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DEBATE DE INVESTIDURA

Los sindicatos y las estadísticas desmienten el ‘paraíso’ laboral dibujado por Rajoy en el Congreso

Rajoy conversa con Fátima Báñez, Maria Dolores de Cospedal y Ana Pastor.

Mariano Rajoy tiró este martes de estadísticas escogidas para defender su política económica, incluida la reforma laboral, a su juicio la herramienta que le permitirá cumplir la promesa de llegar a los 20 millones de empleos en 2020. No sólo destacó que en 2015 se crearon 525.000 puestos de trabajo gracias a un crecimiento del PIB del 3,2%. También presumió de que la conflictividad laboral es la más baja desde 1995, los despidos resueltos por los jueces se sitúan en niveles precrisis y los salarios no se han devaluado desde 2012. Un escenario de calma y felicidad laboral que ha dejado “boquiabiertos” a los sindicatos.

“La defensa de un proyecto de investidura no justifica que el presidente del Gobierno retuerza los datos y confunda a la opinión pública sobre la realidad que los ciudadanos viven en sus propias carnes”, resume el secretario de Organización de CCOO, Fernando Lezcano. “Rajoy ha usado un borrador para hacer desaparecer [del debate de investidura] los 12 millones de españoles que se encuentran en riesgo de pobreza, los 700.000 hogares sin ingresos, los cinco millones de parados, la tasa de desempleo juvenil, el 58% de parados de larga duración…”, enumera por su parte la secretaria confederal de UGT, Isabel Araque.

Lezcano advierte de que las cifras de la recuperación deben ponerse en línea con el desplome previo del empleo y los salarios provocado por la crisis y la reforma laboral. “No tiene sentido destacar la subida del 1,1% de los costes laborales sin referirse a la caída anterior: claro que hemos sacrificado salarios por empleo y eso se ha acusado”, admite el dirigente de CCOO. Lezcano se refiere a los dos acuerdos de negociación colectiva firmados por los sindicatos y la patronal que limitaban las subidas salariales –al 0,5% en 2012, hasta el 1,5% en 2016–. Mariano Rajoy recordó en el Congreso el alza del 1,1% de media que se está firmando hasta ahora en los convenios colectivos, fruto de esos pactos.

También citó el 1,1% en que han crecido los costes salariales según el Instituto Nacional de Estadística (INE) para negarle al líder de Podemos, Pablo Iglesias, que se hayan devaluado los sueldos. Y lo comparó con la inflación negativa de este año, para asegurar que, además, los trabajadores están ganando poder adquisitivo. Para ello no recurrió, sin embargo, al último dato, el IPC de agosto, que deja la tasa en el -0,1%, sino que prefirió el del mes anterior, -0,6%, que le convenía mejor para sustentar su argumento.

Lo que Rajoy no dijo es que, según el mismo INE, el sueldo más habitual en España asciende sólo a 16.490,8 euros al año. Ni que el salario medio permanece congelado desde hace cuatro años en 1.638 euros brutos al mes, de acuerdo con un informe sobre el mercado laboral publicado este mismo mes de agosto por la ETT Adecco utilizando datos del INE y del Ministerio de Empleo. “La renta media de las familias ha caído más del 12% desde 2010, unos 3.500 euros anuales, según Empleo”, abunda Isabel Araque.

Tampoco mencionó el presidente que el coste laboral por hora trabajada en la hostelería ha caído un 1,4% en el último año y un 1,2% en el comercio. El dato tiene su importancia por el hecho de que son precisamente estos dos sectores los que peores sueldos pagany también los que están tirando de la creación de empleo de la que presume el Gobierno.

¿Y la calidad del empleo?

Tanto CCOO como UGT reprochan a Rajoy, por tanto, que se olvidara de la mala calidad del nuevo empleo. Rechazó el presidente las acusaciones sobre la precariedad laboral que le lanzaron desde la oposición: “El 75% de los trabajadores tiene contratos indefinidos”. En realidad, a 31 de julio, los trabajadores indefinidos equivalían al 66,4% de los afiliados al Régimen General de la Seguridad Social. Si la cuenta se hace con los afiliación media mensual, la cifra baja hasta el 60,2%. El problema estriba en que el 40% restante firma el 97% de los contratos que el antiguo Inem registra cada mes. Un porcentaje que varía apenas unos puntos según el mes del año, pero que no ha bajado de un apabullante 90% desde la reforma laboral socialista de 1984 que descausalizó el contrato temporal. La última, la que defiende Rajoy, no ha conseguido, pese a ser uno de sus objetivos declarados, acabar con la polarización del mercado de trabajo español: el abuso del contrato temporal y precario frente a la escasez del contrato estable y con garantías.

Por el contrario, los sindicatos culpan a la reforma laboral de 2012 de haber “abierto las puertas a las empresas para facilitar el despido, abaratar los sueldos y precarizar las condiciones de trabajo”, en palabras de la dirigente de UGT. Los contratos no sólo son casi siempre temporales, sino cada vez más breves. El pasado julio, la duración media de los contratos en España no superaba los 50,92 días; cuando comenzó el año 2007 con 79,13 días. Desde 2012, los contratos temporales han perdido casi 12 días de duración media. Al término de 2015 los de menos de una semana representaban el 27% de los temporales, casi dos puntos más que en 2013: 4,6 millones de contratos no llegan a los siete días.

Pese a los esfuerzos del Gobierno por estimular su crecimiento, Rajoy pasó por alto también los contratos a tiempo parcial, cuyo volumen equivale ya a la tercera parte de los temporales. A su vez, el 63,4% de estos contratos por horas son involuntarios: los trabajadores los firman porque no encuentran un empleo a tiempo completo, recuerda Isabel Araque. Es el cuarto porcentaje más elevado de la OCDE.

Trabajadores sin la cobertura de un convenio

“No es cierto que haya bajado la cobertura de la negociación colectiva desde que se aprobó la reforma laboral”, volvió a rechazar Mariano Rajoy ante la oposición. Según dijo, el 90% de los asalariados privados están protegidos por un convenio, dos puntos más que en 2011. Cierto que, desde que la reforma laboral suprimió la ultraactividad –la prórroga automática de los convenios cuando éstos caducan y mientras se negocia su renovación– y la negociación colectiva quedó bloqueada, los pactos laborales se han reactivado. “Pero aún quedan muchos trabajadores sin cobertura”, replica Fernando Lezcano. Según Isabel Araque, quien cita 2014 como el último año con la negociación colectiva cerrada, hay aún 300.000 menos asalariados con convenio menos que en 2011. Y no sólo por la pérdida de asalariados sufrida por culpa de la crisis –más de un millón desde 2011–.

“La reforma laboral quebrantó la estructura de la negociación colectiva”, protesta la responsable de UGT. La prioridad del convenio de empresa sobre el sectorial ha tenido, entre otras consecuencias, la de recortar los salarios de muchos trabajadores. Por ejemplo, los de las camareras de piso de los hoteles, que han emprendido este año una intensa campaña de reivindicación laboral. “Con los convenios provinciales de hostelería cobraban 1.200 euros al mes; con los de las empresas multiservicios se han quedado en 700”, detalla.

Fernando Lezcano responsabiliza a los mayores “márgenes de discrecionalidad” que la reforma otorga a las empresas de la falta de protección real padecida, por ejemplo, por miles de trabajadores temporales “aparentemente cubiertos por un convenio pero, en realidad, sometidos a condiciones draconianas”.

Menos huelgas pero más litigios en los tribunales

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UGT y CCOO tampoco creen que Rajoy pueda atribuirse el mérito de la menor conflictividad laboral. El presidente resaltó que en 2015 se han convocado menos huelgas que en 1995. Isabel Araque prefiere achacar la caída en el número de protestas “al miedo a perder el puesto de trabajo y a la aún elevada tasa de paro”, superior al 20%. Además, apunta Lezcano, “el ajuste más canalla se hizo en los años anteriores y las expectativas de cambio político que en su momento se expresaron en la calle se canalizan ahora a través del voto”.

Otro tanto ocurre con la conflictividad trasladada a los juzgados. Rajoy recurrió al número de despidos resueltos por los tribunales, la cifra más baja desde 2008, dijo, para negar que su reforma haya envenenado las relaciones laborales como le había reprochado el líder socialista, Pedro Sánchez. Pero lo cierto es que los juzgados de lo Social resolvieron en 2015 un total de 110.098 despidos, un 33% más que en 2008. La cifra es incluso superior a la de los atendidos en 2010, 2011 y 2012, de acuerdo con las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial. Si a los despidos se suman los conflictos colectivos y las reclamaciones a la Seguridad Social, en 2015 los juzgados de lo Social resolvieron un total de 364.356 asuntos, la cifra más alta desde, al menos, 2007. Sólo los conflictos colectivos ascendieron el año pasado a 2.934; únicamente se presentaron más en 2013, un total de 3.607.

“No hizo ni una mención al Salario Mínimo Interprofesional, cuya subida ni siquiera aparece en el pacto que el PP ha firmado con Ciudadanos”, echa en falta Fernando Lezcano. Isabel Araque recuerda la cifra récord de parados que no cobran prestación, más de la mitad. “Y no planteó ni una sola receta para mejorar la situación más que defender a ultranza la reforma laboral”, añade. El responsable de CCOO advierte en el juego de Rajoy con los datos una “perversidad democrática” y una “antipedagogía” que genera “escepticismo” en los ciudadanos. Aun así, cree que, por mucho que se manipulen las cifras, éstos conocen perfectamente “el volumen de empleo precario que se crea y la devaluación de condiciones laborales, incluidos sus salarios, que están sufriendo”.

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