Consumo

Los agujeros negros del 'Black Friday': ni todos los descuentos son reales ni es la oportunidad perfecta para comprar

Escaparate que ofrece descuentos por la campaña comercial 'Black Friday' en Londres

Este viernes 23 es Black Friday. La mayoría de los escaparates llevan semanas engalanados para la ocasión. Anuncian descuentos únicos, algunos sólo para este viernes y otros para semanas. Es el séptimo año que España celebra este día, importado desde Estados Unidos y cada vez más extendido. Tanto, que el 92% de los españoles prevé participar en la edición de este 2018, según un estudio realizado por Privalia. Así, muchos de ellos adelantarán las compras de Navidad, concretamente, el 51%. Otros (un 77%) aprovecharán para adquirir ese producto que tanto ansiaban a un menor precio. 

No obstante, a pesar de la expectación que crea cada año la celebración del Black Friday, alimentada en parte por la publicidad destinada a promocionarlo, las asociaciones de consumidores llaman a la calma, a no dejarse llevar por el descuento o por ese imperativo que anuncia "Aprovecha la oportunidad" en cada escaparate o en cada página web. No todo es lo que parece: a veces los descuentos no son los que anuncian y no siempre es la ocasión perfecta del año para comprar

"Sobre el papel, parece una buena ocasión para equipararte con lo que necesitas aprovechando buenos precios, pero no siempre es así: en realidad, son unos pocos productos 'señuelo' los que realmente bajan su precio", advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). El Black Friday tiene algunos agujeros negros y hay que estar atento para no caer en ellos. 

1. Puede haber engaño en los precios

La OCU y Facua llevan advirtiéndolo mucho tiempo: no todos los descuentos son los anunciados. Y lo han probado. En las dos anteriores ediciones, la de 2016 y la 2017, la OCU monitorizó los precios de algunos productos durante un mes antes del Black Friday para saber si los comercios que se subían al carro de estas rebajas decían la verdad.

Hace dos años analizaron 1.600 productos de distinto tipo. De ellos, apenas el 13% redujeron su precio durante el viernes negro. Además, en la media de productos se detectó una subida que rondó el 2%. El año pasado la tónica fue muy similar. Por ello, la organización recuerda que la Ley 7/1996 de 15 de enero de regulación del comercio minorista establece que "siempre que se oferten artículos con reducción de precio, deberá figurar con claridad, en cada uno de ellos, el precio anterior junto con el precio reducido". "Se entenderá por precio anterior el menor que hubiese sido aplicado sobre productos idénticos en los 30 días precedentes", añade la norma. 

"Hay algunas rebajas realmente engañosas en las que o bien se inventa el descuento o se sube el precio unos días antes para después volver al original", denuncia Rubén Sánchez, portavoz de Facua. Neus Soler, experta en márketing de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), coincide con él: "No aplicar el descuento que se publicita es una práctica que se ha extendido bastante", critica. 

Pero controlarlo es complicado. Según Soler, primero habría que demostrarlo y para ello habría que controlar todos los comercios. "Si se pudiera, se podría sancionar", asegura. El problema de estas malas prácticas, afirma Soler, es que "se ensucia el concepto del Black Friday". "Y el consumidor no perdona", asegura. Así, "empieza a meter a todas las empresas en el mismo saco, acusándolas de manipular los precios, y esto tampoco es justo". 

2. El pequeño comercio, el más perjudicado

La mayoría de las compras que los consumidores realizan en este día se hacen por Internet. Así ha sido todos los años y así será este, según la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), que engloba a más de 500 empresas. Si se cumple su previsión, el Black Friday moverá 1.560 millones de euros a través de la red, lo que supone un 10% más que en la edición de 2017.

¿Qué revela esto? Que es el gran comercio el que puede aprovechar este día. Por contra, es el pequeño el que más perjudicado sale. "No tienen tanto personal y es un esfuerzo enorme que tampoco les interesa", explica Soler. "Se ven arrastrados a la vorágine del Black Friday, pero no les compensa", añade. Aun así, si quieren hacer caja de cara a Navidad, tienen que hacerlo. 

"La crisis económica marcó un punto de inflexión y la gente cada vez tiene más en mente aprovechar ofertas y promociones", explica la experta en un artículo publicado en la UOC. Así, si en 2012 la facturación del Black Friday representó el 1,63% del total de ventas hechas hace un año, en 2016 la cifra se disparó al 5,3%, según otro informe de Adigital. 

3. El peligro del imperativo "aprovecha la oportunidad"

El mensaje que lanzan los comercios en estos días está claro: aprovecha la oportunidad y benefíciate de los mejores descuentos. En síntesis, llaman al consumidor a aprovechar la oportunidad. Pero, ¿es esta cierta? Según Soler, Facua y la OCU, no. 

El próximo 26 de noviembre es el Ciber Monday, en enero llegan las rebajas, que se repiten en julio y, además, muchos comercios establecen otras temporadas de descuentos únicos en sus productos. Es decir, hay muchos días al año para comprar por un precio inferior al original. Entonces, ¿por qué aprovechar en el Black Friday?

"En 2017 [...] la conclusión fue que, para ahorrar, no hacía falta comprar en Black FridayBlack Friday: de hecho, respecto al precio que tenían en el mes anterior, casi la mitad de los productos (48%) del estudio de OCU no habían variado de precio, un 41% tenía un precio superior a ese mínimo del periodo y sólo un 11% cumplía los requisitos para poder indicar un precio inferior", afirmó la OCU. "En general, el análisis de precios del año pasado reveló que los productos durante el Black Friday eran en torno a un 2,5% más caros que el mínimo que alcanzaron en el último mes", añadió la asociación. 

"Hemos entrado en una dinámica de descuentos continuos. Antes teníamos sólo las rebajas de enero y julio y ahora se encadenan unas con otras", argumenta Soler, que afirma que esto no es más que la consecuencia de la "liberalización del comercio". Pero tiene otra consecuencia última, considera: "El consumidor empieza a entender el precio rebajado como el regular y hace entender a la marca que sólo comprará por ese importe, así que el comercio sólo podrá ofrecerlo así si reduce su calidad". 

Sánchez apuntala esta opinión y asegura que "no se trata de tener el Black Friday como el paradigma de los grandísimos descuentos". "No, es un día más de los muchos que hay a lo largo del año", explica. Por eso, argumenta que el precio real del producto no existe, ya que hay varios meses en los que se ofrece a uno más rebajado que en otros. 

4. El empleo que crea, "temporal, parcial y mal pagado"

UGT lo denunció el año pasado y lo ha vuelto a criticar este. El Black Friday"oculta un pésimo modelo laboral y económico". Las empresas, critica, tienen una "actitud de permanente conflicto con sus empleados, a causa de su desdén por el diálogo social, su tacañería salarial y el exceso de temporalidad". 

Además, critica el sindicato, los planes empresariales a medio y largo plazo "pasan, simplemente, por reducir el número de trabajadores hasta casi su erradicación". "De hecho, sus planes de robotización están empezando a dar sus frutos con un modelo laboral que ahonda en la polarización del mercado de trabajo, genera una dualidad en los puestos de trabajo que liquida las cualificaciones medias, o directamente las clases medias: sólo se contratan trabajadores muy cualificados o trabajadores para ofrecerles empleos precarios". 

Gana la urgencia, pierde la paciencia

Un ejemplo es Amazon. Precisamente, sus sindicatos han convocado una huelga para este viernes en la planta de San Fernando de Henares. Según informó CGT en un comunicado, en abril la multinacional del comercio electrónico decidió implantar "unilateralmente" el convenio del sector de la logística de Madrid en su almacén madrileño, uno de los dos centros logísticos de estas características en España.

"La caducidad del anterior convenio propio que regulaba las condiciones laborales del centro dio al traste con derechos que venían siendo históricos en el centro como el precio de la hora extra, las categorías profesionales, la garantía de subida salarial, el complemento de baja por incapacidad temporal y otros", señalaron. Además, los sindicatos también criticaron que las negociaciones llevaban atascadas desde la pasada huelga de julio, sin que la empresa hubiera hecho un movimiento sustancial en sus posiciones de degradación de condiciones.

Para este sindicato, la pelota está en el tejado de la empresa, "que deberá decidir si mantiene el pulso con su principal almacén del centro y sur del España paralizado en días clave de manera recurrente o si accede a garantizar la continuidad de derechos para sus trabajadores y trabajadoras". "En julio la empresa ya tuvo que hacer frente a su Prime Day sin poder contar con el almacén de San Fernando que funcionaba bajo mínimos rodeado por los piquetes informativos y un fuerte dispositivo policial", señalaron.

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