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La debilidad del empleo

El aumento de los contratos precarios en los sectores más pujantes reduce el salario medio de los españoles

La hostelería tiene el salario medio más bajo.

El coste laboral cayó un 0,8% en el cuarto trimestre de 2016 respecto al mismo periodo del año anterior. Es el mayor descenso desde comienzos de 2013. De hecho, en el último ejercicio no ha dejado de caer. Y el mismo recorte ha sufrido el coste salarial, otro 0,8%, de forma que ahora el salario medio en España se sitúa en 2.026 euros brutos mensuales. El coste laboral incluye, además del salario, las cotizaciones a la Seguridad Social y otras percepciones, como indemnizaciones u otros pagos (por ejemplo, por ropa de trabajo). Todos esos conceptos han experimentado rebajas, según los datos de la Encuesta de Coste Laboral que hizo público este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Pero eso no significa que los salarios hayan bajado en las nóminas. La encuesta proporciona una suerte de foto fija del empleo y la cifra resultante de la encuesta es el promedio salarial. Así, pese a que los convenios colectivos firmaron el año pasado subidas de casi el 1,1%, la masa salarial de los españoles se ha contraído. Las razones son múltiples. El PIB crece con brío a ritmos superiores al 3%, y el empleo también. Pero esos puestos de trabajo que se ofertan son en su inmensa mayoría temporales, que incluyen sueldos más bajos. La tasa de temporalidad escaló en 2016 hasta el 26,5%, la más alta de la Unión Europea a excepción de Polonia.

Para hacerse una idea de lo que significa ese porcentaje basta con recordar que el año pasado se registraron en España 19,98 millones de contratos, pero los empleados creados, medidos con las nuevas afiliaciones a la Seguridad Social, fueron 508.016. Es decir, se firmaron 39,3 contratos por cada puesto de trabajo.

Además, esos contratos duran cada vez menos. La media en 2016 fueron sólo 50,58 días, cuando en 2007 alcanzaba 78,55 días, casi un mes más. Sólo el año pasado los contratos perdieron de media tres días de vida. En 2011, antes de que entrara en vigor la reforma laboral, la duración media de un contrato temporal ya había bajado a 62,87 días. Perdió casi dos semanas en la primera etapa de la crisis.

Ese recorte progresivo de duración viene dado por el aumento de los minicontratos. De esos casi 20 millones firmados en 2016, 9,5 millones, cerca de la mitad, eran de menos de tres meses.

Entre los más breves, los de menos de siete días representaban en 2007 sólo el 15% de los 18,62 millones registrados ese año. Hoy, alcanzan el 25,7%. Es decir, su peso en el total de la contratación se ha disparado 10 puntos. Los de menos de un mes equivalían antes de la crisis al 26,7%. En 2016 llegaron al 38,2%, 12,5 puntos más que en 2007. Y cuanto más corto sea el contrato, más bajo será el sueldo y menor la cotización a la Seguridad Social del trabajador. El volumen medio de ésta ha bajado un 0,4% en 2016, según la Encuesta de Coste Laboral.

Doble escala salarial y subcontratas

También hay otro factor que tira hacia abajo los salarios. Los nuevos contratados en las empresas firman por sueldos más bajos. Bien porque así lo están acordando las empresas, recortando las tablas salariales en los convenios para los recién contratados –la doble escala–, bien porque éstos sustituyen a trabajadores con mucha antigüedad que se prejubilan o jubilan con sueldos mucho más elevados. Lo mismo ocurre cuando las empresas prescinden de trabajadores de plantilla y externalizan sus tareas: los subcontratados tienen sueldos inferiores, destaca el economista José Francisco Armesto, del Foro Económico de Galicia.

Si a estos empujones se añade que la mayor parte del empleo creado corresponde al sector servicios y, dentro de él, a las actividades donde los salarios son más bajos, como la hostelería y el comercio, el promedio nacional se resiente, destaca Luis Zarapuz, del gabinete económico de CCOO. El 82% de las nuevas afiliaciones a la Seguridad Social en 2016 correspondieron al sector servicios. Los que más puestos de trabajo aportaron son la hostelería y el comercio: el 30%. La industria, sólo el 10%. Y las actividades financieras y de seguros incluso perdieron empleos: 2.679, casi un 1%. Ambos subsectores son de los que mayores sueldos tienen, con un coste laboral de 4.820,68 euros brutos mensuales por trabajador en el caso de los bancos y aseguradoras y de 3.161,60 euros en el de la industria. Por el contrario, el menor coste laboral corresponde a la hostelería, con sólo 1.615,33 euros brutos, la tercera parte que en el sector financiero. El comercio alcanza los 2.260 euros. Es también en la hostelería y el comercio donde el contrato temporal, el contrato a tiempo parcial y una rotación laboral intensa se llevan la parte del león. Y en el último cuatrimestre de 2016, mientras en la industria el coste salarial ha crecido un 0,5%, en la construcción ha caído un 1,6% y en los servicios un 0,9%.

Hasta la próxima década

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Zarapuz apunta otro elemento que debe tenerse en cuenta para explicar la evolución del coste laboral. En el último trimestre de 2016, y a diferencia de años anteriores, no se ha hecho notar en la estadística salarial el efecto de la devolución de la paga extra a los funcionarios. En octubre de 2015 se les abonó un 26,23% de la paga suprimida en 2012. “Son tres millones de trabajadores, y cuando el 20% de la fuerza laboral recibe un aumento salarial de ese calibre, se nota en el promedio”, explica el economista de CCOO. Desde entonces, tanto el coste laboral como el salarial no han hecho más que bajar. La caída del último cuatrimestre de 2016 refleja también que se han trabajado menos horas, un 1,4% menos, pero confirma la tendencia a la baja que se ha seguido durante todo el año.

Para José Francisco Armesto, el descenso del salario medio en 2016 es una buena prueba de que la recuperación real del empleo lleva dos años de “decalaje” respecto de la recuperación económica. “Se prevé que el PIB recupere en 2018 el nivel anterior a la crisis, pero para el empleo no ocurrirá hasta la próxima década”, advierte.

UGT calcula que ahora a una empresa le cuesta un trabajador 15 euros menos que en 2011, antes de la reforma laboral. Sin embargo, los salarios reales, descontando la inflación, han perdido un 5,4% desde 2009. Por eso, los sindicatos reclaman a la patronal subidas de entre el 1,8% y el 3% para este año en una negociación que no termina de arrancar. La CEOE sólo ofrece alzas entre el 0% y el 1,5%.

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