El presidente del CSIC afirma que la frontera de la dependencia se retrasa a los 82 años

El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, ha asegurado este jueves en Santander que la frontera de la dependencia "se ha retrasado bastante" en España, concretando que aproximadamente se ha situado entre los 80 y los 82 años, "si no hubiera problemas" de salud previos.

En declaraciones a los medios antes de inaugurar el encuentro Investigación multidisciplinar sobre envejecimiento: el ritmo de la senectud en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, Lora-Tamayo ha matizado que se trata de valores estadísticos, ya que "todos conocemos gente que llega a los noventa y tantos y es capaz de saltar en paracaídas. Y también conocemos gente de menor edad que tiene problemas", ha apostillado.

El experto ha opinado que en España se envejece mejor que en el pasado, y ha advertido que "el problema está en cuanto este envejecimiento adquiere tintes de dependencia". "Cuando empezamos a ser dependientes, entonces es cuando se empiezan a acumular los problemas" ha señalado.

Lora-Tamayo también ha destacado que en los últimos 50 años se ha avanzado "muchísimo más" en prolongar la vida en condiciones "muy aceptables" que en los últimos 5.000 años. "Eso ya da una idea del factor exponencial que el envejecimiento ha adquirido en nuestra época", ha manifestado.

Por ello, ha asegurado que el envejecimiento es un problema que debe tratarse desde todos los aspectos; una cuestión "cada vez más acuciante" y que "llama cada vez más a las distintas disciplinas que lo cubren, no solamente a la salud". Es decir, que destaca su carácter "interdisciplinar".

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Así, ha incidido en que en la actualidad hay más de 1.500 personas al día que cumplen 65 años y que pasa los 65 años tiene "grandes expectativas de llegar hasta los 85". "Y eso significa que a la semana vamos a tener del orden de 5.000 personas que llegan a los 85 años", ha concretado.

Esta situación abre toda una panorámica de aspectos que van desde la salud a la discapacidad, calidad social y capacidad de emplear los conocimientos y las experiencias de los mayores.

En este sentido, Lora-Tamayo ha enfatizado que una persona de 85 años de edad que esté en plenitud de sus facultades es "absolutamente utilizable" y "puede aportar una experiencia muy necesaria a todos los problemas que estamos siempre definiendo y tratando".