FOOTBALL LEAKS

Raúl González, Ronaldo Nazario y Roberto Carlos: el club de los exfutbolistas del millón de euros

Jugadores del real Madrid durante un entrenamiento.

Los jugadores de fútbol suelen tener una vida laboral más corta que la mayoría de los trabajadores. Superada la treintena, el reloj biológico les señala la puerta de salida. Pero muchos de ellos, sobre todo los de primera categoría, disfrutan de mayores posibilidades de reinvención que un asalariado medio. No todos se convierten en entrenadores –Zidane, Koeman, Del Bosque, Guardiola–, una reorientación casi lógica. O en comentaristas deportivos, como Julio Salinas. Los hay que llegan a actores, como Vinnie Jones. Otros, David Beckham, Mathieu Flamini, prueban en el mundo de los negocios. Y unos cuantos más siguen conectados a sus antiguos clubes, estirando un poco más nombre y fama para promocionar la marca donde se hicieron ricos.

El Real Madrid es generoso con sus antiguas estrellas. Jorge Valdano fue director deportivo primero y adjunto a la presidencia después. Emilio Butragueño lleva más de una década como director de Relaciones Institucionales. Otro histórico, Raúl González, fue contratado en junio de 2017 como adjunto al director general del club, José Ángel Sánchez Periáñez. Su trabajo consistía en asesorar al Real Madrid, y no sólo en cuestiones deportivas, ayudar al club a gestionar su relación con los jugadores de los diferentes equipos, apoyar el desarrollo de los deportistas de la cantera, representar a los blancos en actos institucionales, comerciales y deportivos… Así consta en el contrato laboral al que ha tenido acceso infoLibre y que forma parte de los documentos de Football Leakscompartidos por la revista Der Spiegel con la red European Investigative Collaborations (EIC).

Para ello, el Real Madrid le exigió que se pusiera al tanto de la gestión de las diferentes áreas del club, de forma que pudiera “complementar su experiencia deportiva con el aprendizaje de las funciones corporativas básicas de la entidad”. “Viene a ayudarnos y a formarse en distintas áreas del club, aportando, qué duda cabe, su experiencia en Valdebebas”, resumía Sánchez Periáñez a su equipo directivo al anunciar su fichaje. A cambio, le pagaba un millón de euros brutos al año.

Mientras el club redactaba el contrato, se planteó la duda de qué categoría profesional debería tener Raúl, quien jugó con el Real Madrid durante 16 años y fue uno de sus máximos goleadores de todos los tiempos. ¿Director o responsable medio?, pregunta el director de Recursos Humanos, José María García Tomás, al director general del club, José Ángel Sánchez. Si se le nombra director, el cuantioso sueldo de Raúl elevará la retribución conjunta de todos los directores, que aparece publicada en el portal de transparencia de la web del Real Madrid, objeta García Tomás. A fecha de 30 de junio de 2019, el club pagaba 22,12 millones de euros en retribuciones a sus 43 directivos. Aunque en ese último ejercicio abandonaron sus puestos cinco de ellos, que fueron indemnizados con un total de 1,8 millones de euros, tal y como consta, en efecto, en el área de transparencia de la web.

Tampoco sabían cómo denominar su cargo en inglés. “¿Deputy to the CEO, assistant to the CEO? Para que no hubiera confusión posible con el puesto de la número dos de José Ángel Sánchez, Begoña Sanz Orea, deputy managing director.

El caso es que el paso de Raúl por la alta dirección de la empresa fue muy breve. Pese a tener un contrato indefinido, dejó el puesto sólo un año más tarde, cuando volvió al césped y pasó a entrenar a los cadetes, después al segundo equipo juvenil y luego al Castilla, donde continúa. El Real Madrid ha declinado contestar a las preguntas que infoLibre le ha enviado sobre los contratos a sus exjugadores.

El comité de empresa no puede saberlo 

En julio de 2016 había sido contratado, también con un millón de euros de sueldo –“nada menos, apostilla el director general”–, Ronaldo Nazario. Como asesor del presidente, Florentino Pérez, y embajador del club en Latinoamérica. A diferencia de Raúl, al brasileño se le ofreció un contrato mercantil, de prestación de servicios, pese a que los abogados del brasileño, el despacho Senn Ferrero, querían un contrato laboral y que se le pusiera en nómina. También pedían que tributara como no residente los primeros seis meses –con una retención del 19%– y después como impatriado –con una retención del 24%–. Es decir, con un IRPF muy por debajo del tipo máximo del 45% que le correspondería por su elevado sueldo en condiciones normales.

Sin embargo, el Real Madrid no estaba por la labor. Prefería un contrato de prestación de servicios con Ronaldo Nazario como autónomo. Y el motivo no es sólo fiscal, sino de transparencia –no quieren que trascienda– e incluso penal. “[Si se le hiciera un contrato laboral ordinario], Ronaldo estaría en el perímetro del comité de empresa, al que, para empezar, estaríamos obligados a dar copia de su contrato de trabajo”, objeta el director de Recursos Humanos, “no debemos hacerlo de ningún modo”.

Además, el club asegura que un contrato laboral puede incurrir en fraude a Hacienda y a la Seguridad Social. “Sería una ficción que no responde a la realidad de la relación acordada con Ronaldo”, explica José Ángel Sánchez, quien además advierte de que el exjugador obtendría así “una tributación como impatriado muy privilegiada, que sin duda sería mirada con lupa” tanto por la Agencia Tributaria española como por la de su país de procedencia. No sólo pagaría a un tipo inferior al ordinario, sino que tampoco tributaría por las rentas que obtuviera en el extranjero, sólo por las españolas. Buena parte del futuro trabajo del brasileño estaba previsto que se desarrollara fuera de España.

La respuesta de Ronaldo: “Hablaré con el presidente”. Sus abogados argumentaban que el Real Madrid “ya corre esos mismos riesgos en otros casos”. Se referían, en concreto, al fichaje de Lorenzo Sanz Durán, hijo del expresidente madridista, que cobraba 100.000 euros al año, también con un contrato mercantil, al menos hasta el 30 de junio de 2018. Lorenzo Sanz hijo fue jugador de baloncesto del Real Madrid y director técnico de su sección de baloncesto cuando su padre aún presidía el club. Reapareció de nuevo en 2016, año en que empezó a trabajar para el Departamento de Comunicación. En mayo de ese año sustituyó a Fernando Romay en los comentarios de los partidos que retransmitía Real Madrid TV.

Los directivos blancos deciden entonces pedir un informe a Garrigues, que confirma la naturaleza mercantil de la relación con Ronaldo, e incluso acuerdan informar a la Dirección de Control y Auditoría Interna del club por el riesgo penal que implica. Así que el contrato fue finalmente de prestación de servicios. “Que al menos esté obligado cuando lo necesitemos, se podrían limitar sus apariciones a un mínimo de 10 al año”, exige el director general. Y se le renovó un año más tarde por el mismo importe. También a Lorenzo Sanz. Ambos en la misma fecha.

El delantero brasileño, que había jugado en el Real Madrid entre 2002 y 2007, se convirtió en el principal accionista del Real Valladolid en septiembre de 2018, cuando aún era embajador del Real Madrid –se le acababa de renovar en junio–. Pagó 50 millones de euros por el 51% de las acciones del club. Un año más tarde amplió su participación a casi el 73%.

Entre embargos judiciales e inspecciones fiscales

A otro galáctico, el también brasileño Roberto Carlos, el Real Madrid lo contrató el mismo año como embajador del club, en concreto para Asia. Pero el lateral, jugador blanco durante más de una década y después técnico en equipos de todo el mundo, desde Turquía y Rusia hasta la India, también quería entrenar. Así que entre viaje promocional y viaje promocional le colocaron como segundo entrenador del Juvenil A. También ejerce de comentarista en Real Madrid TV. En total, 750.000 euros, que a partir de octubre de 2017 subieron a 900.000. Sólo tres meses antes la justicia brasileña le había condenado a tres meses de cárcel por no pagar la pensión alimenticia a dos de sus hijos –tiene nueve–. Debía 17.000 euros a su exmujer. Y el jugador había alegado “problemas financieros” para no abonárselos. Ya en diciembre de 2016 le había llegado al club una orden de embargo de un juzgado de São Paulo.

Así que, cuando le sube el sueldo, el Real Madrid debe tener cuidado: “Con los embargos judiciales que tiene, no debemos hacer una subida con efectos retroactivos, ya que eso podría interpretarse como una maniobra del club, de acuerdo con el interesado, para ocultar temporalmente parte de su retribución a los juzgados”, advierte el director de Recursos Humanos, “con esta decisión convertiríamos en falsas las cantidades de su retribución que hemos certificado en el pasado a las autoridades judiciales”.

Además de sus problemas judiciales, Roberto Carlos compartió con muchos otros de sus antiguos compañeros otro tipo de banquillo, aquel en que le sentó Hacienda: fue también condenado por la Audiencia Nacional, en una sentencia de 2009 que luego confirmó el Tribunal Supremo, por no pagar dos millones de euros en concepto de IRPF entre 1996 y 1999. Los 1,2 millones de euros que el fisco le reclamaba al jugador, más los intereses, fueron abonados por el Real Madrid, tal y como se había comprometido a hacer el club en el momento en que Roberto Carlos los abandonó, según recogen los documentos de Football Leaks.

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