La crisis del proyecto europeo

España es uno de los países europeos que corre mayor riesgo por el ‘Brexit’

España es uno de los países europeos que corre mayor riesgo por el 'Brexit'

España es el octavo país europeo con mayor exposición ante el abandono del Reino Unido de la Unión Europea, según el índice elaborado al respecto por la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P). Lo que significa que corre más riesgo que Francia, Alemania o Italiacorre más riesgo que Francia, Alemania o Italia, y la razón estriba en los fuertes intereses de las grandes compañías españolas en las Islas Británicas. “Las principales empresas del ÍBEX 35 tienen un enorme volumen de inversiones en Reino Unido, que se traduce en una recaudación fiscal de 200.000 millones de euros”, destaca el economista Javier Santacruz, que se doctoró en la Universidad de Essex. De hecho, la Bolsa española somatizó de inmediato el miedo, cerrando este viernes con el mayor desplome de su historia, un 12,35%.

Por eso Santiago Carbó, economista de la Universidad de Bangor, en Gales, cree que España debería liderar el proceso que ahora se abre para renegociar las relaciones comerciales entre la Unión Europea y el Reino Unido. Coincide Javier Santacruz: “España debería encabezar el equipo negociador, no ser una mera comparsa, porque sus intereses de inversión en Reino Unido no son comparables a los de Francia o Alemania”. El problema es en qué posición se encuentra España en Bruselas y con qué fortaleza podrá el próximo Gobierno defender los intereses de sus empresas. Según datos del Ministerio de Economía, Reino Unido es el segundo país con mayor volumen de inversión española, sólo superado por Estados Unidos: 62.117 millones de euros.

Tanto Santander como Ferrovial o Iberdrola se han apresurado a confirmar su permanencia en Reino Unido, pese a que sus acciones han sido las que más sufrieron el viernes en la Bolsa. El banco de Ana Patricia Botín obtiene el 30% de su beneficio neto en territorio británico. Ferrovial, que es el principal accionista del aeropuerto de Heathrow, el 36% de su facturación por sólo un 28% en España. Iberdrola tiene comprometidas unas inversiones de 8.400 millones de euros en Reino Unido hasta 2020. Para entonces, el 25% de su beneficio bruto debería proceder del negocio británico. En abril de 2007 firmó la mayor operación de su historia comprando por 17.200 millones la energética de Glasgow Scottish Power.

Finalmente, Telefónica ha adelantado que no tiene “ninguna prisa” para vender o sacar a Bolsa 02, su filial británica. Su venta al grupo chino Hutchinson Wampoa fue vetada por la Comisión Europea hace sólo un mes. “En estos momentos, tanto venderla como sacarla a Bolsa es un suicidio”, aclara Santacruz.

Carbó cree que Bruselas y Londres deberían negociar “rápidamente” y llegar a un acuerdo comercial para despejar incertidumbres “cuanto antes”. “España va a ser de los países más afectados, porque entre nosotros viven un millón de británicos y tenemos superávit comercial con Reino Unido”, advierte.

Turistas que gastarán menos

El economista de la Universidad de Bangor se refiere a los 300.000 británicos que residen de forma permanente en España –el tercer grupo de extranjeros más numeroso, tras rumanos y marroquíes– más otro medio millón que lo hace de forma temporal. Ellos son los foráneos que más viviendas compran en España, el 21,3% en 2015, de acuerdo con las cifras del Colegio de Registradores. En comparación, el siguiente grupo que más inmuebles adquiere son los franceses, pero sólo con el 8,72%.

La abundante y envejecida colonia británica en la costa española disfrutaba hasta ahora de la sanidad gratuita española como ciudadanos de la Unión Europea. También de las ventajas de una libra fuerte y un euro débil. Ambos beneficios se les acabaron este viernes. La libra se depreció un 6% frente al euro, después de moderar un desplome que la llevó a los niveles de 1985. Y los analistas creen que la depreciación continuará.

Con una libra débil, peligran también los turistas británicos, de los que llegan cada año a España 15,67 millones. Reino Unido es el primer cliente del sector turístico español. Aunque la patronal niega que el Brexit vaya a reducir significativamente el número de visitantes procedentes de Reino Unido, sí cree que el recorte del diferencial de la libra frente al euro puede terminar reduciendo el gasto por turista y su número de sus pernoctaciones. El año pasado los turistas británicos se dejaron en España 14.057 millones de euros, el 21% del gasto turístico, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Exportaciones dañadas por una libra débil

Por lo que al superávit comercial se refiere, alcanza los 5.647 millones. El saldo de la balanza con Reino Unido es favorable a España desde hace nueve años. Las exportaciones españolas ascendieron en 2015 a 18.231 millones de euros, un 9,6% más que el año anterior. Es el cuarto país al que más venden las empresas españolas, sólo por detrás de Francia, Alemania e Italia. Y una libra devaluada reducirá la capacidad importadora de los británicos. Se notará en sus compras de productos agrícolas, por ejemplo. Reino Unido es el tercer mercado de las frutas y hortalizas españolas, tras Alemania y Francia. A él van dirigidas el 11,4% de las exportaciones del sector hortofrutícola nacional.

Los exportadores están pendientes del acuerdo o acuerdos comerciales que tendrán que suscribir Bruselas y Londres. Pero ni Carbó ni Santacruz prevén el regreso de los aranceles. “Eso sería matar a la UE y a Reino Unido, no les interesan a ninguno de los dos”, explica el economista de la Universidad de Essex.

También está pendiente del nuevo escenario el sector pesquero español. Las aguas británicas donde faenan muchos barcos con armadores nacionales dejarán de ser aguas comunitarias cuando Reino Unido abandone la UE. Al menos 40 pesqueros con dueños españoles están abanderados en las Islas Británicas. Tienen su base en puertos del Reino Unido, los armadores compraron allí cuota de pesca e incluso los barcos. Ahora deberán pagar aranceles para vender en España el pescado que capturen en esas aguas. Otro tanto ocurrirá con los barcos que faenan en las islas Malvinas.

España tendrá que pagar 906 millones más

Es decir, habrá que renegociar la Política Agraria Común (PAC), en la que Reino Unido ha sido visto siempre por el sector primario español como un gran obstáculo. La salida británica se traducirá en un recorte de 3.000 millones de euros al año que Londres dejará de aportar a ese presupuesto comunitario. También habrá que reformar la Política Pesquera Común. En total, España deberá aumentar en 906 millones de euros su aportación como socio a la UE para cubrir el hueco dejado por Londres. Será el cuarto país que más tendrá que elevar su contribución a las arcas comunitarias.

“Lo que sí sufrirán las empresas es un aumento de la factura en abogados, por los mayores costes regulatorios que tendrán que afrontar [para adaptarse al nuevo marco legal]”, adelanta por su parte el analista Juan Ignacio Crespo. Además, el proceso de salida de la UE y de renegociación económica y comercial será largo. A juicio de Standard & Poor's, las verdaderas negociaciones no comenzarán hasta 2017, sobre todo teniendo en cuenta que Francia y Alemania celebrarán elecciones ese año. “No hay ninguna prisa y nada cambiará a corto plazo, excepto en la obligación de aplicar la voluntad popular y de extraer a este país de un sistema supranacional. No hay necesidad de invocar [ahora] el artículo 50 [del Tratado de la Unión, que establece el proceso para abandonar la UE]”, ha asegurado el exalcalde de Londres y partidario del Brexit Boris Johnson.

Por el contrario, la Comisión Europea ha instado al Reino Unido en un comunicado a hacer efectiva su decisión “lo antes posible, cualquiera que sea el dolor que cause”, porque “un retraso innecesario prolongará la incertidumbre”. El próximo lunes Angela Merkel, François Hollande, Mateo Renzi y el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, se reunirán en Bruselas para evaluar las consecuencias del abandono británico.

¿Se notará en el PIB?

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“Los derechos adquiridos se mantienen, pero me preocupan las operaciones futuras”, admite Santiago Carbó, quien cree que no van a notarse “efectos inmediatos”, pero sí a fin de año. Nada más conocerse el resultado del referéndum, las principales agencias de calificación –Moody's, Fitch y S&P– anunciaron bajadas en el rating de Reino Unido por la “incertidumbre”, el “descenso de la inversión y de la confianza”, además del mayor “riesgo de fragmentación política de la UE” debido al efecto contagio. El banco Unicredit augura que Reino Unido entrará en recesión en 2017 –algo que Javier Santacruz considera seguro–.

Antes del referéndum, el FMI ya cifró en un 5,5% la caída del PIB británico hasta 2019. La OCDE calcula que la salida del Reino Unido provocará un recorte del 1% en el PIB europeo hasta 2018. También hay quien se atreve a calcular cuánto sufrirá el PIB español por culpa del Brexit. Aunque el ministro de Economía, Luis de Guindos, se niega a revisar la previsión de crecimiento español para este año, el 2,7%. En todo caso, ha dicho, si lo hace, sólo lo hará “al alza”.

Juan Ignacio Crespo lleva tiempo adelantando que se avecina una nueva recisión mundial, por lo que considera el Brexit un mero “catalizador” del proceso que se está larvando. Al tiempo, quita dramatismo al abandono británico. “Es más el susto que el problema”, resume. A corto plazo, “no hay garantía de que se mantengan ni el comercio ni las inversiones”, concede, “pero a largo plazo [el Brexit] se verá sólo como un pequeño accidente de ruta”.

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