ABUSOS LABORALES

Los copilotos precarios del mayor contratista de helicópteros de la Administración se plantan en el inicio de la campaña contraincendios

Los helicópteros que transportan brigadas no pueden despegar sin dos pilotos.

La temporada alta de incendios empezó el pasado día 1 y amenaza con un conflicto que puede afectar a las labores de extinción. Los copilotos con contrato temporal de la multinacional Babcock MCS España, que tiene al cargo el 90% del sector nacional de emergencias aéreas y es el principal proveedor de helicópteros contraincendios para el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas, han efectuado un plante para pedir que se equiparen sus condiciones laborales con las de sus compañeros fijos.

Son cerca de 40 pilotos que iban a ser contratados este mes de junio para emprender la campaña de verano los que han presentado ya cartas de renuncia ante el departamento de Recursos Humanos de Babcock, según han explicado fuentes del Sindicato Libre de Trabajadores Aéreos (SLTA). Los que ya se habían incorporado, también han presentado cartas anunciando su baja con los 15 días de preaviso legalmente exigidos, por lo que abandonarán sus puestos en dos semanas. Desde el 18 de septiembre de 2017, las operaciones de lanzamiento de agua y traslado de personal especialista con helicópteros que levanten más de 4.000 kilos deben ser realizadas por un piloto y un copiloto. Es decir, sin este segundo profesional, el helicóptero no puede despegar.

En Babcock, el número de copilotos con contrato indefinido no supera la docena, explican fuentes sindicales. Y la escasez de pilotos de helicópteros en España impedirá a la empresa encontrar con quien suplir a los plantados. Cada día que una empresa contratada por las diferentes administraciones no cumpla con el servicio puede ser penalizada con sanciones de hasta 6.000 euros.

En sus cartas, los copilotos exponen a la empresa su decisión de causar baja voluntaria de su puesto al amparo del artículo 49.1 d) del Estatuto de los Trabajadores, que regula la renuncia del empleado con el preaviso de 15 días establecido en el convenio colectivo. “Dicha solicitud”, reza una de las cartas a la que ha tenido acceso infoLibre, “se produce después de agotar todas las vías conciliadoras, debido a la impasibilidad por parte de la directiva de Babcock MCS España, a su falta de compromiso para llegar a un acuerdo con el colectivo PRI/PICUS [Pilots In Command Under Supervision] a fin de terminar con esta situación de agravio comparativo respecto a otros compañeros de la empresa y del servicio, y a la precariedad de nuestras condiciones laborales actuales, que me impiden llevar a cabo una vida personal/laboral digna”. Los pilotos no pueden hacer huelga –los servicios mínimos de emergencias son el 100%–, de modo que han optado por el plante.

Estos copilotos reclaman un contrato fijo discontinuo que les garantice seis meses de trabajo al año. En la actualidad, Babcock los contrata por días. Suelen trabajar apenas 10 o 15 días al mes durante un periodo de sólo cuatro meses. Cobran 50 euros brutos el día más una dieta de 36 euros. No pasan de los 1.000 euros mensuales, asegura el SLTA. También piden que se les paguen los mismos pluses –por tener la licencia de piloto de máximo nivel, por saber inglés, por tener la habilitación de vuelo por instrumentos…– que perciben sus compañeros fijos. En algunos casos, llegan a trabajar sin contrato, añade el sindicato, que acaba de denunciar uno de ellos, en la base de Villares de Jadraque (Guadalajara) ante la Inspección de Trabajo.

Cuantiosa inversión, alta siniestralidad

Esas precarias condiciones las sufren los pilotos después de haber hecho una cuantiosa inversión para conseguir la licencia: entre 70.000 y 100.000 euros por dos años de cursos. La Inspección de Trabajo ya abrió en su día a Babcock un proceso sancionador por infracción grave por obligar a los pilotos que contrataba a pagarle 24.550 euros por el curso de habilitación en el helicóptero que va a llevar y otros 14.370 euros más por el de lucha contraincendios. Esas cantidades, menos una parte que la compañía “subvencionaba” a los trabajadores, se les detraía de las nóminas. Además, el contrato de los pilotos incluye un compromiso de permanencia por dos campañas. Si se va antes, debe abonar a la empresa 47.000 euros, indican las fuentes del SLTA.

Además de rozar el mileurismo, el trabajo estacional y precario de estos copilotos sufre unos índices récord de siniestralidad. La tasa de mortalidad laboral de un piloto de helicóptero es de 261 fallecidos por cada 100.000 trabajadores, mientras que la media nacional son supera los 3,2. En la minería, un sector con una histórica elevada siniestralidad, el índice es mucho menor: 35,1 muertos por cada 100.000 trabajadores.

Un portavoz de Babcock negó conocer las cartas de renuncia de los copilotos y aseguró que hasta el momento está prestando sus servicios y trabajando “al 100%”. Pero este mismo martes los máximos responsables de la filial española, pilotos y copilotos se han trasladado a Londres para celebrar una reunión con los directivos británicos del grupo. Fuentes del SLTA aseguran que la empresa ha rechazado todos los intentos de mediación que el sindicato ha planteado. Aunque el SLTA no tiene representación en Babcok, es el sindicato mayoritario en el sector y respondió a una soliticitud de intervención que cursaron los copilotos de la empresa, explica.

Hace ya dos años le propuso eliminar la dieta que se les paga a los pilotos por dormir en un hotel cuando tienen que permanecer fuera de su lugar de residencia, y que pernoctaran en la misma base de helicópteros. “Hicimos el cálculo y la factura se habría rebajado de los 600.000 euros que Babcock paga por esa dieta a sólo 50.000 euros si dormían en la base, de forma que ese dinero sirviera para mejorar las condiciones de los copilotos”, detallan fuentes del sindicato, “pero la empresa se negó”.

Gran contratista de las administraciones

El 90% del negocio de Babcock procede de contratos con las administraciones públicas. Sus helicópteros combaten los incendios a las órdenes del Ministerio de Agricultura o se dedican al salvamento marítimo subcontratados por el Ministerio de Fomento, o a las emergencias médicas al servicio de las comunidades autónomas, por ejemplo. Cuenta con una plantilla de 1.300 trabajadores, de los cuales 350 son pilotos –11 mujeres–, y con una flota de 128 helicópteros. La mayoría de sus máquinas, 61, se destinan a la lucha contra incendios. Además de al Ministerio de Agricultura –14 helicópteros– presta servicios contra el fuego a Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Madrid y Valencia.

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Los helicópteros de más de 4.000 kilos son los rusos Kamov, que se utilizan para verter agua en los incendios, y otros más ligeros, de tamaño medio –Bell 412–, que transportan a las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF). Ambos tipos precisan de dos pilotos para su despegue según las nuevas normas de seguridad. Babcock cuenta con 38 de estos helicópteros para la lucha contraincendios. De ellos, 27 son contratados por el Ministerio de Agricultura, según un estudio encargado por laAsociación Española de Compañías Aéreas, Helicópteros y Trabajos Aéreos. Las comunidades autónomas emplean otros 149 helicópteros en verano suministrados por diferentes compañías privadas, 47 de ellos son de Babcock.

Sólo en 2017, Agricultura adjudicó a Babcock dos contratos para la extinción de incendios forestales con 10 helicópteros hasta el año 2020, por importe conjunto de 21,14 millones de euros, según consta en la Plataforma de Contratación del Estado. La Junta de Castilla-La Mancha le concedió un lote de su plan de lucha contra el fuego de 6,95 millones de euros durante dos años.

El año pasado fue el segundo peor en incendios de los últimos 10 años, con 174.788 hectáreas de superficie quemada, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura. También fue el año en que se prendieron más grandes incendiosgrandes incendios, aquellos que queman más de 500 hectáreas: 52, casi el triple que un año antes. En 2017 se declararon en España 13.153 siniestros forestales.

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