, este 28 de febrero de 2015.

Sindicatos y patronal deben alcanzar un acuerdo sobre el convenio de las antiguas cajas de ahorro antes del 31 de diciembreconvenio de las antiguas cajas de ahorro si no quieren quedarse sin él. Pero a sólo tres meses de esa fecha las posiciones de unos y otros en la mesa de negociación se encuentran tan alejadas como el primer día, un ya lejano 12 de febrero. Quizás aún más, pues tras el verano y la última propuesta de las empresas, los ánimos sindicales se han caldeado y amenazan con movilizaciones e incluso una huelga.

Todos los sindicatos sentados a la mesa de negociación tachan de “inaceptables” los planteamientos de ACARL (Asociación de Cajas de Ahorros para Relaciones Laborales), que pide un recorte salarial de hasta el 30%, la implantación de la jornada de trabajo vespertina para más de las tres cuartas partes de las plantillas y la creación de una doble escala salarial –menores retribuciones para los nuevos contratados–. “Quieren desmantelar el convenio”, claman los sindicatos. Más aún: adivinan una estrategia premeditada para que el convenio decaiga –la reforma laboral limitó a un año la ultraactividad, la prórroga automática del convenio tras caducar y mientras se negocia su renovación–.

Una estrategia que, según revela CCOO y corroboran CSICA y CIC, capitanea Bankia. “Quiere cargarse el convenio para luego negociar uno propio de empresa”, aseguran. La secundan Abanca –las antiguas cajas gallegas–, Ibercaja, BMN y Unicaja, interesadas en que el sector del ahorro termine rigiéndose por el convenio de banca, que establece peores condicionesque establece peores condiciones. En esa misma dirección empuja Liberbank, “la entidad del sector con la que los sindicatos mantienen más conflictos, una auténtica campeona de los incumplimientos laborales”, según describen. Por el contrario, el líder del sector, Caixabank, mantiene un perfil bajo en la mesa. “Bankia lleva la voz cantante y Caixabank lo está consintiendo”, explican los representantes sindicales, que no ocultan su “extrañeza” por el “silencio cómplice” del banco catalán.

“Un solo gallo en el corral”

El presidente de CSICA, Luis José Rodríguez Alfayate, se dice sorprendido por la “beligerancia inusual” con que Bankia está defendiendo sus propuestas, “una beligerancia que no existe en el sector”. También le extraña que, pese a tener Caixabank unos intereses muy distintos a los de la entidad de José Ignacio Goirigolzarri, “sólo se vea a un gallo en el corral y no a dos”. Fuentes del sector replican que pese a su pasividad, Caixabank es la número uno, por lo que “no se hará nada sin que ella esté de acuerdo”.

Por su parte, el vicepresidente del sindicato CIC, Jordi Campins, asegura que la fusión de los convenios de ahorro y banca es ya un lugar común en el sector. Y no descarta que, en efecto, el objetivo último de la patronal sea rebajar las condiciones del convenio del ahorro tanto como sea posible para aproximarlas a las del convenio de banca. El responsable del sector financiero de CCOO, Juan José Giner, por su parte, no duda en calificar de “frente anticonvenio” la línea defendida por Bankia, apoyada por el resto de las entidades como “aliados ocasionales” y sostenida con la pasividad de Caixabank.

La patronal ACARL no ha respondido a las preguntas de infoLibre sobre esta cuestión. Y Bankia niega que esté teniendo un papel protagonista en las negociaciones. Aunque lo cierto es que el actual presidente de ACARL es Juan Chozas, director de Recursos Humanos de Bankia, además de ex secretario general de Empleo en los gobiernos de José María Aznar. En contraste, aseguran los sindicatos, Caixabank ha mandado a la mesa de negociación a un representante “casi de cuarta fila”.

La batalla del horario 'flexible'

Rodríguez Alfayate atribuye buena parte del protagonismo de Bankia en las negociaciones a su “empecinamiento” en imponer, primero en la propia entidad y ahora también en el convenio, la jornada partida. La entidad financiera acaba de comunicar a sus 2.500 gestores de banca personal, pymes y empresas, y asesores de las oficinas Plus+, que deben trabajar por las tardes. También tienen ya ese horario los empleados de las oficinas ágiles –abren hasta las seis de la tarde–, centros de liquidación y recuperación, multicanalidad –banca on line– y servicios centrales. En total, unos 4.000 trabajadores de una plantilla de 13.400 personas, casi un tercio.

No ha sido un cambio pacífico. Los sindicatos plantearon un conflicto colectivo que la Audiencia Nacional resolvió el pasado mes de julio con un acuerdo donde se establece que los gestores con cartera “podrán optar” por el horario partido o por otro “flexible que asegure el cumplimiento de la jornada anual y la debida atención al cliente”. El problema es que Bankia y los sindicatos han interpretado ese párrafo de forma muy diferente. Así, la entidad financiera envió un correo electrónico el pasado día 16 a los gestores donde les anuncia que a partir de ahora trabajarán por las tardes si no comunican lo contrario a sus superiores. Todos los sindicatos han recordado a estos trabajadores que no es “obligatorio” el horario partido, además de recomendarles que envíen otro correo confirmando su jornada actual. Sólo unos días antes, parte de los sindicatos –CCOO, ACCAM, SATE y CSICA– habían firmado con Bankia un acuerdo sobre el horario flexible en las oficinas ágiles, banca on line y servicios centrales.

Pero las espadas siguen en alto. Rodríguez Alfayate cree que Bankia quiere trasladar al convenio del sector lo que ya conseguido sólo para algunos departamentos de la propia entidad. “Así que, si el convenio le permite aplicar la jornada partida en toda la entidad, perfecto”, resume. Además, coinciden todos los responsables sindicales consultados, la extensión del trabajo vespertino permitirá a las entidades “legalizar” las miles de horas extraordinarias ilegales que se hacen en las sucursales. Un mal endémico que los sindicatos han transformado durante años en centenares de denuncias ante la Inspección de Trabajo, sin éxito alguno hasta ahora.

Supresión de cinco pagas extra

Otro caballo de batalla del convenio es la supresión de pagas extraordinarias y pluses. La patronal quiere eliminar cinco extras y sustituirlas por un máximo de tres vinculadas de los beneficios de cada entidad. Se quedarían en 18 pagas y media al año. La plantilla de Bankia disfruta ahora de 20 pagas –el personal procedente de Caja Madrid llega a las 23–. También pretende transformar en un concepto variable el plus de convenio, y eliminar los de residencia y antigüedad. En total, calcula el responsable del sector financiero de UGT, Sebastián Moreno, un recorte del 30% de las retribuciones, que debe sumarse a la congelación de sueldos del último convenio y a la pérdida de beneficios sociales que ha acompañado a los numerosos despidos colectivos sufridos por las cajas durante la crisis.

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Sin embargo, en la mesa de negociación no se ha llegado a discutir aún sobre aumentos salariales. Los sindicatos piden subidas de hasta el 3%, en la idea de recuperar la pérdida salarial de los últimos años y apoyados en los beneficios del sector: 3.482 millones en 2013. Bankia prevé ganar ganarmás de 1.000 millones este año. Caixabank duplicó sus ganancias en 2014 hasta alcanzar los 620 millones de euros. Abanca superó los 1.150 millones de beneficios el año pasado.

Finalmente, la patronal de las antiguas cajas plantea acabar con el sistema de promoción profesional del convenio: se asciende por capacitación –exámenes–, por antigüedad o por el desempeño de determinadas funciones. Las entidades intentan que a partir de ahora sólo se ascienda por decisión discrecional de cada jefe. “A dedo”, protestan los sindicatos.

“Si la patronal no da un giro en la próxima reunión, el 1 de octubre, convocaremos movilizaciones”, anuncia Sebastián Moreno, el único de los responsables sindicales consultados que no advierte el protagonismo de Bankia en la mesa de negociación. CCOO incluso ha empezado a hablar de una huelga. Jordi Campins apunta que los trabajadores de las antiguas cajas se debaten entre “el miedo, el cabreo y el desánimo” tras años de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Desde 2008, cuando todo el sector –bancos y cajas incluidos– sumaba 270.000 empleados, se han destruido 70.000 puestos de trabajo, un 26%. De ellos, casi 50.000 corresponden a las antiguas cajas de ahorros.

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