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Italia busca al 'paciente cero', clave en la contención de los focos de contagio

Varias personas con máscaras protectores revisan sus teléfonos móviles este martes en Milán (Italia).

Más de 374 personas habían dado positivo en el test de coronavirus en Italia hasta este miércoles. Lombardía y el Véneto son las dos regiones más afectadas. Además, el martes por primera vez se detectaba un caso en Sicilia, en el sur del país, que hasta ahora se había librado del contagio.

En estos momentos, Italia es el tercer país más afectado del mundo, por detrás de China y Corea del Sur. Y el primero en Europa que ha tomado medidas de contención en 11 de sus municipios para limitar al máximo la propagación del virus. Sin embargo, a medida que aumenta el número de infectados, queda una pregunta sin respuesta: ¿quién es el primer eslabón de la cadena de contagio en el país? Sin el paciente cero, es mucho más difícil contener los focos de contagio y limitar la propagación de la enfermedad.

En principio surgió la pista de un empresario de 41 años de Lombardía que había regresado de un viaje a Shanghái. El análisis dio negativo. Un grupo de ocho chinos acudieron a un bar a ver un partido de fútbol. Negativo, también. En los últimos días, las hipótesis de las diferentes autoridades sanitarias se han visto desmontadas.

En Milán, un equipo de médicos, matemáticos y físicos intenta desde hace varios días desarrollar un algoritmo capaz de calcular la probabilidad de que cada persona que dé positivo, o una de las personas con las que ha entrado en contacto, pueda ser este famoso paciente cero. Porque en Lombardía, la región más afectada de Europa, ninguna de las personas que ha dado positivo en las pruebas del coronavirus ha estado recientemente en China.

Para reconstruir la vía de transmisión de la enfermedad, una veintena de investigadores está entrevistando a los pacientes, familiares, amigos y colegas y también trata de cartografiar los lugares visitados en las últimas semanas, incluyendo, cuando es posible, los medios de transporte utilizados. Aunque se puede aplicar un protocolo similar en casos de meningitis o legionelosis, esta vez los detalles se llevan al extremo.

La tarea es aún más compleja por el hecho de que, hasta la fecha, no se ha establecido un vínculo formal entre los focos de contagio de Lombardía y Véneto, en el norte del país. La pista de un agricultor de 60 años de Albettone, a la que se dio prioridad inicialmente, terminó por descartarse el lunes por la noche. Podría haber establecido un vínculo entre los dos principales focos de contagio, en Codogno, en la provincia de Lodi, y en Vo'Euganeo, en la provincia de Padua. Pero no fue así. Por lo tanto, se reabre la hipótesis de la existencia de varios pacientes ceropacientescero.

A falta de un paciente cero, Italia tiene su paciente uno: un hombre de 38 años de edad de Codogno, localidad de poco menos de 16.000 habitantes. Este es el primer caso grave de una persona con coronavirus abordado en el país. “Fue tratado sin las precauciones necesarias porque inicialmente se sospechó que padecía otra patología”, admite el profesor experto en enfermedades infecciosas Massimo Galli en las columnas del diario nacional Il Corriere della Sera. “Se trata de la peor situación posible, es decir, que la epidemia comenzó en un contexto hospitalario. Lamentablemente, en esos casos, un hospital puede convertirse en un aterrador amplificador del contagio si el portador de la enfermedad es un paciente a quien no se ha identificado ningún riesgo correlativo, ni por contacto con una persona infectada ni por proceder de un país afectado por la infección”.

Varias personas infectadas han pasado por el hospital de Codogno o han estado en contacto con personas que trabajan allí. En cada ocasión, se abre una nueva pista para buscar al paciente cero. A pesar de que la búsqueda cada día es más difícil.

“Los pacientes que vemos hoy en día podrían pertenecer a la segunda o tercera generación de personas infectadas”, afirma el epidemiólogo de la Universidad de Pisa, Pier Luigi Lopalco, en una entrevista concedida a La Repubblica. Para él, el virus podría haber llegado a Italia en enero, lo que haría la búsqueda del paciente cero extremadamente difícil.

Sobre todo porque, en muchos casos, la persona infectada tiene pocos o ningún síntoma. La primera muerte de un paciente que dio positivo en el test de coronavirus ocurrió en la tarde del viernes 21 de febrero. El hombre de 78 años, de Venecia, había estado hospitalizado durante diez días por varias patologías. Cuatro días después se contabilizaban siete muertes en Italia; todas las víctimas sufrían otras enfermedades y sus respectivas pruebas ante o post mortem revelaron la presencia del virus en el cuerpo.

“Estamos pagando las consecuencias de no haber puesto inmediatamente en cuarentena a las personas que llegaban de China. Cerramos los vuelos, una decisión sin ningún fundamento científico, y esto no nos permitió rastrear las llegadas porque al final los pasajeros pudieron hacer escalas y luego llegar desde otros lugares”, analizaba el domingo en La Stampa Walter Ricciardi, miembro del consejo ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y profesor de higiene de la Universidad Católica de Milán. “Francia, Alemania y Reino Unido siguieron a la OMS y no bloquearon los vuelos directos, sino que pusieron en cuarentena a todos los que estaban en peligro”, explicó. “También tienen una cadena de mando directa, mientras que aquí, las realidades locales avanzan de manera dispersa”.

Es este último punto el que ahora suscita todas las controversias en Italia. Las autoridades regionales a veces han adoptado medidas sorprendentes, acentuando el pánico que se ha apoderado de la población. Desde la explosión en el número de enfermos registrados este fin de semana, las imágenes de los supermercados asaltados aparecen en bucle en la televisión nacional. La escena es siempre la misma, incluso en Milán, la capital lombarda: estanterías vacías, botellas de leche en los cajones de verduras y colas interminables en las cajas. Las máscaras protectoras y los frascos de desinfectante de manos están agotados.

Cada Gobierno regional está reaccionando de manera diferente y a menudo de forma confusa. Por ejemplo, Basilicata, en el sur, ha solicitado que los estudiantes de las “zonas rojas” sean puestos inmediatamente en cuarentena. En Las Marcas, en el centro del país, donde no se han registrado casos, se anunció el cierre de todas las escuelas antes de que Giuseppe Conte, el presidente del Consejo, contradijera dicha orden.

Además, organizó una reunión extraordinaria el martes por la mañana, por videoconferencia, con todos los presidentes de las regiones para coordinar su colaboración, especialmente en el ámbito sanitario. “El sistema sanitario de Italia es de competencia regional y no está preparado para una emergencia nacional. Para ello, es necesaria la coordinación. Si no estamos coordinados, no podremos contener el virus eficazmente. Si no lo logramos, nos dispondremos a adoptar medidas que reduzcan las prerrogativas de los gobernadores”, anunciaba Giuseppe Conte, despertando sobre todo la ira del gobernador lombardo.

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Traducción: Mariola Moreno

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