Medicina

Historia del cirujano sueco acusado de causar un “Chernóbil ético”

Entrada principal del Instituto Karolinska

Michel de Pracontal (Mediapart)

Seis muertos tras llevar a cabo operaciones en condiciones de riesgo, dos de ellas en Estocolmo, el “mayor escándalo de la medicina sueca”, según el diario The Washington Post, una investigación abierta por homicidio involuntario, un escándalo que salpica al jurado que falla el Premio Nobel. Se trata del caso Macchiarini, que toma su nombre del carismático cirujano italiano –que ha resultado ser un charlatán– y que ha derivado en pesadilla para el prestigioso Instituto Karolinska, la Universidad de Medicina más célebre de Suecia, por no decir del mundo.

Un comité de 50 profesores del Karolinska decide quién recibe anualmente el Premio Nobel de Medicina y de Psicología. Desde febrero de 2016, tres de los integrantes de ese comité han presentado la dimisión o han sido invitados a dejarla; una de esas personas es Harriet Wallberg-Henriksonn, rector de las universidades públicas suecas y cesado por la ministra de Educación y de Investigación; varios dirigentes del Instituto Karolinska han sido apartados de sus cargos, lo mismo que el consejo de administración al completo.

De “Chernóbil ético”. Así lo ha definido Bo Risberg, profesor emérito de Cirugía en Göteborg. En un artículo de opinión publicado en el diario médico Läkartidningen, Risberg afirma que la credibilidad del Instituto Karolinska se encuentra en entredicho, aspecto que confirma la empresa demoscópica TNS Sifo. Según dicha empresa de sondeos, el índice de reputación del Karolinska ha caído desde el puesto 85 al 59 (en una escala de 0 a 100), de modo que el instituto pasa de ocupar la cuarta posición a estar la duodécima en el ranking de universidades suecas. Risberg insta al comité a que se introduzca una moratoria de dos años en el fallo del Premio Nobel. De momento, no hay respuesta a esta sugerencia. El pasado 15 de septiembre, el Gobierno sueco designaba a un comité, que se encargará de nombrar al nuevo consejo de administración.

Paradojas de la vida, el hombre que ha desencadenado el escándalo debía contribuir a que el instituto de Estocolmo se hiciese hueco en un campo muy prestigioso de la investigación biomédica, el de la “medicina regeneradora”. Cirujano estrella, Macchiarini efectuó en 2008 el primer trasplante de tráquea con células del paciente. El Karolinska le contrató en 2010 para llevar a cabo un proyecto revolucionario: trasplantar tráqueas artificiales que incluían un tramo sintético en el que se cultivarían células del receptor.

Entre 2011 y 2013, Macchiarini operó a tres pacientes en el Hospital Universitario Karolinska, asociado al instituto del mismo nombre. Dos de los pacientes han fallecido y el tercero, una paciente, permanece en cuidados intensivos cuatro años después de ser intervenida por Macchiarini. El hospital dejó entonces de realizar trasplantes, pero el Karolinska mantuvo el contrato con Macchiarini, quien siguió adelante con las operaciones en Rusia, donde intervino a otros cinco pacientes, cuatro de ellos fallecidos. En total, han muerto seis de los ocho pacientes intervenidos y los dos supervivientes padecen graves complicaciones. A los pacientes se les presentó como casos muy graves, que estaban recuperándose de protocolos compasivos; ahora parece que no era así y que ni siquiera era urgente hacerles pasar por una intervención arriesgada. Según Bo Risberg, Macchiarini realizó las intervenicones quirúrjicas sin tomar las precauciones más básicas, en condiciones tales que “hay que remontarse a mediados de los 40 para dar con algo así”.

En una carta abierta dirigida a la página web For Better Science, Risberg dice que Macchiarini “aparentemente carece de brújula ética” y añade: “Para mí, como cirujano universitario experimentado, me resulta completamente increíble”.

Sin embargo, no sólo cuestiona a Macchiarini. El Karolinska no está exento de responsabilidad. En las dos últimas semanas, al menos cuatro investigaciones han permitido constatar aspectos gravísimos en lo que al Instituto Karolinska respecta, según Science. De una de las líneas de investigación se desprende que Macchiarini se ha declarado culpable de numerosos casos de mala praxis científica, mientras que las otras tres investigaciones no dejan en buen lugar al Instituto y al hospital Karolinska.

Ya en 2014, médicos del hospital universitario pidieron al Instituto Karolinska que investigase posibles irregularidades en los artículos científicos de Macchiarini y sobre la ética de selección de los pacientes, así como las condiciones en las que se había conseguido el consentimiento para intervenirlos. Según estos facultativos, los pacientes no estaban tan enfermos como decía Macchiarini y falsificó los partes sobre la mejoría que experimentaron tras los trasplantes. Los responsables del instituto encargaron a un profesor jubilado de la Universidad de Uppsala, Bengt Gerdin, que estudiase dichas acusaciones. Gerdin concluyó que estaban fundadas. Macchiarini lógicamente lo negó todo. En agosto de 2015, Anders Hamsten, entonces vicerrector del Instituto Karolinska y miembro del comité del Premio Nobel dijo que las argumentaciones de Macchiarini resultaban convincentes y no le retiró su confianza. Ahora Hamsten ha dimitido.

El caso se reabrió en enero de 2016 a raíz de la emisión de un documental televisivo, emitido en tres entregas, en el que se recogía el tratamiento que recibían los pacientes de Macchiarini en Suecia y en Rusia, así como el modo en que el Karolinska había tratado el problema. Tras la difusión de dicho documental, el Instituto Karolinska anunció que pondría fin a cualquier vinculación con Macchiarini una vez finalizado el contrato, en noviembre, y pidió al Comité de Ética Nacional Sueco (CEPN) que volviese a examinar las acusaciones de mala praxis. El Karolinska también encargó una investigación a un comité independiente para analizar las relaciones entre Macchiarini y el instituto; el hospital solicitó una investigación similar. En marzo de 2016, el consejo disciplinar de la universidad consideró que sabía suficiente como para despedir a Paolo Macchiarini.

Las investigaciones, dadas a conocer entre finales de agosto y principios de septiembre, sacaron a la luz que Macchiarini no tendría que haber sido contratado nunca, que había falsificado su CV y que algunos de sus anteriores empleadores informaron muy negativamente de él.

El informe del CEPN, publicado el 9 de septiembre, ha sacado a la luz datos falsificados o incoherentes en al menos un artículo del cirujano italiano. Según Bo Risberg, Macchiarini empleó para las tráqueas sintéticas un material que nunca había sido probado en personas y que sólo se había utilizado una vez en ovejas, pero no en una tráquea.

En resumidas cuentas, el escándalo contiene según Risberg, “todos los ingredientes de un culebrón: falta de ética, fraude y falsificaciones, muerte y mutilación, negación, cobertura, amenazas contra los denunciantes, incompetencia, irresponsabilidad...”.

Para muchos científicos, la cuestión estriba en cómo se ha podido ver amenazada así la profesionalidad del Instituto Karolinska. Es probable que haya influido el deseo por mantener el instituto a la cabeza en la carrera científica y por conseguir resultados espectaculares.

Parece también que Paolo Macchiarini es un gran seductor y un mitómano. Según la revista Vanity Fair, Macchiarini llegó a contarle a una productora, con quien supuestamente mantuvo una relación, que había atendido a muchos jefes de Estado y a dos papas. Incluso también pudo convencer a su amante de que el papa Francisco iba a casarlos...

Hans Rosling, profesor del Karolinska jubilado, ha declarado a Science que el artículo del Vanity Fair puso la mosca detrás de la oreja a la dirección del instituto, que pudo entonces darse cuenta de que “Macchiarini padecía un grave trastorno de personalidad”.

Este descubrimiento psicológico no consolará a las víctimas ni a sus familias, que siguen esperando que se haga justicia, según un artículo de la periodista Anna Bösen publicado el 11 de septiembre en el diario sueco Expressen. Por su parte, Macchiarini, investigado por homicidio involuntario y por lesiones, niega las acusaciones. ______________

Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

Más sobre este tema
stats