IRPF

La baja presión fiscal del IRPF lleva a España a recaudar 21.847 millones menos que la media europea

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

Desde hace un par de semanas tiene lugar una negociación en el seno del Gobierno de coalición, integrado por PSOE y Podemos, para aumentar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Las discusiones se llevan con  total secreto con una finalidad: crear uno o dos nuevos tramos del IRPF que afecten a las rentas más altas, ya que en España el último tramo grava a quien gana a partir de 60.000 euros. Una presión fiscal que está muy lejos de la media europea y todavía más lejos de los países más ricos de la UE como Alemania, Italia o Francia. 

En concreto y de acuerdo con datos de Eurostat actualizados del cierre de 2018, la baja presión fiscal en este tipo de impuesto personal lleva a España a recaudar 21.847 millones menos que la media de los 27 estados miembros (si se incluye a Reino Unido este dato apenas varía). La presión fiscal del IRPF se sitúa en el 7,76% del PIB frente al 9,57% de la Unión Europea, una diferencia de casi dos puntos del PIB, que es lo que deja de ingresar la Hacienda pública. 

Dicho de otra forma, España recaudó 82.859 millones de euros en 2018 pero podría obtener más de 100.000 millones de euros a través del Impuesto sobre la Renta si tuviera el mismo impacto sobre el PIB que la media comunitaria.

La tributación por IRPF de las rentas bajas y medias en España está acorde con la media comunitaria: desde que nació este impuesto, a finales de los años ochenta, los tipos mínimos no se han movido del 19% mientras que los tipos marginales máximos han caído en los últimos 30 años del 70% al 43,5% actual. El tipo marginal es el porcentaje que pagan al fisco los contribuyentes a partir de un determinado tramo de renta. El marginal máximo se entiende a partir de la progresividad de este impuesto: es el tope que pagan las rentas más altas.

El último porcentaje del 43,5% es lo que tributan las rentas que ganan a partir de 60.000 euros, aunque en Navarra y País Vasco las rentas que superan ese umbral abonan un 49% de acuerdo con el último informe Panorama de la Fiscalidad Foral y Autonómica, publicado por el Consejo General de Economistas. En España hay cinco tramos del IRPF: de 0 a 12.450 euros, y a partir de 20.200, 35.200 y 60.000 euros. La diferencia entre España y Europa viene con las rentas más altas: por ejemplo, el tope marginal máximo del fisco alemán es del 51,1% (casi ocho puntos más) y el tramo más alto se cuenta a partir de 250.731 euros (cuatro veces más renta). 

Navarra y País Vasco, con la media de la UE

Los gravámenes en la UE son muy dispares, pero España juega en la liga de los países orientales, Malta o Chipre. El impuesto máximo sobre la renta en Países Bajos se aplica a partir de 68.508 euros, aunque la presión fiscal holandesa es más alta; en Alemania a partir de rentas de 250.731 euros; en Italia con 75.000 euros, en Finlandia con 78.500 euros y en Francia a partir de 157.807 euros. Todos los marginales máximos aplicados en estos países superan al de España: 51,8% en Países Bajos, 47,2% en Italia, 47,5% en Alemania, 51,1% Finlandia y 51,5% en Francia.

La presión fiscal española sumando todos los impuestos, esto es, lo que España recauda en función de su PIB, también está 5,5 puntos por debajo de la media de la UE: los 27 recaudan de media un 40,2% del PIB frente al 34,7% de España, que se sitúa en el número 18 de la tabla liderada por Francia, Dinamarca y Bélgica. Los países con menor presión fiscal son Irlanda (que recauda 22,6% del PIB), Rumanía (26,3%) y Bulgaria (29,9%), según la tabla elaborada por la Dirección General de Fiscalidad y Unión Aduanera de la Comisión Europea con datos de Eurostat de 2018. 

La reforma temporal de Rajoy

El pacto de Gobierno firmado en diciembre de 2019 contemplaba subir el IRPF a dos tramos: dos puntos sobre la base general para las rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos a las que excedan de 300.000 euros. 

Fuentes de la negociación aseguran que la negociación está siendo "dura" entre la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el responsable económico de Podemos y secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Algunas personas confirman que la ministra socialista descarta ahora tocar el gravamen a las rentas superiores a 300.000 euros, frente a la opinión de UP, socio menor del Ejecutivo.

Este domingo Montero negó en La Vanguardia que el Gobierno vaya a hacer una profunda reforma fiscal: la ministra se refirió a "algunos ajustes para preservar el Estado del bienestar" y a "ajustes mínimos". Preguntada por el tramo a partir de 300.000 euros, Montero contestó: "Hay muchas propuestas pero hasta que esté discutido todo el abordaje fiscal, no vamos a trasladarlo".

"El Impuesto de la Renta requiere de más progresividad y modificaciones", señala Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha. "De cara a la Ley de Presupuestos deberían incluirse los nuevos tramos prometidos por el nuevo Gobierno, pero si no podrían incluirse los tres tramos que Mariano Rajoy aplicó temporalmente en 2012: a partir de 120.000, 140.000 y 175.000 euros". 

En la liga de Malta o Chipre

La reforma fiscal que implantó el PP vino impuesta por la Troika y fue retirada en 2014, con los inicios de la recuperación. Según Cruzado, además del IRPF Hacienda debería "equiparar las ganancias patrimoniales a los rendimientos del trabajo". "No estaría de más incluir algún tramo sobre las rentas de capital", dice el presidente de Gestha: "a quien tiene un millón de euros tributando por las rentas de capital se le aplica el mismo tipo efectivo que a un autónomo que factura 33.000 euros al año".

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En España, 121.500 contribuyentes tributarían si el aumento de tramos afectara a las rentas de 130.000 euros, un 0,67% de los contribuyentes; a partir de ahí, la cifra se reduce paulatinamente. 

La semana pasada, el Senado dio el pistoletazo definitivo a la entrada en vigor de dos nuevos impuestos diseñados por el actual Ejecutivo, las llamadas Tasa Tobin y Tasa GoogleTasa TobinTasa Google: ambas entrarán en vigor en 2021, tres meses después de que se publiquen ambas en el Boletín Oficial del Estado (BOE). 

La primera es un tributo a las transacciones financieras que gravará la compra o venta de acciones de grandes empresas españolas cotizadas en Bolsa cuya capitalización sea superior a los 1.000 millones: una tasa con la que el Gobierno espera recaudar 850 millones anuales; la segunda es el impuesto sobre determinados servicios digitales que pretende gravar la publicidad online o la venta de datos de usuarios por parte de las grandes tecnológicas en España, y cuya recaudación se estima en 750 millones por año. 

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