La patronal madrileña crítica con Ayuso y la catalana enfrentada al 'procés' se unen para crear una alternativa a CEOE

Un empresario madrileño del comercio textil que rompió con CEIM en 2015 y fundó Madrid Foro Empresarial cuando los escándalos acuciaban al polémico Arturo Fernández, y un experto en la lucha contra la morosidad que derrotó a finales de febrero al candidato de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en Pimec conversan estos días con un fin mayor: crear una organización alternativa a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, CEOE, y separar la representación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) de las grandes. Actualmente, Cepyme es una marca de CEOE.

Hilario Alfaro (Madrid Foro Empresarial) y Antoni Cañete (Pimec) llevan días hablando con un decena larga de colectivos, principalmente de autónomos, para lanzar la futura patronal: la homóloga balear de Pimec, Pimeb (las dos únicas patronales exclusivamente de pymes y micro-pymes en toda España), Uatae (Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores), Fenadismer (del sector Transporte), la agrícola COAG, Fedepe (Federación de mujeres directivas) o Aecpymes (Asociación Española para la Competitividad de las Pymes), entre otras.

"España es el único país de la UE que no tiene una patronal exclusiva de pymes, a pesar de que éstas suponen el 99,8% de todas las empresas, el 70% del empleo y el 60% del PIB", cuenta al otro lado del teléfono Antoni Cañete, que el pasado 23 de febrero se impuso con el 80% de los votos al candidato independentista Pere Barrios, lo que le ha hecho presentarse como el dique de contención del soberanismo en el mundo empresarial catalán. Fueron las primeras elecciones en esta asociación, ya que los presidentes anteriores habían salido elegidos por consenso. Y en el momento más fuerte del secesionismo, al sumar claramente mayoría ERC, JxCat y la CUP en los pasados comicios catalanes del 14-F. 

"Queremos crear una organización que represente a las pymes en el diálogo social", agrega Cañete. Y recuerda que incluso en Bruselas hay una patronal europea para las grandes firmas (Business Europe) y otra para defender a las pymes (SMEUnited). El anterior presidente de Pimec, Josep González, estuvo en el cargo 30 años, hasta febrero pasado. Bajo su gestión la organización ha conseguido 130.000 socios (muy por delante de CEOE) y una plantilla de 140 trabajadores. Cañete era su secretario general.

Business Europe y SMEUnited

Tras su victoria electoral, Cañete anunció su idea de convertir en una patronal estatal la plataforma creada por él mismo en octubre (Plataforma Pymes), sin dar más detalles. Su socio en Madrid, Hilario Alfaro, se muestra ilusionado. "Es un proyecto en el que venimos trabajando desde hace tiempo", dice Alfaro. "Buscamos la colaboración entre empresarios, todo lo que sea unir a los empresarios estamos de acuerdo. Ahora queremos retomar este viejo proyecto con Antoni Cañete, porque estamos dispuestos a trabajar por el mundo empresarial y por la unidad de mercado".

Alfaro es un empresario atípico. Pidió la cabeza de Arturo Fernández de CEIM en 2013 al estar imputado. El polémico empresario de la restauración y amigo de Esperanza Aguirre le respondió: "Que deje de tocarme las narices". En las primarias internas se impuso Fernández, Alfaro se escindió y creó Madrid Foro Empresarial, que rechaza las subvenciones públicas. Y poco después, en 2016, Arturo Fernández tuvo que dimitir al abrirse el juicio oral por el escándalo de las tarjetas black, por el que terminó condenado. 

Alfaro, que es amigo personal de Alberto Ruiz-Gallardón, reivindica la independencia de la clase política e hizo gala de sus buenas relaciones con Manuela Carmena al defender Madrid Central, la prohibición de circular en coche por el centro de Madrid. Su vínculo con el actual alcalde capitalino, José Luis Martínez-Almeida, también es muy estrecho.

Pero no tanto con Isabel Díaz Ayuso: además de criticar que la Comunidad de Madrid todavía no ha dado ayudas directas, cargaba estos días contra la clase política por el "espectáculo" de la Asamblea de Madrid y asegura que unas elecciones son ahora mismo lo peor que le podría ocurrir al empresariado madrileño, en pleno periodo de vacunación y cuando hay que apretar el paso para captar fondos europeos. Alfaro sí respalda la decisión de la presidenta de mantener lo máximo posible los bares y demás negocios abiertos, a diferencia de las restricciones que han aplicado otras autonomías. CEIM, por el contrario, sacó un comunicado poco después del anuncio de Ayuso de convocar elecciones en el que dice "respetar" dicha convocatoria. 

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Ambos, Cañete y Alfaro, ven actualmente muchos motivos para que las grandes empresas y las pymes separen sus caminos, aunque haya puntos coincidentes. Las divergencias, aseguran, están a la orden del día en cuestiones como el reparto de los fondos de reconstrucción europeos, donde los intereses de CEOE y las pymes difieren. 

Les apoyan organizaciones de autónomos como Uatae: "Muchas veces la interlocución en nombre del tejido económico es la de la gran patronal, que no es representativa de la mayoría de quienes lo sostienen", asegura María José Landaburu, secretaria general de Uatae. "Según el CIS, un 85% de las unidades legales empleadoras en España son micropymes de hasta nueve empleados. Y  los datos de la Agencia Tributaria arrojan que las grandes multinacionales españolas pagan en impuesto de sociedades un 17% de su beneficio global, frente al 25% que pagan las pymes".

Landaburu confía en que la nueva patronal está "llamada a ser el embrión de la voz que necesitan las pequeñas empresas en España para que se escuchen sus demandas y propuestas en primera persona". La división entre CEOE y la futura asociación de pymes también es ideológica: mientras Uatae defiende sin ambages al sector del taxi frente a las VTC como Uber (entre sus aliados está Élite Taxi), la confederación que preside Antonio Garamendi se posiciona muchas veces del lado de las plataformas digitales. El diálogo social que ha tenido lugar con la Ley Rider se ha retrasado precisamente por la división dentro de CEOE: por un lado, los que defendían contratar a los repartidores, amparados por más de 40 sentencias judiciales contra los falsos autónomos en el sector; por otro, los partidarios de que esos trabajadores siguieran siendo autónomos, que era la visión de Glovo, Deliveroo, Uber Eats o Stuart.