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La Justicia francesa desactiva la 'máquina de hacer dinero' del partido de Marine Le Pen para financiarse “engañando al Estado”

Wallerand de Saint-Just y Frédéric Chatillon, en el Tribunal Correccional de París, el 7 de noviembre de 2019.

La máquina de hacer dinero de Marine, lógicamente, debería de dejar de funcionar durante mucho tiempo. Este martes 16 de junio, el Tribunal Correccional condenaba a los responsables de Jeanne, el micropartido de la presidenta del Reagrupamiento Nacional (RN), y al tesorero de la formación, Wallerand de Saint-Just, a penas de prisión con suspensión de la ejecución.

El proveedor del servicio de comunicación del RN, Frédéric Chatillon, dirigente de la agencia Riwal y colaborador próximo a Marine Le Pen, tuvo “papel decisivo” en la trama y ha sido condenado a 30 meses de prisión, 20 de los cuales con suspensión de condena.

Este primer juicio sobre las finanzas del RN ha demostrado una vez más que no faltan tretas a la hora de burlar la ley de financiación de los partidos, aunque el movimiento de ultraderecha las niega. Si bien el tribunal ha desestimado la existencia de “sobrefacturación de los packs de campaña” después de revisar las tarifas de las imprentas, sí ha condenado la “estafa” consistente en ofrecer “préstamos ficticios” a sus candidatos, una elaborada ingeniería fiscal basada en que el prestatario no reclama el dinero a la asociación de financiación [del partido] hasta su devolución. Pero proporcionar crédito al partido equivale a una donación de una persona jurídica, algo prohibido por la ley.

A través de la asociación Jeanne, el tribunal pone en entredicho por “estafa” un elemento central en la financiación del RN y de la actividad política de Marine Le Pen. El micropartido se convirtió en 2012, con 9,6 millones de euros de ingresos financieros, en la cuarta formación política mejor con más fondos (por delante del... propio Frente Nacional). También realizaba préstamos a los candidatos (más de 7,4 millones de euros a los candidatos del Frente en 2015, por ejemplo).

Durante la lectura de las deliberaciones, la presidenta del tribunal, Rose-Marie Hunault, advirtió de que estas “relaciones delictivas” entre un partido y sus prestamistas “socavan la confianza de los ciudadanos en los partidos políticos”, así como, en el “el funcionamiento de la democracia”.

Wallerand de Saint-Just, pese a ser condenado a seis meses de cárcel con suspensión de condena, se mostró relajado, y tranquilo, ante la prensa. “Mucho ruido y pocas nueces”, declaró, mientras se felicitaba por el hecho de que el tribunal haya desestimado completamente la demanda de daños y perjuicios del abogado del Estado, que había reclamado al RN la suma de 11 millones de euros; en su lugar, el tribunal condenaba al RN al pago de 18.750 euros.

El RN emitió un comunicado [en francés] triunfalista el martes por la tarde, en el que acogía con satisfacción la decisión judicial “que parece una victoria para el Reagrupamiento Nacional”, y que, según el mismo, “pondría fin a las gravísimas acusaciones ampliamente difundidas por los medios de comunicación durante muchos años”, descartando las sospechas de sobrefacturación.

Pero los condenados, antiguos camaradas del Groupe Union Défense (GUD) a principios de los años 90, abandonaron de forma apresurada el tribunal. Su líder, Frédéric Chatillon, ausente en el momento de las deliberaciones, había hecho saber “que no había podido encontrar un avión para venir de Italia”, donde reside. Su compañera, Sighild Blanc, también condenada, no asistió a las audiencias. Sólo un miembro del grupo sale absuelto: Axel Loustau, asesor regional del RN y tesorero de Jeanne, y de quien el tribunal consideró que no había pruebas suficientes para determinar su participación en el montaje de los préstamos ficticios.

El secretario general del micropartido Jeanne, el diputado europeo Jean-François Jalkh, en cambio, ha sido condenado a dos años de prisión, de los cuales 18 meses con suspensión. La presidenta del tribunal precisó que el eurodiputado podrá cumplir los seis meses de condena en su casa, bajo vigilancia electrónica. Asimismo, la presidenta destacó su “papel central” en “la puesta en práctica de los préstamos ficticios” y “en el diseño del sistema destinado a engañar al Estado francés”.

“El tribunal ha considerado que los préstamos concedidos a los candidatos eran ficticios”, resumió la presidenta, y que estaban “destinados” a “engañar al Estado”. Y el prejuicio reside en el reembolso por parte del Estado de los intereses, que también son ficticios. “Los candidatos no podían permitirse los préstamos”, dice. “En la cuenta bancaria se cargaba el precio del pack de campaña y los intereses que debían pagar”. La “mecánica de préstamo” se basaba en el hecho de que el proveedor, Riwal, ofrecía el crédito. “El montaje buscaba eludir las leyes de financiación”, concluye Rose-Marie Hunault.

Pero el “verdadero referente de este sistema de préstamos” era Frédéric Chatillon, el proveedor: “Chatillon estaba en primera línea en la aplicación de los préstamos ficticios, hacía un seguimiento de los reembolsos y animaba a los candidatos”.

Chatillon ha sido condenado por “fraude” y por “malversación de capitales”. El responsable de Riwal concedió durante tres años un crédito de 7 a 8 millones de euros al micropartido Jeanne, lo que representa hasta el 60% de su facturación. Reconoció en la audiencia que había corrido un riesgo “colosal”. “Este crédito de proveedores formaba parte del delito de préstamo ficticio”, resumió la presidenta, “y supone una infracción de la ley de 1988 [de financiación de partidos políticos] de 1988”. El Tribunal observa que, a pesar de su imputación en abril de 2015, Frédéric Chatillon mantuvo su apoyo financiero a Jeanne durante el año 2015.

El extesorero adjunto del micropartido, Olivier Duguet, también exmiembro del GUD, ha sido declarado culpable de “complicidad en el fraude”. Ha sido condenado a 12 meses de prisión, con una suspensión provisional de la prueba de dos años e inhabilitación para dedicarse a la gerencia durante cinco años, dada “su personalidad” y “sus antecedentes”. La presidenta hizo mención expresa a su condena previa por fraude (desvelada por Mediapart, socio editorial de infoLibre, en 2014).

Se han sopesado las motivaciones de Frédéric Chatillon. El exjefe del GUD dijo a la audiencia que “cayó en la marmita política hace 20 o 30 años”, y aludió a su antigua relación con el Frente Nacional, su amistad “con mucha gente del Frente”.

Su papel en el caso es “decisivo” porque si no hubiera puesto la tesorería de su empresa a disposición de la asociación Jeanne y del Frente Nacional, “estos hechos no habrían sido posibles”, subraya la sentencia.

“La concesión del crédito de proveedores que permitió a la asociación Jeanne financiar los packs también tenía por objeto cultivar las afinidades personales de Frédéric Chatillon”, resume la presidenta Hunault. Riwal también había puesto a disposición del micropartido a dos de sus empleados.

Era lógico que el jefe de Riwal cometiera alguna “malversación” en beneficio del RN. Son dichas “malversaciones” las que justifican la condena de Wallerand de Saint-Just. Chatillon había concedido al RN una deuda permanente –un crédito de proveedor que alcanzó los 9.420.000 euros en 2013– como parte de su “entente cordial” con los líderes del partido. De los correos electrónicos en manos de la Justicia se desprende que “tenía un papel político en el seno del FN”, que podía “acceder a Marine Le Pen”, y también que había “intentado obtener un préstamo de 10 millones de euros de amigos italianos”.

Wallerand de Saint-Just, tesorero del RN, también había solicitado a Chatillon un crédito de proveedor. También estaba “necesariamente informado” de la contratación por parte de Riwal de dos ejecutivos del partido: David Rachline, actual senador y alcalde de Fréjus, y Nicolas Bay, exvicepresidente del partido y diputado europeo.

Sin embargo, la presidenta recuerda que los documentos incautados “no muestran que David Rachline ejerciese alguna actividad en Riwal”. En cuanto al trabajo de Nicolas Bay como diseñador-editor, “no correspondía a las misiones que a Riwal le había confiado el micropartido Jeanne”. Mejor aún, un correo electrónico de Frédéric Chatillon mostraba que esta operación era de hecho “un adelanto de tesorería para el FN”. Lo que Wallerand de Saint-Just no podía ignorar. “La contratación sólo podía decidirse en colaboración con el tesorero”, resume la presidenta.

El tesorero tampoco podía ignorar el complicado montaje en el que participa una sociedad pantalla para vender fotocopiadoras al FN, un elemento adicional contra Chatillon y Wallerand de Saint-Just, cuya intención delictiva queda probada.

El tribunal examinó en detalle la evaporación de los beneficios del grupo Riwal, en particular en los pagos efectuados en la cuenta de una empresa comprada en Hong Kong, Time Dragon, propiedad de una empresa offshore con sede en las Islas Vírgenes Británicas. “Los fondos siguieron un circuito a través de las cuentas bancarias de cinco empresas y tres países”, explicaba la presidenta. “Frédéric Chatillon fue el verdadero comanditario de la operación”.

El tribunal considera que la malversación de capitales de la empresa “le permitió obtener, directa o indirectamente, un beneficio personal” que” puede estimarse en casi 500.000 euros”. También cree que, para “ocultar sus actuaciones”, “reconoció su culpabilidad en la falsificación y uso de documentación falsificada y blanqueo de dinero al transferir fondos a cuentas en el extranjero”.

La “gravedad y el número de infracciones” que este estrecho colaborador de Marine Le Pen cometió “a lo largo de varios años”, así como “su determinación en la comisión de los hechos y su actitud de negación durante el procedimiento judicial” justifican, según el tribunal, una pena de 30 meses de prisión, de los cuales 10 meses de condena firme, y una multa de 250.000 euros. Cumplirá su condena en Italia, donde reside, según los acuerdos de la Unión Europea. También ha quedado inhabilitado como gerente durante cinco años, con suspensión.

Su compañera, Sighild Blanc, que se convirtió en la proveedora de servicios de Jeanne y Riwal a través de su empresa Unanime, facturó grandes sumas de dinero sin ninguna justificación real. Ha sido condenada a una pena de 12 meses de prisión con suspensión de la pena y a una multa de 100.000 euros y a la inhabilitación como gerente durante cinco años.

El auditor externo del RN, Nicolas Crochet, acusado por su participación en la estafa, en la malversación y de blanqueo, ha sido a dos años de prisión con suspensión de la pena y prohibición de ejercer su actividad profesional durante tres años. El tribunal subrayó su “implicación aún más grave” por cuanto manifiesta “la confusión entre sus relaciones amistosas, militantes y profesionales”.

La asociación Jeanne ha sido condenada como persona jurídica al pago de una multa de 300.000 euros, de los cuales 150.000 con suspensión. Los acusados también han sido condenados al pago de daños y perjuicios solidariamente al Estado francés. El tribunal condena con ello a Frédéric Chatillon, Olivier Duguet, Nicolas Crochet, Jean-François Jalkh a pagar solidariamente 359.671 euros por las elecciones legislativas de 2012. Y a Jean-François Jalkh y a la asociación Jeanne al pago de 513.880 euros por los comicios departamentales de 2015.

La formación no ha indicado, de momento, si recurrirá la sentencia.

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Traducción: Mariola Moreno

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