Escándalo HSBC

Habla Falciani, el testigo clave

Falciani durante su comparecencia en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

VALENTINE OBERTI (MEDIAPART)

Hervé Falciani hace unos días que ha vuelto a Francia después de pasar en España casi un año, seis meses de los cuales ha estado detenido. Mediapart ha tenido la ocasión de entrevistarse con él en Francia. El exinformático de HSBC Ginebra confirma que el martes va a prestar declaración a puerta cerrada ante la comisión legislativa de la Asamblea nacional francesa, en el marco del proyecto de ley contra el fraude fiscal que en estos momentos se debate en el Parlamento de ese país.

Hervé Falciani contaba con protección policial en España y ahora está en manos de la Gendarmería, que se encarga de velar por su seguridad. El pasado 8 de mayo, España rechazó la petición de extradicción emitida por Suiza, momento en que el informático francoitaliano recobró su libertad. Una vez que su libertad ha quedado garantizada, ha regresado a Francia donde vivía con su mujer y su hija desde que abandonó Ginebra el pasado 23 de diciembre de 2008.

El informático es considerado, sobre todo en España, testigo privilegiado de los casos de evasión fiscal y de blanqueo consentidos por el banco HSBC de Ginebra, pero en Suiza Falciani es considerado un estorbo. Según ha desvelado a Mediapart, en febrero de 2012 las autoridades helvéticas trataron de alcanzar un pacto para comprar su silencio. Acompañado de sus abogados, Hervé Falciani se entrevistó entonces en Ginebra con dos fiscales federales, todo ello rodeado de un gran secretismo: "Durante varias horas, me hablaron de la posibilidad de alcanzar un acuerdo extrajudicial, que me permitiría declararme culpable, ser condenado, pero sin prisión firme. En resumen, habría podido contribuir a tapar el asunto y evitar con ello los riesgos de represalias", asegura, para añadir acto seguido que no aceptó.

Hervé Falcini, al poner en manos de la justicia y del fisco los datos bancarios, correspondientes a 2009, de HSBC Private Bank de Ginebra, proporciona el mayor fichero de defraudores fiscales. La justicia español, en el momento en que pidió su extradicción, ha reconocido que dicho fichero ha permitido "conocer situaciones delictivas ocultas o consentidas por la entidad bancaria". Gracias a estos datos, se han podido poner en marcha diversas investigaciones a gran escala en estos últimos años en países como EEUU, Italia, Bélgica o España.

A su regreso a Francia, Hervé Falciani ha declarado en varias ocasiones ante los jueces Renaud Van Ryymbeke y Charlotte Bilger, encargados de investigar las prácticas bancarias o financieras ilícitas y la complicidad con la comision este delito", "blanqueo en banda organizada de fondos obtenidos con ayuda de prácticas bancarias o financieras ilícitas" y "blanqueo en banda organizada de fraude fiscal".

"He sido testigo del proceso de industrialización de la gestión de la relación del cliente y de sus redes de intermediarios. No solo los métodos desempeñan un papel clave, sino que también son fundamentales los procedimientos inadecuados de control que acentúan cualquier abuso, incluso el de actividades como la captación bancaria y financiera ilícitas", asegura Hervé Falciani a Mediapart. La investigación judicial abierta el pasado 23 de abril pone en el punto de mira las prácticas de HSBC Private Bank Ginebra y las de su filial en París.

Hace unos días que ha vuelto a Francia. ¿Puede contarnos cuáles han sido las condiciones de su regreso? ¿Cómo se organiza todo lo relativo a su protección?

Cuento con lo mejor que se puede tener en Francia, que tiene aspectos positivos pero también algunas incoherencias. No me cabe la menor duda de que las cosas mejorarán. El regreso ha sido a imagen y semejanza del tipo de vida que llevo estos últimos años: a base de dar innumerables vueltas, en un contexto en el que la única certeza es la obligación de luchar por todo para garantizar esta seguridad. En lo que se refiere a las condiciones de mi regreso, no supe nada del dispositivo organizado hasta el momento en que puse los pies en territorio francés. Teníamos un plan B, ayudados por la Unidad Especial de la Policía española [que garantizaban su protección]. Mi protección se organiza a través de mis abogados que están en contacto con el Ministerio del Interior, pero no puede decir nada más. El dispositivo, para que resulte eficaz, debe ser secreto.

Cuando habla de incoherencias, ¿qué quiere decir?

Las medidas de seguridad que se toman cuando me encuentro en París no son las mismas que cuando salgo.

¿Insinúa que Francia no sabe proteger a los denunciantes?

En Francia, la lucha contra la corrupción no prevé de manera expresa la protección de los testigos, de los denunciantes. Sin embargo, un denunciante ofrece un punto de vista único sobre las amenazas que se efectúan en la sombra. No proteger a un denunciante, no apoyarlo, significa desaprovechar la oportunidad. Enarbolar las listas es quedarse en la superficie y dejar que el tiempo lo borre todo.

Desde que ha vuelto a Francia, ¿cuál es su rutina diaria? ¿Sigue trabajando en el instituto para el que trabajaba en 2010?

Mantener mi empleo es mi particular batalla diaria. Tengo la obligación de hacer que se saque provecho de lo que sé de la evasión y del fraude fiscal, aunque a día de hoy no tenga la garantía de que vaya a ser así. Al mismo tiempo, además de preocuparme por mi integridad física, tengo que garantizar la seguridad económica de mi familia. Cada día que me desplazo, ya sea para prestar declaración ante el juez o para ir al Congreso, lo pago de mi bolsillo. En cuanto a estos últimos seis meses, he trabajado con la Fiscalía Anticorrupción, en Madrid; lo hacía en paralelo con una segunda jornada de trabajo que realizaba a distancia para el que es mi empleador. He podido hacerlo de ese modo gracias a la voluntad de personas muy valientes que han hecho todos los cambios pertinentes para que pueda trabajar a distancia. Durante el gobierno anterior, con el de François Fillon, mis empleadores sufrieron presiones para que no me contrataran. Padecí intimidaciones, situaciones peligrosas, fue necesari superar esos obstáculos. Recientemente, al volver a Francia, he visto a mi jefe, que me ha dicho: "Gracias por no haber dado el nombre de nuestra empresa". Y lo que es todavía peor. La semana siguiente a que se emitiera el programa Cash Investigaction en France 2, mi mujer perdió su trabajo. Cuando empecé a colaborar con las autoridades francesas comenzaron mis problemas. Nos hemos encontrado, mi familia y las personas que querían ayudarme, en una situación cada vez más precaria, cada vez más expuestos, y todo por haber querido hacer algo de interés general, por querer ayudar. Como se puede imaginar, las consecuencias de un simple reportaje pueden ser tremendas.

El 15 de abril pasado, en España, tras la vista de extradición, la fiscal Dolores Delgado dijo en su alegato que usted se desplazó a Suiza en febrero de 2012, a petición de la justicia suiza, pese a que esta había emitido una orden de detención. ¿Por que realizó esta petición?

La solicitud se la hicieron llegar a mis abogados a través de mi letrado suizo. Unos fiscales suizos querían entrevistarse conmigo. Las personas con las que consulté se oponían a que me desplazara porque temían que se tratase de alguna trampa. Sin embargo, fui, en compañía de mis abogados.

Por tanto, ¿se desplazó a Suiza sin tener la certeza previa de que podría volver?

Sí. Solo cuando una vez en territorio suizo me expedieron un salvoconducto para dejarse salir una vez se hubiese celebrado el encuentro. Se trataba de hallar un terreno neutro y dar con la vía que más conveniente resultara a ambas partes. La cita tuvo lugar en una sala VIP del aeropuerto de Ginebra. Nos citamos con dos fiscales, la fiscal federal Laurence Boillat y el fiscal general Carlo Buletti. Durante varias horas, me detallaron que existía la posibilidad de alcanzar un acuerdo extrajudicial que me permitiría ser condenado, declararme culpable, pero sin condena firme. En resumen, habría podido ayudar a echar tierra al asunto, evitando con ello riesgos y represalias. Elegí no callarme, aunque tenga que pagar un precio muy alto.

Lo que es aberrante es que durante estos años, la justicia suiza haya fingido en todo momento, también en el documento de extradición, que no había podido localizarme y que era complicado trabajar conmigo. Es mentira: siempre han podido contactar conmigo por teléfono y en la dirección que comuniqué a las autoridades suizas. La prueba está en que emitieron la comisión rogatoria y se ordenó el registro de Castellar a principios de 2009 [llevada a cabo por una fiscal suiza con autorización del estonces fiscal de Niza, Éric de Montgolfier]. Sigo estando a su disposición, pueden llamarme por teléfono cuando quieran, pero sigo sin haber recibido la más mínima solicitud de información complementaria para la investigación. Sin embargo, ¡estaban tan impacientes por que se concedise mi extradición para interrogarme!

Tal y como contó Mediapart, Jérôme Cahuzac, aunque podría haberle recibido, en su condición de presidente de la Comisión de finanzas, nunca llegó a hacerlo. Sin embargo, uno de sus abogados, Rizzo y Arnau Montebourg, diputado, le habían puesto al corriente en un primer momento.

En 2010, efectivamente, Arnaud Montebourg me interrogó en el despacho de mi abogado Rizzo, en Niza. Fue un momento emocionante en medio de toda esta omertá. Tuve ocasión de entrevistarme con alguien, después de años, que luchaba con todas sus fuerzas. Hizo todo lo que estuvo en sus manos sin resultado.

Se intentó por otros medios que Cahuzac me recibiera. Él era el máximo responsable, llegué incluso a esperarle, en vano, con toda con discreción, en una cafetería no muy lejos de la Asamblea nacional.

En Francia, los jueces Renaud Van Ruymbeke y Charlotte Bilger están al frente de la investigación judicial. ¿Ha declarado ya ante el juez Renaud Van Ruymbeke?

Sí. Nos encontramos al comienzo de un trabajo consecuente y positivo. Espero que varios países se sumen a su esfuerzo, en primer lugar se encuentra España que ya ha tomado la iniciativa. Se trata de restablecer los hechos y de dejar las cosas claras y de eliminar cualquier intento de obstrucción a la justicia francesa con el que se intenta sembrar la duda sobre la posible alteración de pruebas. Se trata de determinar quién ha estado o no en la sombra, cuáles han sido las medidas que se han tomado. Los jueces trabajan, después de muchos años de investigación preliminar, en un dossier gigantesco. Quiero pensar que mis aportaciones les serán útiles.

Se ha abierto un investigación judicial contra X... por blanqueo de fraude fiscal en banda organizada, pero sobre todo por captación bancaria y financiación ilícita. En el centro de la investigación está HSBC Private Bank de Ginebra y su filial francesa. ¿Qué sabe de estos presuntas actuaciones?

He sido testigo de una industrialización de la gestión de la relación de los clientes y de su red de intermediarios. No solo las herramientas ocupan un lugar importante en esta captación, sino que los procedimientos de control insuficientes acentúan esta deriva, incluida la captación bancaria y financiera ilícitas. Si no se prohíbe, solo consistiría en la utilización de ficheros Excell compartidos en casos muy puntuales, con lo que se está permitiendo una contabilidad paralela. No hace falta organizar nada muy complejo, es suficiente con que no haya control. Las posibilidades son tan grandes como las que ofrece la informática a día de hoy: permitir una transferencia, también de dinero no declarado y proveniente de actividades ilegales, sin que el cliente lo haya pedido, es tan sencillo como hacer clic.

Ha colaborado durante meses con la Fiscalía Anticorrupción española. ¿En qué ha consistido esta colaboración? ¿Proseguirá ahora que está en Francia?

Hemos trabajado con las pruebas para sacarles el máximo partido y para que los investigadores entiendan cómo funciona el banco. En algunos casos, se ha podido certificar la validez de las pruebas y confirmar ciertos mecanismos. Es necesario comprender cómo la actividad del banco se articula en torno a una multitud de herramientas informáticas y de actores cuya labor es decisiva, como sucede con los intermediarios. Desde que he vuelto a Francia, creo que los investigadores españoles y franceses tratan de unir sus fuerzas y que hay magistrados de ambos países que se han puesto en contacto.

¿La justicia de otros países ha solicitado su colaboración?

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Sí, pronto voy a prestar declaración ante la justicia belga. La colaboración judicial es capital para que sacarle la delantera a los bancos. Y a día de hoy no es el caso. Cada vez que se permite una demora en la aplicación de una nueva ley, le puedo decir que un banco como HSBC tiene los recursos suficientes como para adaptarse a ella. Por ejemplo, cuanto más se avanza en el intercambio automático de datos, más partido le sacarán los paraísos fiscales más opacos. Si Suiza firma el intercambio automático es que tiene las espaldas cubiertas al preparar un nivel de intermediarios adicional. Los bancos suizos van a gestionar cada vez más cuentas que han dejado de estar en Suiza.

Poco antes de salir de España, el 1 de junio de 2012, colaboró con EEUU. ¿En qué marco?

En el marco de una comisión rogatoria internacional, en la sección de investigación de la Gendarmería nacional de París. Había un fiscal norteamericano y el fiscal francés responsable del dossier, François Carrère. Se trataba de abordar algunos puntos en los que habíamos trabajado anteriormente y de seguir con la colaboración en torno a las actuaciones de la banca privada, en general. La petición ha estado bloqueada durante más de un año y medio sin que nadie me dé las razones. Pero imagino que la investigación actualmente en curso permitir conocer quién tuvo interés en su obstrucción y el papel que unos y otros han podido desempeñar.

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