Abusos sexuales

Pedofilia en la Iglesia: el libro negro de los tradicionalistas

Pedofilia en la Iglesia: el libro negro de los tradicionalistas

“En torno al 20 de julio, P. me agredió sexualmente una vez más. Fue durante un juego nocturno. No hay duda de que me espiaba y me seguía en la oscuridad”. Los minutos posteriores vividos en un campamento scout de La Vendée, en julio de 1989, fueron terribles. De pronto, el joven Simon estaba en los brazos del abad Philippe P., sentía sus manos invasivas. El joven, que entonces tenía 12 años, logró zafarse de su depredador sexual propinándole un codazo. Era una agresión más, violenta, como los intentos de violación anteriores sufridos en el despacho del abad P., después del catecismo, en la tienda de campaña o en el coche.

Simon, que ahora tiene 39 años, tras pelear en vano por que se haga justicia, se ha decidido a hablar. Su testimonio aparece recogido en el Livre noir de la Fraternité sacerdotale de Saint-Pie X [Libro negro de la Hermandad Sacerdotal Pío X], editado por la asociación Aide aux victimes de mouvements religieux en Europe et à leurs familles (Avref), que trabaja para combatir las derivas sectarias. Mediapart, socio editorial de infoLibre, ha tenido acceso a la prepublicación del libro que da voz a varias víctimas de abusos sexuales encubiertos, cometidos en la Hermandad San Pío X.

La congregación, inicialmente denominada “Hermandad de los corazones de Jesús y de María”, con sede en Menzingen, Suiza, cuenta con 120 curas en Francia y cientos de miles en todo el mundo. La Hermandad San Pío X, fundada por el ultraconservador monseñor Marcel Lefebvre, como respuesta al Concilio Vaticano II, rápidamente entró en conflicto con el Vaticano, hasta perder su reconocimiento canónico en 1975. La ruptura definitiva con la Iglesia de Roma llegó en 1988, cuando Juan Pablo II excomulgó a monseñor Lefebvre y a otros cinco sacerdotes.

Este libro negro dibuja un universo cerrado y denuncia la inacción de los responsables de la Hermandad de San Pío X. Aspectos éstos que Mediapart ha podido constatar en otros movimientos tradicionalistas como la Comunidad de los Hermanos de San Juan o la de los Legionarios de Cristo. En estos sectores ultraconservadores de la Iglesia, los secretos se entierran todavía con mayor facilidad que en las diócesis ordinarias.

Entre los casos investigados por la asociación Avref, el del padre P. resulta representativo de la cultura del secretismo imperante. Los sucesivos superiores de la Hermandad San Pío X, pese a tener conocimiento de que, en los 90, el abad abusaba de menores, nunca puso los hechos en conocimiento de la Justicia. “Lo que me hace levantarme todas las mañanas es el deseo de ver a P. rendir cuentas ante la Justicia. Me resulta difícil de creer que estuviese en los scouts nueve años y que no existan más víctimas”scouts, dice Simon.

La Hermandad San Pío X, contactada por Mediapart, se ha defendido a través de su portavoz, el secretario general Christian Thouvenot: “En los 80, por muy lamentable que sea, ni en Roma ni en nuestra Sociedad de Vida Apostólica contabámos con un proceso canónico definido y no se puso en marcha ningún protocolo con el que hacer frente a este tipo de situaciones”. No obstante, en 2000, monseñor Fellay, superior de la hermandad desde el año 1994, conocedor de la peligrosidad del padre P., prohibió que éste llevase a cabo labor de apostolado alguna con jóvenes. Unas medidas que P. no respetó: tuvo a su cargo a un grupo de scout hasta 2002.

No fue hasta 2009 cuando monseñor Fellay propuso que el abad P. acudiase a un psiquiátra. Una medida que, para Simon, es insuficiente. “A finales de 2009, presenté una denuncia en el Vaticano, en la Congregación para la Doctrina de la Fe”. En 2010 se inició un proceso canónico por el que el abad P. fue condenado en primera instancia por monseñor Fellay, juez y parte en un caso que encubrió durante años. El abad P. finalmente no fue condenado, al recurrirse la decisión eclesiástica. En 2014, a los 60 años, dejó “por petición propia” la hermandad.

El abad dejó a otras víctimas por el camino. Recientemente, una persona del entorno de una de las víctimas de abusos escribió a monseñor Mazzotti, responsable de negocios de la nunciatura apostólica de Francia, la embajada del Vaticano, quien insistió en su respuesta: “La Nunciatura ya ha tenido ocasión de señalar que no tenía intención alguna de intervenir”.

El papa y la Hermandad San Pío X

El padre P. no es un caso aislado en la Hermandad San Pío X. El libro negro de la asociación Avref saca a la luz otros casos. En abril de 2014, el abad Christophe Roisnel, miembro de la Hermandad, fue imputado por cometer “violaciones, tortura y actos de barbarie”. Está acusado de haber violado a tres profesoras en 2010 y 2011, en la escuela Notre-Dame de la Sablonnière, de la que era director.

Desde su fundación en 1970, la presencia de la Hermandad San Pío X en Francia es notable: está en todas las diócesis e invierte en el sector educativo. Actualmente, hay una treintena de escuelas extracontractuales que giran en torno a la Hermandad. Se trata de establecimientos en los que se preconiza una educación “tradicional”, donde el rito tradicionalista coexiste con una cierta idea de Francia, nacionalista, cristiana y contrarrevolucionaria. La escuela Notre-Dame de la Sablonnière forma parte de ella.

Su director, el abad Christophe Roisnel, recurrió supuestamente a su influencia moral en la organización para convencer a las profesoras a la hora de participar en sesiones de exorcismo en las que presuntamente fueron violadas. Hechos suficientemente documentados como para que se decretase su arresto preventivo el tiempo que permanenezca imputado.

La inacción de los dirigentes de la Hermandad de San Pío X es manifiesta. Antes de la imputación de 2014, la congregación se apoderó del caso al hacer comparecer al sacerdote ante un tribunal canónico. Sin embargo, una vez concluido el proceso, el abad Roisnel siguió perteneciendo a la Hermandad: simplemente fue enviado durante dos años al convento capuchino de Morgon, en la región de Beaujolais, “de octubre de 2010 a marzo de 2013”, tal y como confirma la Hermandad San Pío X.

¿Qué responsabilidad tiene la Iglesia católica en la gestión de estos casos? En lo que respecta al abad P. y al abad Roisnel, se abrieron dos procesos canónicos. La Santa Sede delegó ambos directamente a la Hermandad San Pío X, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el organismo del Vaticano encargado de proteger “la doctrina y las costumbres relativas a la fe en el mundo católico”. En el caso del abad Roisnel, dos años en un convento semejan desproporcionados comparado con una eventual condena a varios años de prisión. Y es que parece que la justicia de Dios es bastante más indulgente comparada con la Justicia humana.

Al Vaticano y a la Hermandad los unen vínculos estrechos. En una carta datada en 2013, a la que ha tenido acceso Mediapart, se pone de manifiesto que la Congregación para la doctrina de la fe tiene autoridad sobre la Hermandad San Pío X, al autorizar que se juzgue a curas que presuntamente han cometido delitos. En realidad, la Hermandad se ha acercado al Vaticano en la última década. En 2009, Benedicto XVI levantó las excomuniones de 1988 de monseñor Lefebvre y de otros cinco sacerdotes, eliminaba de esta forma el primer obstáculo a un futuro reconocimiento de la Hermandad.

Con la llegada del papa Francisco, en 2013, asistimos al principio de la rehabilitación. Tal y como destaca la asociación Avref, “el cardinal Bergoglio mantenía ya buenas relaciones con la Hermandad San Pío X en Argentina”. Una vez en Roma, Francisco multiplica los gestos de apertura con relación a monseñor Fellay, antes de concederle una audiencia el pasado 1 de abril. Según diferentes observadores, el reconocimiento oficial puede producirse en 2016, “año de la misericordia” para la Iglesia.

Otro caso de abusos, ocurrido también en el seno de la Hermandad San Pío X, ha sacudido la diócesis de la ciudad de Lyon, epicentro del escándalo de pedofilia de la Iglesia en Francia. Lyon, ciudad histórica del catolicismo social, se ha revelado también como un importante nido tradicionalista, donde hay buen número de secretos bien ocultos.

El padre Guy Gérentet de Saluneaux, culpable de atacar sexualmente a ocho jóvenes entre 1989 y 2000, era un miembro respetado de la Hermandad San Pío X. Durante 30 años, de 1970 a 2001, ofició con total impunidad y era el encargado del catecismo en la parroquia de la Trinidad, en Lyon. No es el único caso de pedofilia denunciado en la ciudad. Otra de las víctimas, Pierre, denunciaba al padre B., muy conocido en las esferas de la iglesia tradicionalista en Lyon. Para entonces, los hechos habían prescrito y el obispo de Lyon no apartó de su cargo al padre B., que finalmente se puso al frente de la parroquia realista de la Inmaculada Concepción de Lyon. Cada 21 de enero, celebra una misa en honor a Luis XVI con el apoyo de la Acción Francesa, movimiento realista ultraderechista. También es miembro de la Sociedad de Sacerdotes de Santa Irene, una comunidad tan discreta como tradicionalista e influyente en las altas esferas de Lyon. Sacerdotes que dirigen el prestigioso establecimiento escolar de los Cartujos, en la colina de la Croix-Rousse, y conocidos por sus posiciones ultraconservadoras.

En el entorno tradicionalista de la Iglesia, varias hermandades de sacerdotes, que viven enclaustrados y aislados, durante años han tratado de evitar el escándalo. Durante décadas, se enterró en el secreto de confesión numerosos casos de abusos sexuales cometidos en conventos tradicionalistas o de misioneros en el extranjero.

Es el caso de los frailes grises de San Juan. En la comunidad, muy replegada sobre sí misma, se multiplican los escándalos de agresiones sexuales desde hace años. El pasado 29 de abril, el hermano Jean-François Régis fue condenado a un año de prisión con suspensión por dos agresiones sexuales (una de las víctimas era menor de edad). En 2007, cuando estaba en Abidjan, en Costa de Marfil, el religioso ya había agredido a varios adolescentes. Pese a que reconoció los hechos en marzo de 2015, la falta de pruebas ha impedido que los delitos sean juzgados. En 2008, el prior de la comunidad San Juan de Abidján supuestamente fue alertado de lo que ocurría, pero se limitó a expulsar al agresor de Costa de Marfil.

También en la muy rigorista congregación conocida como los Legionarios de Cristo se han denunciado numerosos casos de abusos sexuales y derivas sectarias. Varios seminaristas han denunciado públicamente a su fundador, el mexicano Marcial Maciel, fallecido en 2008, de pedofilia. Abusos sexuales que los propio Legionarios de Cristo admitieron en un comunicado emitido en 2010. “Juan Pablo II, que era fan de los Legionarios de Cristo y que pensaba que eran obra de Dios, otorgó importantes responsabilidades a los Legionarios de Cristo. Cerró los ojos ante los abusos sexuales”, señala Xavier Léger, antiguo miembro de la congregación y autor de Moi, ancien légionnaire du Christ [Yo, exlegionario de Cristo]. “Les pidió que formaran a los formadores de las diócesis de todo el mundo. Era totalmente fanático, sectario. Como una iglesia de la cienciología a escala católica”, añade Xavier Léger, que ha revelado a Mediapart que Tony Anatrella, el “psicólogo de la iglesia”, crítico con la homosexualidad pero a quien jóvenes pacientes acusan de agresiones sexuales, a veces imparte conferencias en un instituto vinculado con los Legionarios de Cristo.

Hay comunidades en que los abusos sexuales son estructurales como sucede en la comunidad San Juan o en los Legionarios de Cristo”, afirma Aymeri Suárez-Pazos, presidente de la asociación Avref. “Si el fundador es un desviado y abusa de los fieles, a menudo esa situación se reproduce en la comunidad. En caso de los hermanos San Juan, hay una enseñanza basada en el “amor-amistad”. Este tipo de huella espiritual se instala, a continuación se autorizan las relaciones afectivas y corporales hasta llegar a los tocamientos”.

“Las derivas de pedofilia y de abusos sexuales en la Iglesia ¿son más frecuentes por tanto en los entornos tradicionalista?” “No, está por encima de las distintas divisiones, señala el director del semanario católico de izquierdas Golias, que ha destapado varios casos de pedofilia, algunos cometidos por sacerdotes “más bien progresistas”.

Por contra, los abusos parece que se encubren más en las comunidades integristas, opina Aymeri Suárez. “Existe un doble pacto de silencio”, mantiene este exmiembro del Opus Dei, que ataca unas “sociedades cerradas, como todas las comunidades que se creen que están por encima de los demás y que fingen salvar a la Iglesia”, prosigue. Congregaciones que piensan sobre todo en su propia protección, en lugar de la de las víctimas.

Daphné Gastaldi, Mathieu Martiniere y Mathie Périsse, periodistas freelance residentes en Lyon, son miembros del colectivo We Report, que lleva a cabo investigaciones y reportajes y trabajos multimedia.

Remitimos varias preguntas a la Hermandad San Pío X que nos respondió el 10 de mayo; también a la Congregación para la doctrina de la fe y al departamento de prensa del Vaticano, que no contestaron a nuestro e-mail.

Para recoger nuevos testimonios de las víctimas, así como testimonios de casos de pedofilia o de abusos sexuales, se ha habilitado un correo específico: temoins@wereport.fr. Se garantiza la total confidencialidad de los denunciantes.

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Traducción: Mariola Moreno

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