Coronavirus y medio ambiente

La "recuperación verde" gana terreno al 'Plan Marshall' como política europea de estímulo económico contra la crisis

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en una sesión del Europarlamento.

"La voluntad política está aquí. Ya tenemos los planes y la estrategia. Proyectos como el Acuerdo Verde Europeo, y otros planes nacionales de desarrollo con cero emisiones de carbono tienen un enorme potencial para reconstruir nuestra economía y contribuir a crear un nuevo modelo de prosperidad". Son palabras de la Unión Europea más verde, de países, organizaciones, empresas y sindicatos que este martes se han unido en una alianza que reivindica que la salida de la crisis sociosanitaria desatada por el nuevo coronavirus puede y tiene que buscar la sostenibilidad y la acción climática efectiva.

Los firmantes de la llamada a la movilización titulada Green Recovery (Recuperación Verde) no son precisamente minoritarios: se trata de ministros de 10 países (Alemania, Austria, Dinamarca, España, Francia, Finlandia, Italia, Luxemburgo, Suecia y Portugal), 79 eurodiputados de 17 Estados miembro, 37 directores generales (incluyendo el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán), 28 asociaciones empresariales que representan a diez sectores diferentes, una confederación sindical que representa a miembros de 90 organizaciones sindicales nacionales y diez federaciones sindicales, siete ONG y seis think tanks. Argumentan que, como se ha defendido desde hace años, el dilema entre salvaguardar la economía –el sistema económico, más bien– y luchar contra el cambio climático es falso: el amplio abanico de políticas recogidas bajo el paraguas del término Green Deal tienen en común la creación de empleos, nuevas oportunidades y bienestar al mismo tiempo que se limita el impacto del ser humano sobre los ecosistemas y sobre el clima.

Así lo explica el manifiesto de la nueva alianza formada: "En esta situación tremendamente difícil, también nos enfrentamos a otra crisis: un shock para nuestra economía más duro que la crisis de 2008. La gran conmoción para la economía y los trabajadores creada por la pandemia exige una fuerte respuesta económica coordinada" que, defienden los firmantes, no puede ser igual que la dada a la pasada recesión: hacen falta más inversiones y menos austeridad. "Estas inversiones masivas deben desencadenar un nuevo modelo económico europeo: más resistente, más protector, más soberano y más inclusivo. Todos estos requisitos se encuentran en una economía construida alrededor de los principios verdes", afirman.

No se trata de quitar recursos a la recuperación para dárselos a la acción climática y a la búsqueda de la sostenibilidad de nuestros procesos económicos. No funciona así, defiende el manifiesto. Se trata de construir dicha recuperación mientras se avanza en esa lucha. "La transición a una economía neutra para el clima, la protección de la biodiversidad y la transformación de los sistemas agroalimentarios tienen el potencial de generar rápidamente empleos, crecimiento y mejorar el modo de vida de todos los ciudadanos del mundo, así como de contribuir a la construcción de sociedades más resistentes". Los firmantes aseguran que, a diferencia de 2008, la transición ecológica es mucho más fácil ahora: las energías renovables son muchísimo más rentables y baratas que antes, los vehículos eléctricos han avanzado muchos kilómetros en cuanto a eficiencia y capacidad, la agricultura sostenible es una realidad y no una utopía. "Consideramos que debemos preparar a Europa para el futuro y diseñar planes de recuperación, a nivel local, nacional y de la UE, que consagren la lucha contra el clima como el núcleo de la estrategia económica", reivindican.

"El covid-19 no hará que el cambio climático y la degradación de la naturaleza desaparezcan. No ganaremos la lucha contra la enfermedad sin una respuesta económica sólida. No nos opongamos a esas dos batallas, luchemos y ganémoslas al mismo tiempo. Solo seremos más fuertes juntos", concluye el texto. El manifiesto no es simplemente una defensa del Green Deal, el paquete de medidas contra la crisis climática de la Comisión Europea. Defiende, además, los planes de cada Estado miembro para avanzar hacia una economía neutra en carbono. Muchos de los firmantes, de hecho, como el Gobierno español representado en este asunto por la vicepresidenta Teresa Ribera, han reclamado en otras ocasiones que el Ejecutivo comunitario sea mucho más ambicioso y exija mucho más a los Estados: por ejemplo, a la hora de reclamarles la actualización de sus compromisos de reducción de emisiones dentro de la Ley del Clima Europea. 

La batalla–política, económica, de significados y significantes, incluso cultural– se está librando en el seno de la Unión Europea. Hay un cierto consenso entre la mayoría de los actores en que el estímulo y las inversiones públicas y privadas, y no la austeridad y la mano dura de la troika, nos librarán o, al menos, paliarán los peores efectos de la lucha contra el coronavirus. Pero si bien el Plan Marshall como política expansiva estaba imponiéndose, el alegato titulado Green Recovery pone de manifiestoGreen Recovery que hay muchos actores relevantes que no solo no están dispuestos a abandonar la lucha contra el cambio climático aunque la prioridad número uno sea vencer al virus, sino que consideran que la acción medioambiental y la lucha para salir de la recesión que viene deben ir de la mano. 

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Un nuevo Plan Marshall, semejante a las ayudas económicas que Estados Unidos ofreció a Europa tras la Segunda Guerra Mundial, ha sido defendido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la OCDE y por numerosos agentes locales, regionales, estatales y supraestatales de todo el continente. Ni el término ni el concepto, sin embargo, aluden a los valores medioambientales que representa el Green Deal, a pesar de ser tan parecidos en cuestiones macroeconómicas. Los defensores de un gran plan de inversiones verdes han ido creciendo semana tras semana hasta llegar hasta este manifiesto. En España, por ejemplo, solo se podía leer y escuchar a Más País enarbolando la bandera del GND como posible receta ante el golpe del coronavirus. Así como a los genuinos inventores del concepto: la facción más progresista del Partido Demócrata estadounidense, representada por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez. Poco después se unieron la vicepresidenta para la Transición Ecológica, así como Unidas Podemos como partido gubernamental. No estaban solos, como se ha percibido este martes. 

Hay, sin embargo, resistencias que vencer. La disputa norte-sur –a grandes rasgos– sobre hasta dónde deben llegar estos estímulos sigue viva. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, no ha dado su apoyo explícito al manifiesto ni a su contenido: solo se ha limitado a defender que no renunciará al Green Deal a pesar del impacto de la pandemia. Y el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, el espacio del Parlamento Europeo ocupado por la derecha más a la derecha del continente y al que pertenece Vox, ya ha pedido que se destinen recursos inicialmente pensados para la acción climática para combatir la emergencia sanitaria. En este artículo, ambientólogos y ecologistas lamentan que la falta de acciones reales que acompañaron a las declaraciones de emergencia climática en medio mundo hayan dado alas a los negacionistas para, en estos días, negar que el cambio climático represente una urgencia real en comparación con el covid-19. 

También hay dudas sobre si el Green Deal de la Comisión Europea es suficiente para responder al esfuerzo que los países más desarrollados deben realizar si quieren mantener el calentamiento global dentro de unos límites manejables.Green Deal El proyecto del Ejecutivo comunitario, defiende el colectivo climático Contra el Diluvio, "es meramente un intento de adaptación del orden económico, político y social actual a un escenario climático y ecológico distinto, e incluso en esa idea hace aguas a muchos niveles". Pero matizan: "Uno de los problemas del plan, en cualquier caso, era lo poco ambicioso del estímulo económico. Ahora parece que los tiempos de racanear con la máquina de imprimir billetes ya quedaron atrás". En esencia, defienden, el Green Deal de Von der Leyen se articula simplemente como un conjunto de ayudas a empresas: y la acción climática requiere más y mejor justicia social para evitar que, como contra el coronavirus, los más vulnerables se queden atrás.

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