Dinero

115 entidades pueden operar en España con dinero electrónico, pero su uso es aún muy limitado

Portal de Facebook.

Facebook ha sido el último gigante en recibir el visto bueno del Banco de España (BdE), previa luz verde del Banco Central de Irlanda, para poder operar en suelo español con dinero electrónico. Sin embargo, su caso no es único. Un total de 115 compañías no bancarias están registradas en nuestro país como entidad de dinero electrónico (EDE), según consta en el registro del supervisor bancario, una figura jurídica que permite emitir y operar con dinero electrónico sin la necesidad de estar reconocida como una entidad de crédito.

De todas las EDE recogidas en el listado del Banco de España, sólo cinco son españolas, el 4,3% del total: E. Kuantia, Pecunia Cards, Sefide, Caixabank Electronic Money y UP Aganea, la última en obtener la licencia. Con domicilio social en Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Granada y Barcelona, todas ellas centran su negocio en las tarjetas prepago. Si bien cuatro de ellas no son propiedad de entidades financieras, no sucede lo mismo en el caso de Caixabank Electronic Money. "Aunque como entidad de crédito podemos operar con dinero electrónico, decidimos crear una filial específica que se centrase exclusivamente en este negocio, en el que veíamos posibilidades", explican a infoLibre fuentes del banco.

Las 110 restantes están registradas como entidades de dinero electrónico extranjeras comunitarias sin establecimiento en nuestro país. En este listado se encuentran grandes compañías como Airbnb, Amazon, Facebook o Google, empresas que obtuvieron su licencia en otros Estados miembro de la UE y que operan en España gracias al pasaporte comunitario, previa comunicación a los diferentes bancos centrales. La mayoría de estas compañías, en concreto el 69%, obtuvieron el visto bueno en Reino Unido. El 31% restante, en países como Letonia, Malta, Rumanía, Chipre, Irlanda, Bélgica, Alemania, Bulgaria, Suecia, Dinamarca, Luxemburgo, Liechtenstein, Lituania, Francia y Bélgica.

La regulación

En España, el e-money (dinero electrónico) está regulado a través de la Ley 21/2011 y queda definido de la siguiente manera: "Todo valor monetario almacenado por medios electrónicos o magnéticos que represente un crédito sobre el emisor, que se emita al recibo de fondos con el propósito de efectuar operaciones de pago (...), y que sea aceptado por una persona física o jurídica distinta del emisor de dinero electrónico". "Tiene que emitirse cuando se reciben fondos por un importe nominal que es igual que al del valor emitido: si recibo un euro, se emite un euro de dinero electrónico", detalla Álvaro Martín, jefe de Regulación Digital de BBVA Research.

El economista explica también que otra característica fundamental es "que lo puedan aceptar terceros": "No entrarían en esta definición, por lo tanto, las tarjetas de algunos establecimientos comerciales que sólo te dejan gastar el dinero almacenado en esa tienda", señala. Al ser cuestionado por las diferencias existentes entre una cuenta bancaria y una de dinero electrónico, Martín concreta que la segunda "no genera intereses ni está sujeta al Fondo de Garantías de Depósitos", por lo que se utiliza principalmente como "medio de pago". "No está pensado para el ahorro", completa.

Según la actual normativa, no todo el mundo puede emitir y operar con dinero electrónico. Esta capacidad sólo está contemplada para las entidades de crédito –denominación bajo la que también están registradas, por ejemplo, empresas como Paypal–; la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos; el Banco de España; la Administración General del Estado, comunidades autónomas y entidades locales; y las entidades de dinero electrónico (EDE), el instrumento utilizado por los gigantes tecnológicos para incorporarse a este negocio. 

Para recibir la licencia de EDE, es necesario que la entidad disponga "de un capital inicial mínimo de 350.000 euros", además de "un volumen suficiente de recursos propios en relación con los indicadores de negocio". En cuanto a los requisitos de garantía, la ley establece que "salvaguardarán los fondos recibidos a cambio del dinero electrónico que haya sido emitido". En este sentido, corresponde al Ministerio de Economía, previo informe del Banco de España y del servicio ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias, la autorización para la puesta en marcha de estas entidades.

Facebook desembarca en España

Con 1.600 millones de usuarios, Facebook se ha convertido en el último gigante tecnológico que tiene permiso para gestionar en España transferencias y pagos a través de Internet. El primer paso fue pedir la autorización al Banco Central de Irlanda, que se la concedió a finales de octubre: "La licencia nos permite desarrollar productos como donaciones caritativas en Facebook o pagos persona a persona en Europa, como ya hacemos en Estados Unidos", anunció la compañía que dirige Mark Zuckerberg.

Una vez conseguido el visto bueno del supervisor bancario irlandés, la compañía de Palo Alto ya tenía vía libre para operar en otros países del Viejo Continente. "Las entidades de dinero electrónico autorizadas en otro Estado miembro de la Unión Europea podrán iniciar en España su actividad en régimen de libre prestación de servicios tan pronto como el Banco de España reciba una comunicación de su autoridad supervisora", según se recoge en el artículo 12 de la Ley 21/2011. El Banco de España incluyó al gigante tecnológico en el registro de entidades a finales de diciembre. 

Fuentes conocedoras de la operación explican a infoLibre que es el Banco Central de Irlanda, el encargado de supervisar "el 99,9%" de las actividades de Facebook Payments Limited, que es el nombre de la filial que se dedica a este mercado. "El Banco de España se ocupará de lo que se conoce como normas de interés general: transparencia, protección al consumidor y blanqueo de capitales". La red social todavía no ha aclarado cómo piensa implantar el servicio en nuestro país.

A preguntas de este diario, Facebook España se remite al comunicado emitido y no aclara cuando empezará a operar con dinero electrónico. Según consta en el registro del Banco de España, la red social podrá desarrollar siete tipos de actividades: emitir, distribuir y reembolsar dinero electrónico; ejecutar operaciones de pago, incluida la transferencia de fondos; emitir y adquirir instrumentos de pago; enviar dinero; y ejecutar operaciones de pago en las que se transmita el consentimiento del ordenante a ejecutar "una operación de pago mediante dispositivos de telecomunicación, digitales o informáticos".

Cinco empresas españolas

La presencia del dinero electrónico en el Viejo Continente no deja de crecer año tras año. Según los datos que ofrece el Banco Central Europeo en su informe Estadísticas de Pago, publicado en septiembre de 2016, las transacciones de pago electrónico con e-money supusieron en 2015 un total de 2.390,53 millones en la UE, casi 300 millones de euros más que en 2014 y casi el doble que la cifra registrada en 2011: 1.285,46 millones.

El 77% –1.849 millones– de todas esas transacciones en 2015 se registraron en Luxemburgo, seguido por Italia –el 15,64% (373,91 millones)– y Portugal –2,12% (50,87 millones)–. España, por su parte, se encuentra a la cola en este tipo de operaciones. Según los datos recogidos en la estadística del BCE, en 2015 y 2014 las transacciones de pago electrónico con e-money realizadas a través de proveedores nacionales de este tipo –actualmente sólo cinco– se situaron a niveles mínimos. En 2011, se registraron transacciones de este tipo por 150.000 euros. Un año después, el volumen fue de 120.000.

El jefe de Regulación Digital de BBVA Research explica que en suelo español no se está produciendo una "adopción masiva". "Las entidades de dinero electrónico registradas en España, contando también las que operan con pasaporte europeo en nuestro país, no son muchas", apostilla el economista, que añade, además, que "no son entidades conocidas ni con tanta oferta como la que puede tener un banco". En su opinión, que no hayan terminado de despegar en nuestro país se debe a la existencia de "un sistema bancario que funciona muy bien" y que tiene unos medios de pago electrónicos "que permiten resolver muchas de las necesidades que cubren estas entidades".

Kuantia, Pecunia Cards, Sefide, Up Aganea y Caixabank Electronic Money son las únicas españolas con licencia de EDE. Todas ellas centran su actividad en el negocio de las tarjetas prepago. Algunas, como Kuantia, no las emiten directamente al público, sino que se las suministran a empresas que quieran distribuirlas entre sus empleados: "La compañía recarga la tarjeta por la cantidad que el empleado vaya a utilizar en dietas o gastos de viaje, por ejemplo, y el trabajador la utiliza". Otras, como por ejemplo Money to Pay, marca comercial de Caixabank, son puestas a la venta en grandes superficies.

"Somos entidades que nos dedicamos a buscar colectivos", señala en conversación con infoLibre Antonio García, consejero ejecutivo de Pecunia. "Aportamos soluciones a la gente a la que le cuesta estar bancarizada y que no dispone de un instrumento de pago para hacer operaciones sin dinero en metálico", añade. "Lo bueno de este tipo de tarjetas es que las puedes adquirir independientemente de si tienes una cuenta en el banco, algo que sucede en muchas ocasiones entre los colectivos de inmigrantes", añaden desde Kuantia. "Y además a unos costes infinitamente inferiores a los que puede cobrar un banco en un determinado momento por tener una tarjeta", completa García.

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La competencia con el sector bancario

La incursión de las grandes empresas tecnológicas en el sector del dinero electrónico es un escollo que los bancos tradicionales tendrán que superar. Según se recoge en el III Ranking de Competidores del Sector Financiero, elaborado anualmente por el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), las cinco principales amenazas del sector bancario son las grandes empresas tecnológicas: Facebook, Apple, Google, Amazon y Paypal. Según el informe, las conocidas como bigtech "cada día tienen mayor apetito por ampliar sus líneas de negocio aprovechando su imagen de marca". El estudio también alerta, en este sentido, de la posibilidad de que estas compañías acaben apostando "por la intermediación con divisas".

Sin embargo, desde la patronal bancaria aseguran no estar preocupados. José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), se muestra convencido, en conversación con infoLibre, de que "el negocio" que les pueden restar "es bastante limitado", y añade que lo único que piden desde la patronal es "que la competencia sea en igualdad de condiciones". "Yo creo que no es un riesgo. Es una figura que lleva ya muchos años funcionando, no es una novedad", completa el jefe de Regulación Digital de BBVA Research. Desde las entidades de dinero electrónico, por su parte, aseguran que no buscan un enfrentamiento: "No buscamos la competencia con la banca", sentencian desde Pecunia.

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