Salario mínimo

Los efectos positivos de subir el salario mínimo tras años de pérdida de poder adquisitivo

Los ministros de Educación, Hacienda y Economía este viernes tras el Consejo de Ministros.

Ibon Uría

El Gobierno aprobó este viernes una subida del salario mínimo de un 8% a partir del 1 de enero de 2017, con lo que el SMI pasará de los 655,2 a 707,6 euros al mes en 14 pagas. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, señaló tras el Consejo de Ministros que esa cifra, exigida por el PSOE como contrapartida a su apoyo al objetivo de déficit, "se ha negociado" con los grupos políticos porque el Ejecutivo tiene que asegurarse ciertos apoyos al estar en minoría. Los sindicatos, por su parte, afirman que se queda corta porque su objetivo era alcanzar los 800 euros mensuales en 2017 y los 1.000 en 2020.

En todo caso, el aumento aprobado es uno de los mayores en los últimos años. Durante la legislatura del PP con mayoría absoluta, el SMI apenas subió: fue de 641,40 euros en 2011 y 2012, de 645,30 en 2013 y 2014, de 648,60 en 2015 y de 655,20 en 2016. Si se echa la vista atrás, la etapa reciente en la que más creció el salario mínimo fue el primer mandato de Rodríguez Zapatero, cuando pasó de 475 euros (2004) a 600 euros (2008). Desde entonces, las subidas fueron muy leves. Para 2016, por ejemplo, el Gobierno del PP aprobó un alza de apenas un 1% y lo defendió por la necesidad de mantener la "competitividad" de la economía española.

¿Qué efectos tendrá ahora esa subida del 8%? ¿Puede traducirse en un alza generalizada de los salarios, como defienden que es necesario que suceda los sindicatos? ¿Puede acabar destruyéndose empleo, como plantean algunos economistas? infoLibre analiza los efectos de esta medida con los economistas Antonio González (vicepresidente segundo de Economistas Frente a la Crisis), Florentino Felgueroso (director de la Cátedra de Capital Humano y Empleo de Fedea) y Javier Santacruz, economista e investigador en la Universidad de Essex.

Aumento del consumo

Para González, la subida del SMI tendrá un primer efecto positivo: el aumento del consumo. El economista explica que quienes cobran el salario mínimo destinarán "prácticamente íntegro" lo que cobren de más a la compra de bienes y servicios, toda vez que la cifra sigue siendo escasa. "Aumentará el consumo, lo que es bueno para la economía, y beneficiará algo las condiciones de vida de estas personas. De todos modos –añade– esta subida del 8% debería ser sólo un principio, porque los salarios más bajos han perdido en torno a un 20% de poder adquisitivo durante la crisis".

Felgueroso no es tan optimista con respecto a los efectos de la medida adoptada. Admite que "el salario mínimo había perdido poder adquisitivo" que era necesario "ir recuperando", pero considera que "habría sido mejor subirlo un 4% este año y un 4% el próximo", en lugar de un 8% de una vez. A su juicio la medida no servirá para atajar el fenómeno de los trabajadores pobres, porque "lo que importa es cuánto tiempo trabaja alguien", esto es, si tiene un contrato a jornada parcial o pasa parte del año en paro, más que el salario. Recuerda, además, que muy pocos trabajadores perciben el SMI.

Un tirón al resto de salarios

Lo que sí considera el experto de Fedea es que el alza del salario mínimo podría tener efectos sobre la negociación colectiva. "Es difícil de prever, pero si el SMI se va acercando a las cifras pactadas en los convenios, puede presionar estas al alza, y está por ver qué efecto produce eso", advierte. A su juicio, existe el "riesgo" de que el SMI se convierta en una "referencia" para negociar el resto de salarios, y añade que en España "no tiene sentido" llevar el SMI a cifras de 800 o incluso 950 euros mensuales, como ha propuesto Podemos. "Significaría que el Estado estaría interviniendo de facto sobre cómo se fijan los salarios", avisa.

González, por su parte, explica que aunque sólo en torno al 2% de asalariados cobran "exactamente" el salario mínimo, hay hasta un 10% que cobra "cantidades muy próximas" y que ahora verá "empujado su sueldo al alza" por el repentino aumento del 8% del SMI, de modo que "se reducirá algo la desigualdad", añade. Además, afirma que en determinados convenios, "especialmente de grupos salariales con salarios bajos", hay "algunos complementos referenciados al SMI que también subirán". Finalmente, cree que se verán empujados al alza los salarios de "dos deciles más" y lo considera positivo, es decir, que en una economía con 100 trabajadores el efecto de la subida del salario mínimo podría alcanzar a los 30 que menos cobran.

Santacruz también es de la opinión de que elevar el salario mínimo puede tirar hacia arriba del resto de salarios: "Cuando subes el SMI, estableces lo que va a pasar con los sueldos más bajos y marcas las pautas para los de más arriba", dice el economista, que advierte de que una subida generalizada de los sueldos puede tener efectos negativos sobre la contratación en un mercado laboral como el español, que aún muestra síntomas de debilidad y con altas tasas de paro. "Asusta bastante", comenta.

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Efectos en el mercado de trabajo

En este sentido, tanto Felgueroso como especialmente Santacruz advierten de que subir el SMI puede acabar resultando contraproducente, extremo que González niega. El primero de ellos cree que si en los próximos años sigue la tendencia al alza, "algunas empresas nuevas pueden acabar haciendo menos nuevos contratos", toda vez que estos son los empleadores que, en palabras del experto, más recurren al pago del salario mínimo.

Para Santacruz, incluso la medida aprobada este viernes puede acabar resultando negativa. El experto cifra en un 54% los asalariados a jornada parcial que cobran por debajo del salario mínimo a jornada completa. Según análisis, esa cifra demuestra que "los contratadores saben cuál tiene que ser el coste de sus empleados" y no están dispuestos a gastar más. Por eso predice que, "por mucho que suba el SMI, no mejorarán las condiciones de estos trabajadores", porque los empresarios buscarán otras formas de reducir los costes –como contratar menos personal o reducirles la jornada– para acabar pagando lo mismo.

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