REFORMA LABORAL

El Banco de España contradice a Rajoy: el despido sigue siendo el primer recurso de las empresas para recortar costes

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Mariano Rajoy abrió este lunes en Moncloa la lista de éxitos de sus cuatro años de gobierno con la reforma laboral. Gracias a ella, aseguró, el despido ha dejado de ser “el primer instrumento al que recurren las empresas para adaptarse a la situación económica”. Sin embargo, el Banco de España, tras analizar la última encuesta de Wage Dynamics Network, una red de investigación de los bancos centrales europeos, contradice al presidente del Gobierno: en 2013 y 2014, el principal instrumento utilizado por las empresas para reducir costes continuó siendo el recorte de plantilla, tanto de trabajadores indefinidos como de temporales. Recurrieron a los despidos el 38% de las empresas que experimentaron una caída moderada de la demanda de sus productos y el 52% de las que afrontaron un fuerte descenso. Además, prescindieron de sus empleados eventuales el 62% de las empresas con un leve descenso de la demanda y el 41% de las que sufrieron su desplome.

Por el contrario, recortar salarios fue la herramienta utilizada sólo por el 6,3% de las empresas con problemas y reducir las horas trabajadas se convirtió en la solución únicamente para el 14,7%. Tuvo mucho más éxito la rebaja de la parte variable del sueldo, a la que recurrieron un 40% de las empresas, pero el informe del Banco de España precisa que ese componente representa sólo el 4,2% del coste laboral total.

Además, este reparto del catálogo de herramientas legales a disposición de las empresas “no ha variado de forma significativa” respecto a las otras dos encuestas previas, correspondientes a 2008 y 2009. Es decir, anteriores a la aprobación de la reforma laboral del PP, en 2012. En 2008, el instrumento mayoritario –lo usaron el 58,3% de las empresas–para recortar cortes fue rescindir el contrato a los trabajadores temporales. También en 2009 –el 57,5%–, aunque las más afectadas por la caída de demanda se decidieron igualmente por los despidos –el 12%–. Y sólo el 5% de las empresas recortaron salarios. En contra de lo que anunció Rajoy, pues, la reforma laboral no ha cambiado el modo en que las empresas gestionan sus crisis. Siguen prefiriendo los métodos drásticos antes que las “medidas de flexibilidad interna” que la reforma laboral pretende incentivar como alternativas a los despidos.

Y ello pese a que en la encuesta los empresarios reconocen que ahora es más fácil despedir trabajadores por razones económicas que antes de la reforma. El 47,4% de las empresas asegura que es más fácil ejecutar despidos individuales y el 42,2% que es más sencillo ejecutar despidos colectivos. El 20,4% cree que también son más simples los despidos disciplinarios. Para el 30% de las empresas preguntadas resulta igualmente menos complicado que antes recortar la jornada de los trabajadores o cambiar sus condiciones laborales. Un 26,5% dice lo mismo de rebajar los salarios.

La causa de esta relajación la atribuyen los empresarios hasta en un 83,4% a la reforma laboral en el caso de los despidos colectivos –en un 75,6% en los individuales–. Un 71% de las empresas achaca a los cambios legales que la contratación se haya abaratado. Eso sí, también adjudican al “cambio en la actitud de los trabajadores por el impacto de la crisis” la mayor facilidad actual para recortarles sus salarios –43%– y las jornadas, cambiarles de categoría –50%– o trasladarles de puesto. El 53,5% de las empresas de mayor tamaño elogian que puedan descolgarse del convenio colectivo con mayor agilidad.

Adiós a la inflación para subir los salarios

La encuesta se llevó a cabo sobre una muestra de 2.000 empresas en España, pero la investigación la llevan a cabo los bancos centrales de un total de 26 países europeos. Según el informe, España se sitúa entre los países donde fueron más acusadas las caídas de la demanda nacional y externa percibidas por las empresas durante la segunda fase de la crisis, “aunque también fueron de las menos persistentes”. Sus problemas financieros, como el acceso a nuevo crédito o a la refinanciación de su deuda, resultaron igualmente de los más graves.

De acuerdo con el análisis del Banco de España, a ambos tipos de dificultades las empresas españolas respondieron con “una mayor rigidez de salarios –más congelaciones, el 20%, y menos recortes, el 3,3%–, una mayor reducción del empleo temporal y una menor reducción del empleo indefinido que la media de las empresas de los 26 países participantes en la encuesta”.

Por tipos de empresas, el informe señala que las de mayor tamaño son más proclives a recortar la parte variable de los salarios y a prescindir de los trabajadores temporales. Y las del sector servicios, las que más han ajustado utilizando todo el catálogo de posibles herramientas. También las compañías más grandes son las que más usaron los descuelgueslas que más usaron los descuelgues de sus convenios, el 22,5%, frente a sólo el 5,2% de las de menos de 20 empleados.

Algo sí ha cambiado tras la reforma laboral en el comportamiento de las empresas. Las compañías que vinculan la subida de sueldos a la inflación se han reducido en casi 13 puntos porcentualesvinculan la subida de sueldos a la inflación, desde el 50% hasta el 37,2%. En 2008 llegaron a un máximo del 70%.

La incertidumbre frena más el empleo fijo 

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La encuesta también pregunta a los empresarios por los que consideran principales obstáculos para contratar trabajadores indefinidos. Cerca del 80% responde que “la incertidumbre económica” les frena. Las “elevadas” indemnizaciones por despido aparecen en cuarto lugar en la lista de impedimentos, con un 63% de empresas que las ven como relevantes. Les condicionan más los costes no salariales –71%– y laborales –65%– del contrato indefinido.

La reforma laboral abarató el coste del despido improcedente –de 45 a 33 días por año trabajado– y facilitó los despidos objetivos con indemnizaciones de 20 días por año, en un intento de incentivar la contratación indefinida que no parece cuajar. De hecho, el Gobierno ha terminado por recuperar en los dos últimos años de legislatura las subvenciones a los contratos indefinidos que había eliminado al comienzo de su gestión, para animar a los empresarios a utilizarlos.

También se pretendía así acabar con la dura segmentación entre fijos y temporales. Las cifras de contratos registrados mes a mes revelan que tampoco aquí la reforma ha tenido mucho éxito –más del 90% siguen siendo eventuales–. El informe del Banco de España lo confirma. El 30% de las empresas declara que no tiene como práctica “habitual” convertir en indefinidos los contratos temporales. Aunque siempre son más aficionadas a hacerlo, y lo hacen antes, las de mayor tamaño.

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