El desafío yihadista

A 300 metros de los disparos de los terroristas: así se produjo la evacuación de Manuel Valls

La policía forense trabaja en la calle Corbillon en Saint Denis a las afueras de París este jueves tras la redada antiterrorista llevada a cabo el miércoles en la zona.

Los policías evacuaron a Valls cinco minutos después de los disparos”, relata el dueño de una cafetería próxima al domicilio del primer ministro francés, situado a 300 metros del lugar donde se produjeron los ataques en la calle Charonne. “Oímos disparos y pensamos que se trataba de un ajuste de cuentas”, explica a Mediapart. “Llegó una persona corriendo y se dirigió a los agentes que estaban enfrente. Se colocaron en posición de disparo (apuntando con el arma). Rápidamente Valls se fue”. En otro bar, la salida del primer ministro tampoco pasó desapercibida. “Desde aquí oímos los disparos. Vimos la comitiva de Manuel Valls, iban unos cinco o seis coches negros”, explica el dueño del otro bar.

El periódico Le Journal du dimanche informó de que el primer ministro había abandonado su domicilio para dirigirse a la plaza Beauvau a las 21.40, después de hablar con François Holladen, pero sin establecer relación alguna con el ataque sobrevenido poco antes. Según los testimonios recabados por Mediapart, los gendarmes presentes al comienzo de la calle donde se sitúa el domicilio del primer ministro oyeron los disparos e inmediatamente alertó a la escolta del primer ministro. Los servicios de seguridad de Manuel Valls no intervinieron en la zona en la que se habían producido los disparos. Tal y como estipula el reglamento, permitieron que el político abandonase el lugar sin poder prestar asistencia a las personas en situación de peligro.

Según la cronología dada a conocer por el fiscal de París François Molins, a las 21.36 se produjo el ataque en la confluencia de las calles Charonne y Faidherbe, en la cafetería La Belle Équipe. El jefe de prensa de Manuel Valls ha confirmado a Mediapart que el primer ministro se fue a las 21.40, el viernes noche.

Este miércoles, el fiscal revelaba que el GPS del Seat negro hallado en Montreuil, así como las cámaras de seguridad confirman que un único comando está detrás de los disparos del viernes en las terrazas de los bares y restaurantes situados en los distritos X y XI de París, mientras se producían los atentados en el Estadio de Francia, y antes de que un tercer comando accediese a la sala Le Bataclan.

De modo que, en apenas 15 minutos, los terroristas recorrieron tres kilómetros, entre su primer ataque ocurrido en Le Carillon y Le Petit Cambodge; el segundo de la brasserie La Bonne Bière y del restaurante Casa Nostra, en la calle Faubourg-du-Temple; el tercero, en La Belle Équipe, en la calle Charonne, y el último en Le Comptoir Voltaire, no lejos de La Nation, sin encontrarse con ninguna patrulla de Policía. Los ataques dan comienzo a las 21.25 y acaban a las 21.40, según el fiscal. Según las comprobaciones efectuadas por Mediapart, los agentes de Policía se personaron en las diferentes cafeterías y restaurantes atacados casi diez minutos después de la marcha de los terroristas.

La llegada de los policías a la calle Charonne se hizo esperar, según varios testigos, pese a que la comisaría del distrito XI se encuentra a 300 metros del lugar de los hechos, en el pasaje Charles-Dallery. Un equipo de la cadena de televisión M6 llega con los bomberos, antes que la Policía, a la cafetería La Belle Équipe, donde habían perdido la vida 19 personas. “Los agentes tardaron 15 minutos”, explica el dueño de un restaurante de los aledaños, y llegaron por la calle Faidherbe, precisa. Todo apunta a que las primeras patrullas no procedían de la comisaría de la zona, sino de las unidades del distrito XII, de la comisaría situada en la avenida Daumesnil. Cuando comenzaron los disparos, el restaurador se asomó hasta la esquina.

Antes de girar, comprende lo que sucede y regresa al establecimiento. Apaga la luz, manda a los clientes a la cocina y sigue “vigilante”. “Miraba si no venía por aquí. Creo que el que disparaba siempre era el mismo, lo hacía de forma intermitente, porque no hubo una superposición de tiros”. “Los policías tardaron un cuarto de hora en llegar”, repite. “Quizás no quedaba nadie en la comisaría del XI. Quizás estaban todos en République. Mientras, los atacantes “se dirigieron calle arriba” hasta el bulevar Voltaire y giraron a la derecha, hacia Nation.

Más cerca del lugar del atentado, el dueño de un establecimiento de bocadillos estaba de espaldas a la calle cuando un cliente le grió: “¡Jefe!, corre a la parte de atrás, están disparando”. “Apagué la luz y, junto a mi mujer, mi hija y el cliente, nos fuimos a la parte de atrás y nos encerramos con llave, en la cocina”, explica el comerciante. Los tiros duraron una eternidad. “Más de cinco minutos. Iban dando vueltas por la calle”, cuenta. Un testigo, que permanecía oculto en una tienda de la zona, vio a dos pistoleros. Los terroristas tomaron como objetivo La Belle Équipe, pero también dispararon sobre el escaparate de una peluquería y de un kebab.

“Disparó al Palais de la femme, donde la gente se había refugiado. Hay un impacto cerca de la puerta”, prosigue. Cuando los disparos habían cesado, el comerciante se dirigió a La Belle Équipe y fue entonces cuando descubrió la magnitud de la matanza. “Había muertos por todas partes, personas que gritaban”, suspira. Según este comerciante, los policías no llegaron hasta 20 minutos después. “¡Demasiado tarde!”, exclama. La Prefectura de Policía no ha precisado a Mediapart bajo qué condiciones intervino la comisaría del distrito XI, el viernes por la noche.

Esta ola de ataques había empezado en la calle Bichat, a las 21.25, cuando se atentó contra los primeros establecimientos, Le Petit Cambodge y Le Carillon. El dueño de un importante cafetería, que estaba en el exterior, vio una especie de “explosiones”. En un primer momento, pensó que se trataba de petardos, pero rápidamente comprendió lo que sucedía al ver correr a la gente. “La Policía llegó entre 8 y 12 minutos después del comienzo de los disparos. La gente dice que demasiado, pero en los primeros minutos no estaba pensando en pedir ayuda”. Las patrullas llegaron por la calle Bichat, supuestamente procedentes de la comisaría central del distrito X, de la calle Louis-Blanc.

“Salieron corriendo y les dije que pasaran al patio”

Los pistoleros siguieron su camino y se detuvieron al comienzo de la calle Faubourg-du-Temple, a las 21.32, según el fiscal. Allí atacan las terrazas de La Bonne Bière, la del restaurante Casa Nostra, pero también a una conductora, a la que mataron en el cruce. El dueño de una confitería, situada unos metros más arriba, acoge en su establecimiento a parte de los clientes de La Bonne Bière, algunos de ellos heridos. “El primer lugar donde se refugiaron fue aquí”, dice. “Salieron corriendo y les dije que pasaran al patio”. Los tiros duraron “4-5 minutos”, según el comerciante. “Estaba pendiente de si venía la Policía, por lo que me asomaba con cautela por el porche. Transcurrió un cuarto de hora entre el final de los disparos y la llegada de los policías”, añade. En ese momento, la confusión reinante es general, la Policía sospecha de la presencia de un pistolero en un inmueble vecino, registrado por miembros del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional, que se personaron en el lugar de los hechos.

Los pistoleros se dirigieron hacia Charonne. A toda velocidad, si tenemos en cuenta la cronología de los hechos facilitada por la Fiscalía. A las 21.32 estaban en La Bonne Bière y a las 21.36, en La Belle Équipe. Supuestamente, pasaron por la plaza Léon Blum –donde se encuentra uno de los cuarteles generales de Vigipirate en el este de París, en la avenida Ledru-Rollin, y la calle Basfroi. No lejos del domicilio del primer ministro, que a esas horas todavía no había sido evacuado.

Después de la matanza cometida en la calle Charonne, el comando terrorista remata su trabajo en Le Comptoir Voltaire, cerca de Nation, 15 minutos después de haber empezado. En la terraza de la cafetería, uno de los miembros del comando detona un chaleco de explosivos a las 21.40, hiriendo de gravedad a dos personas y a una decena con carácter leve. El lugar sigue precintado. Todavía pueden verse pequeños fragmentos de fibra blanca del chaleco del kamikaze dispersos por toda la terraza.

Entró en la terraza, dio media vuelta y se inmoló”, explica un vecino. El terrorista supuestamente se sitúa frente a los clientes, pero solo explotó la carga explosiva de la parte trasera del chaleco, por lo que número de heridos graves ha sido menor del previsto. En el bar había un enfermero de los servicios de emergencias, que colocó a la camarera, herida en el vientre, en posición lateral de seguridad. Trató de socorrer al terrorista, que había salido disparado hacia el escaparate, sin saber que era el responsable del drama. “Le abrió la camisa para practicarle un masaje cardiaco y comprendió que algo no iba bien”, explica un vecino. Según varios clientes de la cafetería, los servicios de auxilio (bomberos y el Samu) llegaron diez minutos después de la explosión, seguidos de la Policía. Los bomberos fueron conscientes del peligro y dieron órdenes de evacuar la cafetería, mientras se procedía a la desactivación de los explosivos.

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Pero la huida del comando –se desconoce si eran dos o tres– continuó hasta Montreuil donde abandonaron el coche. La Policía, que tuvo que hacer frente a una ola de asesinatos en pleno París, cada vez que llegaba a un escenario del crimen, los asesinos ya se encontraban en el siguiente. Por la rapidez con que ejecutaron los ataques, el comando pudo actuar sin cruzarse con ninguna patrulla de Policía. “Habrá que hacer muchas preguntas sobre los dispositivos de intervención multiatentados”, señala un policía. “Nos vimos superados en todo”.

Ninguno de los vecinos entrevistados por Mediapart había sido interrogado todavía por los investigadores, que ahora se enfrentan a diversos escenarios de un crimen de una magnitud sin precedentes.

Traducción: Mariola Moreno 

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