Crisis del coronavirus

España tendrá como mínimo un 15% menos de bares y restaurantes cuando pase la pandemia: "Es un desastre"

Los hosteleros –dueños de bares, restaurantes, hoteles, apartamentos y cámpings– lo ven cada vez peor. Nunca han sido muy optimistas, desde la declaración de un Estado de Alarma que condenó al cierre a priori provisional del 95% de los negocios: pero confiaban que la "nueva normalidad" lo fuera también para ellos una vez pasase lo peor. Sin embargo, el plan de desescalada anunciado este martes por el Gobierno ha sentado como un jarro de agua fría. En un principio, se barajaba la cifra del 15% para los bares, restaurantes y otros establecimientos que no serían capaces de volver a abrir. La mayoría, a estas alturas y según los estudios que maneja la patronal, ha tenido que recurrir a financiación externa o a sus propios ahorros para aguantar el tirón. Pero el escenario que se plantea a partir de ahora, en el que muchos de ellos no podrán volver a levantar la persiana hasta bien entrado junio, deja desactualizado el número. "Es una situación dramática, un desastre", asegura el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel. 

"Imagínate. Esto no había pasado en la vida y no tenemos ni una certeza", afirma Yzuel. "No menos de 200.000 empleos se perderán. Y va a haber picos de no incorporación de hasta 600.000 personas", lamenta. El presidente de la patronal está muy enfadado con el plan de desescalada propuesto por el Ejecutivo. "Es una barbaridad. Yo creo y confío en que van a rectificar". En la interlocución que mantuvo el Ministerio de Industria y Comercio con Hostelería de España y otras organizaciones similares, explica, se puso una cifra de aforo sobre la mesa: el 30%. Pero no como el porcentaje de mesas de terraza que se podrían disponer durante la fase I, sino como una reducción generalizada de dicho aforo. Es decir, mantener el 70% del espacio disponible para los clientes. Les pareció razonable. Pero cuando Yzuel escuchó el anuncio del presidente, "creí que era un error, que se había equivocado". 

"¿Pero qué tiene que ver el aforo?", se pregunta. Mantiene que mientras se puedan garantizar las medidas de distancia entre mesas y las precauciones higiénicas pertinentes, no influye la cantidad de personas que el local pueda acoger. "Cuando venga una familia se sentarán en la misma mesa. A esos no los tenemos que separar de nada. No importa que tengamos x mesas, sino que las mesas estén separadas unas de otras", pone de ejemplo. El criterio del Gobierno ha sido distinto. 

La fase I, que plantea un 30% de aforo solo en terraza y que durará, en el mejor de los casos, 15 días a partir del 11 de mayo, hará muy difícil abrir a la mayoría de negocios, considera Yzuel. "Alguno habrá que pueda abrir. Al que le coja esto con una terraza muy grande en un sitio bueno. Pero va a ser una absoluta rareza. En general las terrazas no superan las diez mesas. ¿Y qué hago, abro para tres mesas? ¿En qué país vivimos? No da ni para pagar el desinfectante", asegura. 

La cifra del 15% de cierres definitivos de establecimientos hosteleros proviene de un informe al que ha tenido acceso infoLibre, elaborado a principios de abril por las consultoras Bain & Company y EY y encargado por las principales organizaciones patronales españolas. Encuesta a una muestra representativa de propietarios y analiza la situación socioeconómica del sector para hacer el cálculo. "Siendo un sector fundamental en la economía, la hostelería es al mismo tiempo un sector estructuralmente frágil y muy vulnerable a choques económicos", asegura el trabajo.

183.000 bares y 79.000 restaurantes

Se calcula que en España hay 183.000 bares y 79.000 restaurantes, así como 17.000 hoteles, 16.000 apartamentos y mil campings. A pesar de que aportar un 6,2% al Producto Interior Bruto nacional, mucho más que en otros países como Italia, Portugal, Francia, Reino Unido o Alemania, sus márgenes son muy bajos, está compuesto en su mayoría por negocios pequeños (el 90% tiene menos de cinco empleados) y, dada su correlación con la renta disponible de los españoles, su dependencia de periodos de bonanza es muy alta.

Además, explica el informe, la relación es obvia entre la hostelería y el sector turístico. La movilidad entre provincias va a seguir estando limitada durante meses, pero ni se estima ni se espera que muchos visitantes de otros países vayan a veranear en uno de los países más afectados por el covid-19. En Canarias y Baleares, que viven mayoritariamente del turismo, el 19% de la riqueza de la región la genera la hostelería en el primer caso y el 21% en el segundo, cifran los cálculos de Bain y EY.

Las consultoras hicieron una estimación de cómo afectaría el covid-19 a la facturación y al empleo de los más de 300.000 establecimientos hosteleros en España. El problema es que cuando lo hicieron no se sabía aún nada de los planes del Gobierno para la desescalada… y fueron demasiado optimistas, incluso en el peor de los escenarios que dibujan. Plantean tres posibles situaciones. En la primera, estiman en la que a partir del 26 de abril los establecimientos abren al 50% de su capacidad (no se ha producido). Y en la más pesimista, calculan un confinamiento duro hasta finales del mes de mayo, y a partir de junio y hasta agosto una apertura restringida a la mitad del aforo.

En este último escenario, al que llaman "Equivalente Wuhan", se perderían, según las estimaciones, entre el 40 y el 42% de la facturación anual (entre 49 y 52 millones de euros) y entre el 25 y el 26% del empleo del sector. Sin embargo, las consecuencias económicas reales pueden ser peores: a partir de la Fase I, que se alcanzará como poco el 11 de mayo en algunos territorios, solo podrán abrir el 30% de las terrazas. Con esas condiciones será imposible para muchos: no les sale rentable. Para ver una apertura restringida a la mitad del aforo habrá que esperar a la Fase III, que en las zonas con mejores resultados, y si todo sale bien, podrá darse a mediados de junio. En definitiva, la desescalada planteada es mucho más restrictiva para el sector que sus peores previsiones.

Los hosteleros piden no solo rectificar al Gobierno: también aprobar un plan de choque para apoyarlos, con ayudas a la financiación y al pago de los alquileres, entre otras medidas. No son un sector cualquiera, defienden: son el 6% del PIB y son especialmente vulnerables, como demuestran sus informes, a la caída del consumo y a la del turismo. Para la hostelería, el covid-19 es la tormenta perfecta.

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