Karmelo C. Iribarren lee su poema "La calle".
La calle
Para Antonio Ventura
He recorrido esta ciudad
de punta a punta
casi todos los días
durante más de treinta años.
Abriéndome paso a codazos
en las vísperas de fiesta,
o a través de las madrugadas
fantasmagóricas
de los días laborables de invierno,
o solo y borracho y mojado
hasta los cuernos,
o en compañías que mejor ni recordar.
Estas calles no guardan secretos para mí.
Conozco sus plazas, sus antros,
sus mujeres, el brillo
de una navaja al doblar una esquina,
el calor de una mirada
desde el fondo de un bar.
Hubo un tiempo en que el cielo
se miraba en ellas.
Yo formé parte de aquello.
Eso ya nadie me lo puede arrebatar.
*Karmelo C. Iribarren es poeta. Sus último libros, el poemario Haciendo planes y una edición ampliada del diario aforístico Diario de K. (ambas en Renacimiento).
Me encantan estos poemas basados en hechos tan reales, como la vida misma. Si no te parece mal, te respondo con este humilde comentario./ DESDE LA SOMBRA * Caminando por la senda de lo invisible/ sin poder ver en el espejo/ las contrariedades aleatorias/ de las rayas de la silueta./ Tras la sombra de la intuición/ se cobijan oportunidades/ del espectro atormentado/ sometido al auge de lo invisible./ No hay desencantos poéticos/ que se puedan manipular/ a los celos ocultos en el armario/ nacidos del manual de instrucciones./ La sombra es la mochila/ de designios olvidados/ que van soltando destellos/ en el cuaderno de la metáfora./ Se oye como estalla el mundo/ en la fragua de los acontecimientos/ con el bufón del mensajero/ persiguiéndonos hasta el limbo./ En la sombra de la arboleda/ esta la luz entrecortada de las hojas/ que golpea la mirada fingida/ de un corazón entre las ramas./ *
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