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El comando que atentó en Francia había viajado en el verano de 2015 a Mánchester

Un agente de policía patrulla el centro de Manchester, en el Reino Unido.

El 24 de enero de 2016, el órgano propagandístico oficial del Estado Islámico, Al-Hayat, difundía un nuevo vídeo en el que reivindicaba los atentados del 13 de noviembre de 2015, perpetrados en París. El vídeo empieza con un mensaje que da el supuesto nombre en clave de la operación, Kill them wherever you can [Mátalos donde puedas], y la fecha y los lugares elegidos. Acaba con un nuevo mensaje, “una amenaza clara contra los intereses británicos”, se puede leer en un documento de la Dirección General de los Servicios de Inteligencia de Francia, al que Mediapart ha tenido acceso. Hay imágenes de David Cameron, de la Cámara de los Lores y de zonas turísticas de Londres.

Los analistas de la lucha antiterrorista consideraron entonces “esta amenaza [...] muy creíble”. “En el verano de 2015, junto con Francia y Bélgica, Reino Unido figuraba efectivamente entre los objetivos principales de Abdelhamid Abaaoud”. A finales de marzo de 2017, un terrorista mataba a cuatro personas, con ayuda de un coche y de un arma blanca, cerca del Parlamento británico, al que se aludía año y medio antes en el vídeo del Estado Islámico. El atentado suicida perpetrado en la noche del lunes en Mánchester ha venido a recordarlo de forma sangrienta: los terroristas siempre han tenido en el punto de mira a Gran Bretaña.

Porque este territorio –en cuyo suelo, el hermano enemigo de Al Qaeda causó la muerte de 56 personas en Londres, el 7 de julio de 2015– representa un territorio importante en el imaginario macabro del terrorismo islámico. Porque el país está presente en la coalición internacional que combate al Estado Islámico y porque sus servicios de inteligencia son muy eficaces. Porque numerosos yihadistas anglófonos proliferan en las filas de la organización terrorista, por ejemplo aquellos a los que los rehenes europeos detenidos entre 2013 y 2014 bautizaron como los Cuatro Beatles, entre los que se encontraba el verdugo Mohamed Emzawi, conocido como Yihad John, muerto a finales de 2015.

Un yihadista que se negó a cometer un atentado y que se entregó a la Policía francesa señaló, en enero de 2016, a un sirio de 44 años y exprofesor de Derecho como el encargado de planificar los atentados. Según el testigo arrepentido, Ali Moussa al-Shawak, alias Abou Lôqman, es supuestamente “el responsable de las células destinadas a atacar en países francófonos y anglófonos”, tal y como explicó entonces a Mediapart, socio editorial de infoLibre.

Pero, el comando del 13 de noviembre –y que se disponía a enlutar Bélgica– barajó durante un tiempo, antes de abandonar la idea, poner en el punto de mira al Reino Unido, tal y como reveló Mediapart el 1 de junio de 2016, cuando dio a conocer el contenido de un mensaje recuperado de la memoria de un ordenador encontrado, en una papelera de Schaerbeek, el día después de los atentados de Bruselas.

El informe pericial sobre el ordenador se ha incorporado a la causa de los atentados de Bruselas y después a los de París. En un mensaje grabado entre el 15 de febrero y el 15 de marzo de 2016, su usuario –probablemente Najim Laachraoui, uno de los kamikazes de los dos atentados– le expone los hechos (proyectos, material disponible, los hermanos implicados) a Abou Ahmed, el supuesto artífice y emir del Estado Islámico con base en Siria.

El autor del mensaje se refiere brevemente a Inglaterra sin precisar el motivo: “Y te habíamos hablado de Inglaterra... Sip, eso, lo olvidamos, lo ves? Hay que... Sip, olvidamos”.Sip

Los servicios de inteligencia franceses dedujeron de ello que, para los terroristas, era demasiado arriesgado llegar a las islas británicas con los explosivos. Por aquel entonces, se efectuaban controles en los ferris que se dirigían las islas británicas.

La hipótesis de que el comando del 13 de noviembre planeaba atentar en Gran Bretaña se confirma gracias a un segundo elemento: el viaje efectuado por un miembro de esta célula terrorista en el verano de 2015. Mohamed Abrini es el yihadista belga al que las cámaras de vigilancia del aeropuerto de Zaventem (Bruselas) registran empujando una bomba en un carrito, oculto tras unas gafas de sol y con un sombrero, que le valdrá el sobrenombre del “hombre del sombrero”. Otras imágenes de cámaras videovigilancia graban su presencia el 12 de noviembre, junto a 10 kamikazes que se dirigen hacia París en tres coches, el “convoy de la muerte”, como lo describe él mismo. Porque Abrini renunciará a inmolarse en Bruselas, lo que le brindará la posibilidad de referirse, en sus declaraciones ante los investigadores, sobre las motivaciones y el papel exacto que desempeño en los atentados de París, de Bruselas y en su viaje a Inglaterra. Porque los servicios ingleses tienen pruebas del paso de este ciudadano inglés, a su llegada al aeropuerto de Heathrow, procedente de Estambul, el 9 de julio de 2015.

Del 10 al 13, limpia el Grosvenor Casino de Birmingham, fotografía diferentes lugares de esta ciudad de Midlands, sobre todo la parte posterior de Birmingham New Street Station, la estación de tren. Los días 13 y 14 de julio, Mohamed Abrini continúa con su peregrinaje por Mánchester. En el Grosvenor Casino, una vez más, después en el estadio de fútbol del Manchester United donde hizo varias fotos.

Los investigadores hallaron en el perfil de WhatsAPP del sospechoso una foto donde se le ve entre dos artistas callejeros disfrazados de Iron Man, uno de los superhéroes de la galaxia Marvel. Delante de ellos, hay un cubo sobre el que figura el importe en libras esterlinas. Detrás, se ven publicidades en inglés. Elementos todos ellos que conducen a pensar que podría ser la prueba de la estancia británica de Abrini. El 16 de julio, el hombre al que todavía no se le considera un terrorista abandona Inglaterra.

Según el supuesto terrorista, cuando se encontraba en Siria en junio de 2015, donde fue a visitar la tumba de su hermano pequeño muerto en combate, se encontró con un amigo de infancia, Abdelhamid Abaaoud, que le pidió que fuese a cobrar 3.000 libras a Inglaterra antes de regresar a Bélgica. Una versión poco creíble ya que, según confesó, Abaaoud le hizo entrega de 2.000 dólares para financiar un viaje que estaba teóricamente destinado a permitir recuperar, una vez descontados los gastos, 500 dólares. Los servicios de inteligencia piensan que se trató más bien de una estancia “para buscar localizaciones”.

Mohamed Abrini, en sus declaraciones a la Policía Federal belga el 21 de abril de 2016, insistía: “Ni en Londres ni en Birmingham, ni en Mánchester, no llevé a cabo labores de reconocimiento con el fin de preparar atentados terroristas [...] No existe ningún plan terrorista que convierta a Inglaterra en objetivo potencial de un ataque. Por lo que yo sé, el enemigo acérrimo del Estado Islámico es Francia. Creo que Inglaterra tiene servicios secretos más desarrollados, mejores a la hora de llevar a cabo labores de vigilancia, etc. y, por tanto, más difícil de golpear. Tampoco contacté con ciudadanos ingleses en Siria”.

Sobre su paso por Mánchester, Mohamed Abrini dice que se dio un cúmulo de circunstancias: “No tenía nada que hacer, por lo que fui por el estadio”. Un argelino que trabaja en un bar de cachimbas supuestamente le habló “de las visitas, de las actividades que se hacían” en el recinto del Manchester United. “Así que visité el estadio e hice fotos. [...] Toda la vida he jugado al fútbol. [...] No buscaba localizaciones”. En una declaración anterior, ya había insistido: “Aunque puedan establecer una vinculación con los atentados de París: estadio de París y fotos en el estadio de Mánchester, confirmo que no se trataba de buscar objetivos. Fue turismo puro y duro”. No obstante, los dos islamistas radicales con los que se vio Abrini en Birmingham, los que supuestamente debían devolver el dinero adeudado a Abaaoud, sí fueron encarcelados por las autoridades inglesas.

 

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Traducción: Mariola Moreno

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