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Ruth Ben-Ghiat, historiadora norteamericana: “Es innegable que Trump se inspira en el fascismo”

El presidente estadounidense, Donald Trump, durante su reunión con Justin Trudea este jueves en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

“Go back”. Donald Trump sorprendió a muchos estadounidenses con una serie de tuits contra cuatro congresistas, todas mujeres negras de nacionalidad estadounidense. A dichas representantes electas de la izquierda del Partido Demócrata, Trump las invitó a “regresar” a “los sitios en quiebra e infestados de crímenes de los que proceden”.

El miércoles 17 de julio, en un mitin en Carolina del Norte, Trump dejó que sus seguidores cantaran Send her back (expúlsala), refiriéndose a la congresista Ilhan Omar de origen somalí. Para Ruth Ben-Ghiat, experta en fascismos y profesora de la Universidad de Nueva York, se trata de una “escalada significativa” hacia un régimen cada vez más autoritario, que toma elementos del fascismo. Donald Trump repitió su ofensa atacando al político negro de Baltimore (Maryland) Elijah Cummings, presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes.

Pregunta: Después del Send her back que le cantaron sus seguidores a Ilhan Omar, Donald Trump hizo ademán de disculparse. Pero no son éstas sus primeras palabras racistas, ni mucho menos. ¿Cuál es la diferencia esta vez?Send her back

Respuesta: La escalada es significativa. El racismo está en el ADN de Donald Trump, desde hace décadas, cuando era un hombre de negocios de Nueva York [la miniserie Así nos ven, actualmente disponible en Netflix, recuerda que Trump compró una página de publicidad en The New York Times en 1989 para exigir las condena a muerte de cinco jóvenes negros acusados injustamente de matar a un runner en Central Park. The New York Times también recuerda sus palabras racistas en The Apprentice, el reality show que lo hizo famoso].

Pero como presidente nunca había señalado a una persona negra con nombre y apellidos. Todo en Ilhan Omar, negra, exrefugiada, musulmana, enfurece a los nacionalistas blancos. Viniendo del presidente de los Estados Unidos, se trata de una enorme amenaza, una amenaza física, que pone en peligro la seguridad de una congresista electa. Trump busca convertir a Omar en el símbolo de todo lo que se supone que Estados Unidos odia.

P: ¿Está evolucionando este régimen hacia algo que ya no es una democracia?R:

En Estados Unidos, hemos tenido segregación, leyes racistas en el Sur. Pero no estuvimos ocupados por los nazis, no tuvimos un régimen comunista, ni un golpe militar. Nuestra idea de un régimen autoritario son los camisas negras de Mussolini, un golpe de Estado, etc.

Por lo tanto, los norteamericanos tienen dificultades para entender que un régimen autoritario pueda arraigar gradualmente, incluso disfrazado de democracia, como es el caso de Orbán y Putin, por ejemplo. Pero es innegable que Trump se inspira en el fascismo. Consideremos por ejemplo su comportamiento durante los mítines, su relación con las multitudes, la forma en que deja que su público exprese su alegría por tener un enemigo. Esta alegría del odio, autorizada por el Estado, es extremadamente poderosa.

P: Entonces, ¿es un momento fascista, esa es la palabra que Ilhan Omar usó en respuesta al ataque presidencial? ¿O “sólo” una escalada racista, una más?

R: A menudo la gente espera una señal mágica del tipo “ya está, el fascismo ha llegado”. Pero las cosas no funcionan así. Claramente, la forma en que dirige a la muchedumbre en sus mítines, la designación de un blanco, los tuits de odio, la casi ausencia de reacción dentro del Partido Republicano, todo esto marca una evolución, un endurecimiento, que era predecible.

Trump exigió la lealtad de sus seguidores desde el principio. Decidió construir una base de leales fanáticos. Alimenta su base más de lo que busca aumentarla. Para ellos, es un héroe carismático. Su exportavoz, Sarah Huckabee Sanders, ha dicho que Trump es presidente por intervención divina. Este rango de cuasi divinidad es absolutamente típico de los regímenes autoritarios. Además, ha conseguido, con Fox News [y otros medios de comunicación, como el canal de extrema derecha OneAmerica] implantar algo similar a una máquina de propaganda estatal.

P: Antes de hablar con usted, lo hice con el historiador estadounidense Robert Paxton, autor de La France de Vichy, que obligó a Francia a ver la colaboración de Vichy con los nazis. Como usted, Paxton considera que “algunos aspectos del estilo y lenguaje de Trump se asemejan al fascismo”. Pero que otros, y no los menos importantes, se caracterizan por “su desconfianza del poder del Estado y su voluntad de dejar a los hombres de negocios obtener lo que quieren”. Hitler o Mussolini, dijo, “obligaban a los empleadores a aceptar una planificación económica centralizada para rearmarse y seguir una política exterior y colonial agresiva”. Por lo tanto, Paxton cree que el mejor término para definir la Administración de Trump es “oligarquía”, más que fascismo.La France de Vichy

R: Existe, por supuesto, ese elemento oligárquico. Trump es incluso el líder de una gran democracia, la más corrupta desde Berlusconi; está al frente de un Gobierno formado por millonarios y multimillonarios elegidos. Con la detención de migrantes y la existencia de campamentos en la frontera, Trump está llevando claramente a Estados Unidos a una democracia del siglo XXI que ya no es liberal.

Lo que me diferencia un poco de Paxton es que él está menos interesado en lo que la gente dice que en lo que hace. Sin embargo, a través de sus discursos, Trump hace que la violencia sea más aceptable. Prepara a los estadounidenses para aceptar más y más represión.

Muchos dicen que Trump está loco, que no tiene estrategia. Sucede siempre con los líderes autoritarios. Se dijo lo mismo de Hitler o Mussolini. Pensar que no tiene estrategia, que todo lo que hace es caos, es en mi opinión negacionismo. Como cualquier líder autoritario, Trump busca colonizarnos. Para colonizar el Estado, la sociedad, los medios de comunicación.

Trump es un bruto. Los líderes autoritarios quieren que les tengamos miedo. Trump quiere intimidarnos. Utiliza al Ejército como herramienta política [en la frontera o con su nuevo desfile militar, inspirado en el 14 de julio]. Busca humillar, someter a la sociedad.

“Es posible que nuestra sociedad despierte”

P: De nuevo, ¿hasta dónde llega esta humillación? ¿Es sólo un ego trip autoritario, hasta ahora contenido por las instituciones, o la demostración, desordenada pero muy real, de un proyecto de sociedad reaccionaria y nacionalista destinado a restaurar la supremacía blanca? Después de todo, Trump a veces ve cómo los tribunales le paran los pies, pero no siempre, como en el caso de la autorización del Tribunal Supremo de la muslim ban (prohibición musulmana). La derecha dura está detrás de él. Trump ya ha nombrado 125 jueces vitalicios. Está cambiando, con carácter duradero, el sistema judicial,  que a menudo tiene que aprobar o reconsiderar decisiones administrativas.R: ego tripmuslim ban

Trump es muy impulsivo, narcisista, está en permanente autoglorificación. En todo lo que hace, hay caos, como en todos los líderes autoritarios, Mobutu, Gadafi o Mussolini. Todos estos hombres han funcionado en el caos. Pero también tenían principios y dirigían las políticas. Y en Trump, detrás de los tuits, hay una gran continuidad. Tiene muy claro su deseo de establecer un Estado nacionalista blanco, donde la gente de color, los musulmanes, puedan ser detenidos y expulsados. Mira hoy, sus políticas tienen impacto en las vidas de millones de personas.

Admito que para los estadounidenses es difícil aceptar la idea de que estamos avanzando en esa dirección... Cuando hablo de eso, del declive de la democracia liberal, de un futuro más autoritario, los estadounidenses generalmente se sienten muy enfadados, tienen problemas para digerirlo, porque es demasiado aterrador. Dicen que Estados Unidos es la tierra de los hombres libres. La gente de color probablemente se sorprenda menos, porque la democracia no ha sido tan igual para ellos. Trump obliga a los estadounidenses a mirar a su país de una nueva forma, su propia historia y también su presente.

P: ¿Qué podemos esperar de aquí a las elecciones presidenciales? Y después de noviembre de 2020, ¿qué pasa si Donald Trump es reelegido?R:

Trump sugiere que podría permanecer en su puesto a pesar de la derrota. Cuando su antiguo confidente y abogado Michael Cohen dice que en este caso, “la transición de poder no será pacífica”, le creo. El nombre de su hija y asesora, Ivanka, ya suena como candidata en 2024. Necesitan crear una dinastía. Su Presidencia es un sistema de corrupción que sirve para enriquecerlos. Además, Trump no quiere ir a la cárcel.

P: Trump está considerando seriamente organizar la cumbre del G7 del próximo año en uno de sus campos de golf en Florida, a un paso de su residencia de invierno en Mar-a-Lago, en el gueto para ricos de Palm Beach...R:

Trump hará todo, incluso empezar una guerra si es necesario, para permanecer en su puesto. Sólo se guía por su interés personal.

P: Algunos hablan de evolución sustancial en las instituciones o en la Constitución si Trump es reelegido, por no hablar de la Corte Suprema, que podría anclarse definitivamente en la extrema derecha. Ya está diciendo falsamente que la Constitución americana le permite hacer “lo que quiera”.

Los líderes autoritarios siempre dicen lo que van a hacer. Lanzan globos sonda, dicen cosas terribles, esperan reacciones. Ha hablado de encarcelar a periodistas, de leyes contra la libertad de expresión, creo que se sentirá capaz de hacerlo si es reelegido.

P: Actualmente está escribiendo un libro sobre la fascinación que ejercen los “hombres fuertes”. En este libro alude a diferentes personajes, en diferentes contextos, desde Mussolini a Hitler, desde Putin a Erdogan y Trump. Más allá de las diferencias, señala similitudes en la relación con los medios de comunicación, estrategias de represión, culto a la personalidad, masculinidad exacerbada... ¿A quién le recuerda Trump?R:

A Berlusconi, por la corrupción. Y a  Mussolini. Su primera esposa, Ivana, dijo que tenía dos libros en su mesita de noche, su propio libro, The Art of the Deal, y los discursos de Hitler.

P: ¿Cómo puede el pueblo echar a estos hombres fuertes?R:

Esta gente es su peor enemigo. Muchos son incompetentes y tratan de controlar a los medios de comunicación para ocultarlo. No escuchan a nadie, crean búnkeres donde se rodean de cortesanos o a personas de su entorno. Esto a veces precipita su fin. Quieren rebobinar la historia.

Actualmente, incluso en regímenes autoritarios como Rusia o Turquía, la sociedad se resiste. Este es el caso también de Estados Unidos, donde la gente se manifiesta y se organiza, aunque los medios de comunicación no lo cubran lo suficiente. Con instituciones democráticas, el despertar de la sociedad civil sigue siendo posible. ____________

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Traducción: Mariola Moreno

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