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PRIMERO DE MAYO

Los sindicatos salen a la calle para recordar al PSOE que ya tiene “sobrada mayoría” para acabar con la reforma laboral

Manifestación del Primero de Mayo en Madrid.

El Primero de Mayo puede beneficiarse del viento de cola del 28 de abril, de la “activación social” que ha conducido al vuelco en las urnas, y permita a los sindicatos remontar así la participación menguante de las últimas convocatorias. Es la confianza de UGT y CCOO, que han convocado más de 70 manifestaciones en toda España bajo el lema La lucha continúa, + derechos + igualdad + cohesión. Primero las personas. “Ahora ese resultado electoral debería trasladarse a las políticas, que tendrían que estar en consonancia con lo que los votantes han dicho”, avanza el secretario general de CCOO, Unai Sordo. Es más, tras congratularse por la “nueva fase” política, Pepe Álvarez, el líder de UGT, cree que el resultado del 28A necesita una “exigencia social que lo consolide”. “El Primero de Mayo”, avanza, “debe ser el inicio de una movilización permanente que garantice que esta vez sí vamos a poder dar la vuelta a la situación, tras cinco años de crecimiento económico pero con un paro insoportable, una bajada de impuestos del 25% a las empresas y una reforma laboral que nos ha dejado sin derechos, eso tiene que verse en la calle”.

Y necesita ver en la calle esta “nueva mayoría que quiere un cambio” el PSOE, añade Álvarez. Unai Sordo recuerda que su negativa a derogar la prevalencia del convenio de empresa, recuperar la ultraactividad –prórroga automática de los convenios cuando caducan– o modificar las condiciones de la subcontratación la justificaba el Gobierno de Pedro Sánchez en la falta de respaldo suficiente en el Congreso, cuando los socialistas sólo sumaban 84 diputados. “Ahora [con 123 diputados] tienen una sobrada mayoría en cualquiera de las hipótesis de formación del Gobierno”, explica, “por lo que no se entendería que no retomara el compromiso adquirido”. Pepe Álvarez lo secunda: “Sería una estafa no tener en cuenta a la mayoría de los votantes, que quieren un giro, ya no hay excusas con una mayoría parlamentaria nítida”.

Por el contrario, CGT cree que el resultado del 28A no supondrá un “cambio sustancial” de políticas económicas y sociales. “Pacte con quien pacte, no diferirán mucho de las actuales”, lamenta el secretario de Acción Sindical de CGT, Tomás Rodríguez.

Para el responsable de UGT, la derogación de las reformas laborales de 2010 –del último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero– y de 2012 –del Ejecutivo de Mariano Rajoy– es “imprescindible”, y urgente la derogación de la reforma de las pensiones de 2013, independientemente de lo que discuta el Pacto de Toledo. La comisión parlamentaria lleva atascada dos años en la revisión de la veintena de recomendaciones que deben guiar las reformas sucesivas del sistema público de pensiones, mientras los jubilados ya han vuelto a salir a la calle este mismo lunes en Bilbao para continuar reclamando pensiones dignas. Álvarez también reclama un nuevo Estatuto de los Trabajadores, cuya negociación, no obstante, requerirá un proceso “más lento”.

Tomás Rodríguez desconfía del PSOE. “No va a derogar la reforma laboral [de 2010] que él mismo aprobó y tanto el aumento de la edad de jubilación como el factor de sostenibilidad estaban ya en la reforma de las pensiones de 2011 que impulsó el Gobierno socialista”, recuerda el dirigente de CGT. Ni siquiera si gobierna con Unidas Podemos, objeta también, se dará un vuelco a las políticas laborales, por culpa de la debilidad del resultado del partido morado en las urnas. “[El Ejecutivo de Pedro Sánchez] tampoco derogó la ley mordaza pese a que tenía tiempo para hacerlo”, critica.

Con Ciudadanos, no

“A nosotros nos preocupan más los guiones que los actores”, resume Unai Sordo la postura de CCOO respecto de los posibles pactos de gobierno. El sindicato prefiere un gobierno estable, con una mayoría parlamentaria fortalecida “porque hay que tomar medidas de calado”: un programa con “una visión progresista y de izquierdas” en materia laboral, de protección social, fiscal y de inversiones, enumera. “Deberá ser una política netamente de izquierdas, con coalición o no, y con un compromiso político en el Parlamento de apoyo a la hoja de ruta del Gobierno”, describe Pepe Álvarez.

En ese esquema, en cualquier caso, no cabe Ciudadanos, cuyas propuestas fiscales Unai Sordo tacha de “irresponsables”. “Hacer bandera de una rebaja generalizada de impuestos cuando la recaudación en relación con el PIB en España está ocho puntos por debajo de la media europea nos lleva a paquetes de recortes similares a los sufridos durante la crisis o a una quiebra del Estado por el aumento brutal del déficit y el aumento disparatado de la deuda pública”, advierte el dirigente de CCOO. Ciudadanos, además, rechaza que se toque la reforma laboral, o al menos que se modifique en la dirección en la que empujan los sindicatos. “Sus propuestas en materia laboral, fiscal o de pensiones, rayanas en el ultraliberalismo, no son compatibles con las nuestras, básicamente una reformulación del contrato social para el siglo XXI”, precisa.

Ni UGT ni CCOO quieren entrar en el juego de los pactos, al tiempo que son muy críticos con las recientes declaraciones del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, sobre sus preferencias políticas. El lunes, Garamendi aseguró en RTVE que la patronal se sentiría “cómoda” con un Gobierno de centroizquierda. El martes, en RNE, consideró “más adecuado” para España un Ejecutivo monocolor del PSOE, “aunque existe la alternativa matemática” de sumar Ciudadanos a los socialistas.

“Es llamativo el silencio de los grandes empresarios ante las extravagancias económicas de los tres partidos de la derecha, que han hecho gala de una demagogia fiscal apoteósica, y ante las propuestas fiscales de Vox, que son anticonstitucionales, cuando hace dos o tres años anunciaban las siete plagas si Podemos, que al final presentó un programa bastante socialdemócrata, obtenía un exceso de representación”, protesta Unai Sordo. Pepe Álvarez dice que no le ha escuchado a Garamendi ninguna advertencia sobre la amenaza que representa la ultraderecha ni ha conminado a otros partidos a no formar gobierno con Vox.

'¿Un futuro sin sindicatos?'

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Reanudar el Diálogo Social

En cualquier caso, los sindicatos quieren volver a sentarse en la Mesa del Diálogo Social en el punto donde dejaron las negociaciones antes de que se convocaran los comicios. Con un preacuerdo para derogar los “aspectos más lesivos” de la reforma laboral del que la CEOE se descolgó finalmente. Según la interpretación sindical, por la coyuntura política y según la patronal, porque se habían llegado a acuerdos sin contar con los empresarios. UGT y CCOO recordaron entonces y lo repiten ahora, que la subcontratación, la ultraactividad y la prevalencia del convenio sectorial ya fueron abordados en el acuerdo de negociación salarial hasta 2020 firmado por la patronal. “Estamos dispuestos a abordar las negociaciones del Diálogo Social con altura de miras”, promete Unai Sordo, “porque no se trata sólo de la derogación de la reforma laboral, sino también de afrontar otros retos socioeconómicos que requieren la corresponsabilidad de la CEOE”.

Este Primero de Mayo tras el 28 de abril debe ser “de celebración y de exigencia”, pero también debería transformarse en una “ola social que garantice los cambios”, plantea Pepe Álvarez. Y ocurre en un momento en que, según su apreciación, “el sindicalismo se encuentra en mejores condiciones para exigir”. Unai Sordo hace un planteamiento más político: “Los parámetros de la izquierda deberían abrirse paso, pero sin sectarismos y con consensos amplios”. La estrategia de CGT, subraya Tomás Rodríguez, es clara: “Seguir en la calle”.

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