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LOS EFECTOS DE LA CRISIS

España tiene más de tres millones de trabajadores pobres

Tener un empleo no garantiza salir de la pobreza.

El último informe de la OCDE sobre desigualdad cifra en un 20,1% la tasa de pobreza en España para los trabajadores jóvenes de 18 a 25 años. Y en un 16% la de los trabajadores adultos. Se encuentran entre los porcentajes más altos de los 34 países miembros de la organización. Traducidos en números absolutos, en España ya hay 3,12 millones de trabajadores pobres, de los que 121.120 tienen menos de 25 años, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA). Son aquéllos que tienen un empleo, pero sus ingresos no llegan al 50% del salario mediano –el situado en el centro después de ordenar los sueldos de menor a mayor, que en España es de 19.230 euros al año–; es decir no cobran ni 9.615 euros al año.

Todas estas cifras corresponden a 2014, el último año del que la OCDE ofrece datos. Aunque países como Holanda, Dinamarca y Grecia superan el porcentaje de trabajadores jóvenes pobres de España, no hay otro país en el club de los más ricos donde sea mayor la proporción de adultos con empleo pero en situación de necesidad.

El estudio de la OCDE destaca que, pese al descenso del paro en los últimos años en España, el aumento del desempleo de larga duración –más de un año sin trabajar–, el deterioro en la calidad de los empleos y los bajos salarioslos bajos salarios se han traducido en una pronunciada caída de los ingresos procedentes del trabajo. Y quienes más han sufrido ese hundimiento son precisamente los perceptores de los salarios más bajos. Ni siquiera los mecanismos de redistribución han funcionado. Ni los impuestos ni las prestaciones de desempleo o jubilación han reducido la brecha. Entre las causas, la OCDE cita el recorte de las prestaciones de desempleo aplicado por el Gobierno a partir de 2012, tanto de las contributivas como de los subsidios asistenciales.

Lo explicó en su día Florentino Felgueroso, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad de Oviedo, en el blog Nada es Gratis: la creación de empleo ha tenido un “impacto limitado” en las tasas de pobreza. Y las prestaciones sociales tampoco han sido capaces de evitar el aumento de la pobreza entre los desempleados.

La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) calcula en un 15% los trabajadores pobres españoles. Y no ha dejado de crecer entre 2012 y 2015, más de tres puntos porcentuales, según su último informe. “La afirmación de que la falta de trabajo produce pobreza es correcta, pero no su inversa”, destaca el documento, “porque no cualquier trabajo protege de la pobreza”. Para empezar, relaciona el aumento de los trabajadores pobres con el tipo de jornada. En concreto, culpa al crecimiento de los empleos a tiempo parcial, más habituales entre los jóvenes y las mujeres, de las crecientes cifras de pobres con trabajo.

Meses trabajados al año

Coincide Florentino Felgueroso señalando la confluencia fatal de tres elementos: la pertenencia al segmento de salarios bajos, el tiempo de trabajo y la jornada laboral. A menor tiempo de trabajo a lo largo del año, mayor riesgo de pobrezamayor riesgo de pobreza. Según la estadística de la Agencia Tributaria sobre Mercado de Trabajo y Pensiones, correspondiente a 2015, en España 3,2 millones de asalariados intercalan periodos trabajo con el cobro de prestaciones al quedarse en el paro. Su retribución media anual es sólo de 8.842 euros. Hay que recordar también que los contratos –el 90% de los que se firman cada mes son temporales– resultan cada vez más breves. Según los últimos datos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), su duración media ya es sólo de 54,37 días. En 2007 superaba los 86 días.

La combinación de periodos de empleo y paro –España es el segundo país de la UE con mayor tasa de contratos temporales, un 27%– explica también que casi seis millones de personas declaren ingresos medios inferiores al salario mínimo anual –9.172,8 euros en 14 pagas–, según la estadística de la Agencia Tributaria antes citada. En concreto, perciben una media de 6.791 euros anuales. El número, además, ha crecido en 760.000 personas desde 2007, pese a que la cifra total de asalariados se ha recortado en casi dos millones desde entonces.

El informe de EAPN analiza otro parámetro para medir la pobreza relacionado con la duración del trabajo: la población que vive en hogares con baja intensidad de empleo (BITH). El indicador se obtiene dividiendo el número de meses efectivamente trabajados por todos los miembros de una familia entre el número de meses que, en teoría, podrían trabajar como máximo esas personas. Pues bien, ese factor fue el que más creció en España entre 2009 y 2014. De hecho, se duplicó en ese periodo hasta alcanzar los 6,1 millones de personas en 2014, el 17,1% de la población entre cero y 59 años.

La OCDE destaca la aparente paradoja de que la recuperación económica de los últimos años haya aumentado la desigualdad. Y es que la reactivación ha hecho crecer los ingresos procedentes del capital –ya en manos de los perceptores de los más ricos–, además de aumentar los mejores sueldos. En España, por ejemplo, los salarios del 10% más pobre se desplomaron un 15% entre 2010 y 2014, la segunda mayor caída de la OCDE sólo por detrás de Portugal. Los salarios del 10% más rico se redujeron la mitad, un 7%. Y los de la clase media, un 6%.

Sólo el 26% de los hogares son clase media en España

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Si la crisis ha hundido en la pobreza a los trabajadores con menores salarios, también ha erosionado a las clases medias. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), además, culpa a la creciente precariedad laboral, el recorte del empleo público y el debilitamiento de la negociación colectiva. En España, explica, la clase media vivió un espectacular desarrollo desde los años 80 gracias al aumento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, que pasó del 29% en 1986 al 53% en 2014. Es decir, creció cuando empezaron a entrar dos sueldos en los hogares.

Aun así, la clase media española es de las más pequeñas de la Unión Europea. Los hogares con salarios de entre el 80% y el 120% de los ingresos medios representan el 26% en España, sólo por delante de las clases medias de Letonia, Lituania, Estonia y Grecia. En Dinamarca alcanzan el 40% y en Francia el 32%.

Con la recesión, muchas familias volvieron a quedarse con una sola nómina. “Un ingreso [por hogar] puede no ser ya suficiente para seguir perteneciendo a la clase media”, sentencia Daniel Vaughan-Whitehead, economista principal de la OIT y editor del libro ¿Está desapareciendo la clase media en Europa? Evidencias del mundo del trabajo?, “en algunos casos, determinadas profesiones como los maestros y los médicos, que normalmente están asociados a la clase media y que, por la general, emplean a mujeres, pueden no pertenecer más a la categoría de ingresos medios”.

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