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El fracaso de la fusión con el BBVA abre un futuro incierto al Sabadell, que recibirá más de 12.500 millones en ayudas públicas hasta 2021

Sucursal del banco Sabadell
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La primera ruptura en las negociaciones para una fusión bancaria se ha producido oficialmente un viernes por la tarde: BBVA y Sabadell han dado por liquidadas las conversaciones en torno a la operación al existir fuertes desacuerdos en, sobre todo, el precio de canje. Una fusión fallida que sorprende por el contexto de euforia mediática en torno a la concentración financiera en España, espoleada por los otros maridajes entre Caixabank y Bankia y entre Liberbank y Unicaja. Las fusiones son necesarias de acuerdo con la opinión pública, una visión de la que discrepan cada vez más expertos económicos temerosos del oligopolio bancario.

Esta última operación, sin embargo, contaba con muchos riesgos, principalmente por el estado de salud del Sabadell: el valor de mercado del banco catalán —con sede en Alicante— era ocho veces inferior a los registros del propio banco en sus libros contables. Y el precio de la acción al cierre de este viernes 27 de noviembre era de 0.36 euros, ligeramente por encima del valor de la acción del Banco Popular (0,317) la víspera de quebrar en 2017. Antes del anuncio de la fusión la acción había llegado a cotizar por debajo del banco rescatado por el Santander por el precio simbólico de un euro. 

Un porvenir no demasiado halagüeño para un banco que recibirá ayudas públicas por más de 12.000 millones de euros (12.635 millones) por absorber a la quebrada Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) por un euro en diciembre de 2011, en pleno proceso de reestructuración del sector bancario español. Los años más duros de la pasada crisis. Esta cantidad es el máximo que se desprende del acuerdo firmado entre la entidad catalana y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) en 2018.  

La absorción de la CAM costó además a todos los contribuyentes españoles la friolera de 12.458 millones de euros en ayudas directas a la caja para evitar su bancarrota, según los datos que aporta el Banco de España a infoLibre cuya última actualización se hizo el 31 de diciembre de 2018. "Con ayudas en capital y EPA [esquema de protección de activos]", indican portavoces del supervisor español. De esos 12.458 millones "únicamente se han recuperado 16 millones", confirma la institución que preside Pablo Hernández de Cos. Sin embargo, las ayudas a la CAM a fondo perdido no repercuten sobre la salud de la entidad que preside Josep Oliú. Pero los 11.901 millones sí. 

Para entender las ayudas directas al Sabadell hay que remontarse a la absorción de la CAM. Al producirse dicha operación, el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD)activó una EPA para cubrir 24.600 millones de activos tóxicos procedentes de la CAM. La EPA que se inyectó en el Sabadell, el banco absorbente, tenía un valor de 3.799 millones de euros y nunca ha sido devuelta. 

Ayudas que no serán devueltas

Aquel esquema de protección fue insuficiente y las ayudas del FGD al Sabadell continuaron hasta sumar otros 8.123 millones de euros, tal y como aparece en las cuentas del Fondo de Garantía de Depósitos relativas a 2017. Así, las cuentas del Fondo reflejan un pago adicional de 3.239 millones "en razón de la cobertura que brinda el EPA" , a los que hay que añadir, siempre según los datos del FGD, 4.884 millones de euros hasta el 31 de diciembre de 2017 como "pérdida estimada pendiente de liquidar, tras los pagos efectuados".

La suma de ambos conceptos da los 8.123 millones citados e inyectados directamente en el Sabadell, que se añaden al importe inicial del esquema de protección de activos para totalizar casi 12.000 millones. Una cantidad que va aparte de las ayudas directas a la Caja de Ahorros del Mediterráneo, CAM, ya rescatada por un importe similar. 

El importe final es fruto del acuerdo entre el FGD y Sabadell a finales de 2018 (Acuerdo de Clarificación), fijando un precio máximo a la EPA, un mecanismo muy criticado entre la competencia por considerarse un regalo. No obstante, hubo una subasta pública por la CAM, una caja que había rechazado absorber incluso Emilio Botín, entonces al frente del Banco Santander. A cambio, el Sabadell tendrá que acelerar la venta de activos y continuar su saneamiento. 

El relato del rescate de la caja fue denunciado por el periodista Ernesto Ekáizer en su ensayo El libro negro. Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos (Espasa, 2018). "La operación de absorción de la CAM produjo importantes efectos en las cuentas del Banco Sabadell, de manera especial en lo que se refiere a coberturas por riesgo de crédito que decía mantener al finalizar el año de absorción del banco CAM", cuenta Ekaizer.

Venta de TSB como síntoma

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Fuentes financieras aseguran que la salida del ex director general del Fondo de Garantía de Depósitos Luis Lorenzo Olmeda (2010-2018) se debió, entre otras razones, al hartazgo de este último con relación al Sabadell y su "capacidad de quemar dinero público". Lorenzo Olmeda fue sustituido en diciembre de 2018 por Manuel Herrera. Oficialmente la marcha fue por jubilación, pero varios consultados aseguran que Lorenzo Olmeda había renovado al frente del FGD.

"El Sabadell fue rescatado silenciosamente llevándose la CAM en 2011", dice otro conocedor del sector. "Y como no se exigió nada a cambio y se presentó como el salvador, se dedicó a crecer y a comprar bancos". Y así fue: en 2015 la entidad catalana se hizo con el banco anglosajón TSB -sexto del país- por 2.300 millones de euros. Tras la compra, se sucedieron los fiascos, como el fracaso de la cuenta online y de la integración -más costosa de lo previsto- que llevaron a la destitución en 2018 del entonces consejero delegado de TSB, Richard Meddings. El Brexit hizo el resto. Este viernes el Sabadell precisamente anunció que encargaba a Goldman Sachs la venta de la filial británica TSB y del negocio mexicano, coincidiendo con el anuncio de que no habría fusión. Dos aspectos del acuerdo con el Fondo. 

Una tercera fuente opina que el BBVA, tras la venta de su filial en Estados Unidos este mismo mes, "puede comprar lo que quiera y al precio que considere, a pesar del problema reputacional que arrastra con el caso Villarejo". "Lo que parece claro es que el precio de canje que quería abonar el BBVA no convencía a los directivos del Sabadell, que es un banco con mucho riesgo en el sector de empresas y pymes", prosigue la misma fuente. "Y ya veremos lo que ocurrirá cuando aflore la morosidad post-covid". 

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