La renuncia de 116.000 mujeres a buscar trabajo explica el 40% de la caída del paro este verano

El paro cayó en el tercer trimestre en 298.200 personas, lo que sitúa la cifra total de desempleados en 4,85 millones, por debajo de los cinco millones por primera vez desde 2011. Según el Ministerio de Economía, las cifras desveladas por la Encuesta de Población Activa (EPA) muestran que el mercado laboral español ha “recuperado la vitalidad perdida”. Sin embargo, las estadísticas también revelan las debilidades de ese restablecimiento. La primera, que el descenso del paro de julio a septiembre en 298.200 personas se debe a la considerable caída sufrida por la población activa: 116.000 personas –el 40% de la bajada– han dejado de buscar empleo, desanimadas por la falta de oportunidades. La segunda, que el empleo realmente creado son contratados temporales: aumentan en 205.500, mientras disminuyen en 18.900 los contratados indefinidos. La alta temporada del turismo y la hostelería dispara la contratación en verano, pero sólo la eventual.

Éste ha sido, además, el primer trimestre del año en que ha descendido la población activa, después de seis meses en que la recuperación económica y del empleo parecía haber devuelto a muchos la confianza de encontrar trabajo. De hecho, la caída registrada de julio a septiembre ha anulado la subida que experimentó el número de activos de mayo a junio, casi exactamente la misma cifra: 116.100 personas. Esta alza de la población activa en el comienzo de 2015 fue la primera desde el tercer trimestre de 2012: en los tres últimos años no había hecho más que disminuir. Ahora vuelve a caer.

El brusco descenso de la población activa en este último trimestre tiene una segunda peculiaridad. El desánimo en la búsqueda de empleo lo copan las mujeres. De julio a septiembre dejaron de buscar trabajo  –porque regresaron al hogar, a los estudios o emigraron, por ejemplo– un total de 121.500; por el contrario, creció el número de hombres que decidieron activarse, aunque muy poco: sólo hay 5.400 más. El movimiento lo confirma, además, la estadística de flujos de la EPA, según la cual se ha producido en el trimestre un salida neta de 100.100 mujeres desde la ocupación hacia la inactividad.

Pero habría que añadir un tercer detalle. De las 116.000 personas que han abandonado la población activa, más de la mitad, 59.100, residen en la Comunidad de Madrid. En Cataluña, con sólo un millón más de habitantes, la caída de los activos ha sido mucho menor, de 30.800 personas.

Si la comparación se hace con el último trimestre de 2011, cuando el PP llegó al Gobierno, la población activa ha perdido a medio millón de personas. Es decir, hay menos parados que entonces, 437.500 menos, pero también menos personas que buscan trabajo, desalentadas tras demasiados años de crisis.

Más trabajo temporal

Por lo que se refiere al empleo, todo lo creó el sector servicios, 210.200 más de julio a septiembre, por sólo 13.100 la industria. La agricultura destruyó 30.900 puestos de trabajo y la construcción otros 10.300. Al frente del aumento del empleo, tanto en términos absolutos como porcentuales, se sitúa la comunidad autónoma de Baleares. En resumen, la estacionalidad ligada al turismo sigue marcando el paso al mercado laboral. De tal forma que la tasa de temporalidad ha escalado hasta la cifra récord del 26,15%.

Pero la hegemonía del contrato temporal va más allá de los meses del verano. Si la comparación se hace con el mismo trimestre del año anterior, el número de trabajadores eventuales ha crecido en 357.700 personas, el doble que los asalariados indefinidos, de los que ahora hay 178.100 más.

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Menos fijos, el doble de parados de larga duración

Sin embargo, si el recuento se hace con los datos de toda la legislatura, el saldo se invierte. Y desvela la precarización del empleo. Ahora hay 354.400 asalariados indefinidos menos que en el último trimestre de 2011, y 152.800 temporales más. La crisis se ha cebado con el empleo estable, mientras que el eventual continúa en auge. Es más, los fijos a tiempo completo, el núcleo duro del empleo de calidad, se han reducido en 540.000 asalariados. Los más precarios, los temporales a tiempo parcial, han crecido en 96.500 personas. En estos momentos, hay 2,44 millones de personas en España que trabajan por horas, 282.100 más que hace cuatro años, mientras que quienes tienen jornadas de ocho horas diarias se han reducido en 483.700.

Otro dato que dibuja el paisaje laboral de la legislatura es el paro de larga duración. Un total de 2,94 millones de personas llevan más de un año sin trabajar, casi 300.000 más que hace cuatro años. Pero el problema tras la cifra estriba en que, mientras los que llevan entre un año y dos en el paro se han reducido en 428.500 personas desde el último trimestre de 2011, los que superan los dos años sin empleo se disparan en 687.600. Prolongar el paro se está convirtiendo en una trampa de la que no se sale. Ésa es la razón por la cual los parados de larga duración son ya el 60,6% de los desempleados, cuando hace cuatro años no superaban el 50%. Pero es que entonces quienes llevaban más de dos años sin trabajar representaban sólo el 27% de los parados. Hoy ese porcentaje casi se ha duplicado y equivalen a cerca de la mitad, el 44,5%.