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Víctimas de un popular tratamiento anticalvicie denuncian en los tribunales franceses al laboratorio MSD

Un individuo con problemas de alopecia.

Rozenn Le Saint (Mediapart)

Por primera vez en Francia, tres víctimas de Propecia arremeten contra el gigante americano Merck Sharp & Dohme (MSD). Llevan a este fabricante del medicamento anticaída del cabello ante el juzgado de primera instancia de Nanterre por la falta de información sobre los beneficios del producto prometidos, puramente cosméticos, y los riesgos que se corren, que estiman gravísimos. Este martes ha sido fijada la audiencia para el 4 de junio próximo.

Jérémy tiene previsto unirse próximamente a este proceso judicial. En noviembre de 2017 estuvo a punto de tirarse por la ventana, días después de haber tomado por primera vez Propecia, el tratamiento a base de finasterida producido por MSD.

En aquella época a Jérémy le gustaba ir a nadar a la piscina cinco veces por semana. Su cara y su gorro no le disgustaban. Estaba aún lejos de ser calvo: sus sienes y su cabeza sólo se clareaban un poco por detrás. Estaba lejos de ser “la piltrafa” en que dice haberse convertido.

Jérémy tiene ahora 31 años. “Consulté con un dermatólogo de forma preventiva", dice. “Me habló de Propecia como el 'medicamento milagroso contra la calvicie'”. Según los estudios clínicos realizados por el laboratorio, sus beneficios no son sin embargo para tirar cohetes: el medicamento funcionaría sólo en el 40% de los casos. Con una eficacia limitada, permitiría recuperar el 10% del cabello en el mejor de los casos, únicamente en la parte superior de la cabeza, no en las sienes, y solamente mientras se siga el tratamiento.

Cuando Jérémy lee el prospecto se da cuenta de los posibles efectos adversos, especialmente los problemas sexuales. Pero se describen como “poco frecuentes”: en el 1% de los casos como máximo. “Me dije: ¿por qué habría de tocarme a mí? Y corrí el riesgo. Ahora bien, no lo habría tomado jamás si hubiera sido consciente aunque fuera de una centésima parte de los efectos que aún sufro”, lamenta el enfermero.

Si Mister Proper encarna la virilidad en estado puro es por algo. Los hombres, cuanto más alta tienen la testosterona, más pierden el pelo. La finasterida, componente de Propecia, la disminuye para ralentizar la calvicie.

Además de que una bajada de la tasa de la hormona masculina puede afectar a la líbido, puede también acarrear un desarrollo excesivo del pecho, incluso provocar cáncer de pecho, además de depresión e intentos de suicidio.

 

El presidente estadounidense, Donald J. Trump.

En Estados Unidos están preocupados por ello, máxime cuando el país está gobernado por un adepto a la finasterida: Donald Trump. A pesar de que el riesgo de depresión aumenta en los mayores de 66 años que se empeñan en conservar su cabellera a cualquier precio… él lo consume con 72.

Tras tomar nada más dos medias pastillas, Jérémy cae en un estado de cansancio intenso y su vida sexual queda destrozada. Sin erecciones matutinas, eyaculaciones retrógradas (1), eyaculaciones precoces o directamente cero erecciones. Baja por enfermedad durante cinco meses, antidepresivos, inyecciones diarias de testosterona en el pene –aún hoy– y una pareja a punto de romperse.

Su amiga es farmacéutica y, según sus archivos, los pacientes, tras la prescripción de finasterida, vuelven a menudo con una receta de antidepresivos. Jérémy lo relaciona y envía su caso a la base francesa de fármaco-vigilancia, como otras 290 víctimas del remedio capilar. Después acude al bufete de abogados Dante, de París, animado por la asociación Ayuda a las Víctimas de la Finasterida (AvFin).

Falta de información y “defecto” del medicamento

El abogado Charles Joseph-Oudin lleva, en procedimiento de urgencia, al gigante americano ante el juzgado de primera instancia de Nanterre. Una actuación judicial inédita en Francia, aunque ya ha habido denuncias en Estados Unidos, Canadá y Alemania. Ha elegido la vía civil por “defectos” del medicamento, como lo ha hecho ya con Servier por las víctimas del Mediator.

¿Objetivo? Exigir un peritaje de urgencia, previo a una solicitud de indemnización. “Vamos a demostrar la relación de causalidad entre Propecia y los efectos adversos y probar que las víctimas no han sido suficientemente informadas cuando MSD conoce la gravedad de los riesgos, incluido el abandono del tratamiento”, comenta el abogado, que se ha convertido en la bestia negra de las empresas farmacéuticas.

El abogado podrá valerse de “una jurisprudencia favorable en caso de medicamentos de orden estético” y de la sentencia del Tribunal de Casación del 26 de septiembre de 2018. La más alta instancia judicial ha confirmado que la responsabilidad de un laboratorio puede estar comprometida por haber vendido un producto demasiado peligroso para los beneficios que pueda aportar, incluso aunque el prospecto mencione los efectos adversos.

La finasterida hizo primeramente su aparición en las farmacias francesas en 1993 bajo el nombre de Chibro-Proscar®, como tratamiento contra los problemas de próstata. Pero seis años más tarde, un astuto reciclaje permitió al laboratorio aplazar algunos años la patente que le protegió de la llegada de los genéricos.

Con el nombre de Propecia, la finasterida servirá a partir de ese momento para ralentizar la caída del cabello, lo que promete una segunda vida lucrativa al medicamento del MSD, una de las cinco mayores farmacéuticas del mundo.

Como MSD no ha solicitado de la Seguridad Social el reembolso de Propecia, es muy libre de fijar el precio. La caja para un mes de tratamiento costaba al principio alrededor de 80 euros, aunque desde que el laboratorio americano ya no tiene el monopolio del mercado de los calvos, el precio ha caído a unos 60 euros. Los genéricos, por su parte, cuestan entre 15 y 30 euros.

En 2009, diez años después de la llegada al mercado francés, MSD ha mencionado por fin en su prospecto los riesgos de problemas sexuales “persistentes tras el cese del tratamiento”.

Después, ha sido necesario esperar a abril de 2017 para que la Agencia Europea del Medicamento (AEM) recomiende cambiar “ideas depresivas”  por “depresión” y añadir “riesgo de suicidio” a la lista de efectos secundarios, como lo había solicitado la Agencia Nacional del Medicamento y de Productos de Salud (ANSM). Esta última ha reflejado estos cambios en Francia en una nota informativa del 26 de octubre de 2017.

La agencia del medicamento podría prohibir a los dermatólogos prescribirlo

En vista del peligro, ¿por qué la ANSM no prohíbe simplemente en Francia el uso de este medicamento contra la calvicie? “Es responsabilidad de las autoridades públicas proceder a la retirada de medicamentos cuando sus efectos secundarios son desproporcionados respecto a la eficacia. Esto ayudaría a todo el mundo, médicos y pacientes, a tomar una decisión”, adelanta Bruno Toussaint, director editorial de la revista médica independiente Prescrire.

El gendarme francés del medicamento se escuda en la posición de la AEM, que no ha hecho nada a nivel europeo. Ni el laboratorio MSD ni la AEM, ni tampoco el Ministerio de Sanidad, preguntados varias veces, han accedido a la solicitud de una entrevista de Mediapart [socio editorial de infoLibre].

La ANSM no está sin embargo inerme en Francia. Podría sortear el obstáculo europeo quedándose con el uso de finasterida únicamente en caso de problemas de próstata, y además autorizando sólo a los urólogos a prescribirla. “Los pacientes harían sus compras por Internet para la caída del cabello, sin receta, lo que sería peligroso”, justifica el servicio de prensa de la Agencia Nacional del Medicamento y de Productos de Salud.

Pero esto ya está pasando. Jérémy lo ha probado. Ha podido hacerse con finasterida en la web de una farmacia, sin receta. Después ha conseguido una condena para el establecimiento, el 23 de noviembre de 2018, por el Colegio de Farmacéuticos, de prohibición de ejercer… durante 15 días.

Privar a los dermatólogos de recetar finasterida evitaría sin embargo otras derivas: Romain Mathieu acudió, con 19 años, a la consulta del dermatólogo por unos simples granos. En la consulta le habló también de su pérdida de pelo y le fue prescrito un tratamiento hormonal contra la calvicie. Primero se preocupó porque su libido estaba por los suelos y después cayó en una depresión grave. Para él y su familia, sin duda, era causado por la finasterida. “Antes de suicidarse, el 7 de junio de 2016, Romain dejó unas palabras escritas que decían: “Si eres valiente, lucha”, relata su madre, presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas de Finasterida, Sylviane Million-Mathieu.

Desde entonces no ha hecho más que eso, luchar. Contra MSD de la mano del abogado Joseph-Oudin, pero también contra la inercia del mundo de las batas blancas, estrechamente ligadas a la industria farmacéutica.

Sylviane Million-Mathieu no es la única que lo ha constatado. En 2004, cuando a Marc, de 47 años, le prescribieron Propecia le dijeron que, pase lo que pase, todos los efectos desaparecerían al dejar de tomar esas pastillas octogonales anaranjadas

Sin embargo, cinco años después de haber dejado de tomarlas se mantiene “gracias a dos soportes: un antidepresivo y un gel a base de testosterona”. Él forma parte de los tres primeros denunciantes del MSD en Francia. Para este oriundo de Ródano-Alpes, el decaimiento moral, físico y sexual apareció a los diez años de tratamiento. 

Dice que poner un plazo a la cura (2) provoca “una especie de choque interno de hormonas”. Es lo que las asociaciones de víctimas llaman el “síndrome post-finasterida”: el cuerpo lucha para reencontrar el equilibrio hormonal tras haber sido alimentado artificialmente. “Me preocupa sobre todo el futuro", nos dice. "Estos efectos son una bomba de relojería social. Y la situación hormonal no va a mejorar con la edad…”, añade.

Unos sesenta expedientes más con la mención Finasterida destacan en los despachos del bufete Dante. Y muchos otros más podrían añadirse al montón: el producto anti cabeza pelada lo toman aún hoy unos 30.000 franceses. ¿Un escándalo sanitario más que podría haberse evitado?

Señalar los peligros frente al “lobby” farmacéutico

Tras las advertencias en 1999 sobre los problemas sexuales, después en 2009 sobre las depresiones (3), Prescrire, que previó los últimos casos sanitarios, ha llegado a la conclusión definitiva de que “en caso de caída del cabello, no es razonable tomar finasterida”. Sobre todo porque existe una loción alternativa, a base de minoxidil. Según Prescrire, mucho menos peligrosa. Y casi igual de ineficaz.

En 2015 han sido también publicados unos resultados científicos preocupantes (4). Para abrir los ojos a los médicos, Sylviana Million-Mathieu vigila que los galenos más influyentes informen bien de los peligros (5), de manera que no aumente el contador de la web Post-Finasteride Syndrom Foundation, que cuenta ya 59 suicidios en el mundo, de los cuales uno en Francia: su hijo.

La denunciante forma parte de la caza de la desinformación alimentada por el lobby de la industria farmacéutica, que no tiene ningún interés en insistir en los efectos secundarios. A finales de 2017 hizo una criba en el centro de salud Sabouraud, clínica de referencia en Francia, cuya web propone estudios clínicos remunerados. Para engatusar a los pacientes, la clínica anuncia la posibilidad de pagar por hacer de cobaya: el fabricante ofrece los productos nuevos y las consultas.

Desde 1994, cinco años después de su aparición en las farmacias, los pacientes del centro Sabouraud han podido probar Propecia, como primicia, en el marco de “uno de los numerosos estudios (6) destinados al expediente de autorización de puesta en mercado”, admite Pascal Reygagne, director del centro.

Pascal Reygagne no quiere decirnos cuánto ha recibido el centro de MSD para evaluar la eficacia de Propecia con vistas a la obtención de la preciada llave maestra. “Sería una gran ingenuidad ofenderse al escuchar que los estudios clínicos de los medicamentos nuevos son financiados por la industria. Son verificados luego por las agencias del medicamento", se justifica. "Los ensayos clínicos (7) nos sirven para equilibrar financieramente el centro Sabouraud. Representan entre el 10 y el 20% del presupuesto”, añade.

¿Serían estas relaciones de intereses con MSD susceptibles, años más tarde, de favorecer lagunas de información sobre los peligros del medicamento por parte de la clínica?

El 18 de septiembre de 2018, la mayor parte de los efectos adversos no figuraban aún en la página de Internet tratamientos médicos de la calvicie masculinadel centro Sabouraud. La AvFin está afectada: dos días más tarde el documento firmado de Pascal Reygagne no estaba accesible en línea. Ello no impide que, históricamente, sus prescripciones hayan sido las primeras en Francia en incluir la finasterida como tratamiento anti-caída del cabello. Antes de la advertencia de la Agencia del Medicamento en el otoño de 2017, él la prescribía diez veces al día. Hoy en día sólo unas cinco o seis: los pacientes son más desconfiados.

Él es pues Mister Finasterida en Francia, además de experto y portavoz de la muy influyente Sociedad Francesa de Dermatología (SFD) sobre la cuestión. Los laboratorios saben perfectamente que los especialistas de la piel tienen total confianza en esta sociedad científica. Sus comunicaciones dictan sus prescripciones, lo que las hacen objetivo del lobby de la Bif Pharma.

Las farmacéuticas han pagado 3,1 millones de euros a la SFD desde 2013. MSD, el fabricante de Propecia, es la segunda más generosa, con más de 500.000 euros en total, es decir, unos 100.000 euros por año. Estas son las cifras conseguidas por Mediapart gracias a la herramienta onlineEurosForDocs, que detecta vínculos de interés con la industria farmacéutica:

 

¿El objetivo de esta herramienta? Dar una transparencia real a los datos de la base gubernamental Transparencia Salud, difícilmente aprovechable como tal. A los laboratorios se les pide que cataloguen todos los contratos y regalos hechos a los actores de la sanidad después del escándalo del Mediator, que había estallado en base a graves conflictos de interés entre los responsables y Servier.

Ya en su momento los médicos habían desviado el uso de un medicamento antidiabético al prescribirlo como cortahambre, sin evaluar el famoso equilibrio riesgo/beneficio, provocando de esa manera entre 500 y 1.500 muertes. Ese proceso tendrá lugar este otoño.

 

  1. El esperma sube a la vejiga y se expulsa por la orina.

 

  1. Una nota informativa de la agencia alemana del medicamento indicó el 15 de julio de 2018 que la disfunción sexual puede persistir durante más de diez años.

 

  1. La revista Prescrire previene también que “La finasterida se propaga por el líquido seminal: la utilización de un preservativo es aconsejable para los hombres que tengan una pareja embarazada o que pueda llegar a estarlo, por razón de riesgo de anomalías del feto de sexo masculino”.

 

  1. Ai Ak y coll.  Disfunción sexual persistente y tendencia al suicidio en jóvenes tratados con dosis leves de finasterida: Estudio farmacológico. Pharmacotherapy, 2015.

 

  1. Los profesionales de la sanidad recibieron un correo el 1 de febrero sobre inyección de refuerzo.

 

  1. Finasterida en el tratamiento de hombres con alopecia androgénica.

 

  1.  Estos ensayos clínicos son financiados por la industria farmacéutica, laboratorios cosméticos, sociedades científicas o fondos públicos y regionales.
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Traducción de Javier de Miguel López  

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