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Condena histórica en Francia a una ETT española por explotar a miles de temporeros agrícolas

Imagen de archivo de trabajadores durante la vendimia.

Amélie Poinssot (Mediapart)

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Se trata de una sentencia histórica. Por primera vez en Francia, la Justicia ha castigado con dureza un sistema de explotación de mano de obra extranjera en el sector agrícola. Este 8 de julio, un tribunal de Marsella prohibía operar en Francia a Terra Fecundis, una empresa española que desplazaba a numerosos a trabajadores agrícolas sudamericanos, a través de España, burlando la directiva europea sobre trabajadores desplazados.

La ETT también ha sido condenada al pago de una multa de 500.000 euros. Se trata del importe máximo previsto por la ley y es lo que pedía el fiscal de Marsella, donde se celebró el juicio el pasado mes de mayo. Los tres máximos responsables de la empresa también han sido condenados, cada uno de ellos, a cuatro años de prisión, sin que deban ingresar en la cárcel, y al pago de una multa de 100.000 euros. El resto de eslabones de la cadena, así como la compañía Terra Bus, que se ocupaba del traslado de los temporeros, o las personas que trabajaban todo el año como intermediarios de Terra Fecundis en suelo francés –lo que contraviene la directiva sobre trabajadores desplazados– también han sido condenados al pago de una multa y a penas de cárcel no privativas de libertad.

El fallo llega tras una larga investigación realizada entre 2012 y 2019. Terra Fecundis fue juzgada acusada de llevar a cabo prácticas de “regateo” (suministro de mano de obra provocando un perjuicio al asalariado), de “trabajo no declarado”, de “operación ilegal de suministro de mano de obra”, todo ello llevado a cabo “en grupo organizado". También se le acusaba de cometer un fraude de 112 millones de euros a la Seguridad Social.

En el mundo del trabajo temporal, que desplaza desde hace tiempo mano de obra extranjera, Terra Fecundis, que ahora se denomina Work for All, era un peso pesado. Según las estimaciones, su facturación en Francia superó los 57 millones de euros en 2018. Desde 2008, desplazaba desde España a miles de trabajadores para participar en las campañas de recogida de frutas y verduras. Sólo en el año 2020, esta ETT movilizó hasta explotaciones francesas a cinco mil personas.

El tribunal considera probadas las principales acusaciones; los nueve investigados han sido condenados por “trabajos ilegales realizados en banda organizada”, por “delitos de regateo” y de “complicidad”, a algunos de ellos. En cambio, las 89 empresas agrícolas que recurrieron a los servicios de Terra Fecundis y que declararon ante el juez no han sido procesadas, evitando con ello cualquier condena. Esta es una de las zonas grises de este juicio; ¿qué hay de la responsabilidad de los explotadores agricultores?

Numerosos testimonios demostraron que varios de ellos no declaraban la totalidad de las horas trabajadas y acogían a los trabajadores desplazados en condiciones de trabajo degradantes. “Las declaraciones de los asalariados y las constataciones realizadas en los lugares destinados a vivienda sacan a la luz condiciones de alojamiento contrarias a la dignidad humana”, concluyeron en su día los investigadores, según reveló Mediapart (socio editorial de infoLibre).

Uno de los alojamientos, en particular, resultó ser tan inadecuado para su uso como vivienda (habitaciones sin ventanas, cuatro veces menos lavabos que lo que recoge la ley, sólo una cocina de cinco funcionaba) que se decretó su cierre por orden de la Prefectura. “Se dan todos los elementos de la trata de seres humanos [...]: captación, transporte desde España a Francia, alojamiento en condiciones indignas con fines de explotación laboral [...], a cambio de una remuneración”, escribieron los investigadores en su informe. No obstante, este delito de tráfico no se ha juzgado. Si figura en cambio en otro juicio en curso, que instruye el tribunal de Tarascon por la muerte en 2011 de un trabajador ecuatoriano que falleció por deshidratación en una finca de melones.

Este primer juicio a gran escala es ejemplificante en una región marcada por la explotación de la mano de obra extranjera. Sólo en el departamento de Bocas del Ródanos [sureste de Francia] operan una treintena de empresas de trabajo temporal españolas. Según cálculos de Jean-Yves Constantin, de la central sindical CFDT, el número de horas efectuadas por estos trabajadores desplazados representa entre el 17 y el 18% del volumen de trabajo en el sector agrícola del departamento.

Traducción: Mariola Moreno

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