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Club de lectura

'Jane Eyre', una lectura redonda

Jane Eyre, de Charlotte Brontë.

Gloria Martínez Gallego (Lecturas redondas)

Los clubes de lectura forman un tejido muy importante en la vida cultural. Les dejamos esta sala para que comenten sus lecturas y nos ayuden a componer nuestra biblioteca. Si formas parte de un club de lectura, puedes escribirnos a losdiablosazules@infolibre.es para contarnos vuestra historia y hacernos llegar vuestras recomendaciones.losdiablosazules@infolibre.es

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Según Mark Twain “un clásico es un libro que la gente elogia, pero no lee”. Libros escritos para ser estudiados y relacionados en las listas imprescindibles de la cultura, para releerlos una minoría. Impresiones estas que junto a la exigencia de “una vivaz atención, y tal vez cierta lentitud, para llegar a captar con precisión lo que nos dice por encima de los ecos de su trasfondo de época” (Italo Calvino) hacen su lectura, en principio, poco apreciada en los clubes de lectores. Y a pesar de ello, hay que animarse a programar algún clásico de vez en cuando e implicarse en su promoción, porque suelen ofrecer gratas sorpresas a todo el grupo y constituirse en un magnífico

descubrimiento.

 

Así ha ocurrido en nuestro maxi-club Lecturas redondas con Jane Eyre, leído coincidiendo con el bicentenario de la autora, Charlotte Brontë. En este caso, a los reparos a leer un libro del siglo XIX, se unió el ser una obra de la que todos conocemos algo porque hemos visto una película o una serie u oído comentarios, pero, en realidad, nunca hemos leído. Las más de 600 páginas de la novela también hacían un flaco favor a una acogida entusiasta y, sin embargo, Jane Eyre se convirtió en la reunión más concurrida de los tres años de Lecturas redondas. Este club siempre es muy numeroso al conformarlo la suma de lectores de distintos clubes de Córdoba y su provincia. El 13 de enero, Jane Eyre casi hace inviable la reunión porque el espacio se quedó pequeño y conversar mirando a los interlocutores fue una prueba de obstáculos visuales.

¿Por qué este afán lector? La historia tiene algunos ganchos para su éxito. Partiendo de una premisa romántica, un amor desigual donde el eterno binomio chica pobre se enamora de chico rico y final feliz, oculta también un tenebroso misterio. Y muchas sorpresas para el año 1847 en que fue escrita. Charlotte Brontë vivió junto a sus hermanas y hermano en la casa parroquial de Haworth, un lugar de los páramos de Yorkshire, murió joven, con 39 años, por ello impresiona su inspiración e imaginación, su madurez. Era una familia volcada en el estudio y la lectura, con valores fuertemente asentados y una percepción de sí misma como mujer impensable en aquella

época.

Jane Eyre está escrita en primera persona, pero podemos imaginar que muchos de los pensamientos de Jane son un trasunto de los de Charlotte. La figura de la protagonista está apartada de los cánones habituales de belleza, timidez, candor y sometimiento. Jane no es agraciada: "Siempre tuve el deseo de ofrecer la mejor imagen posible y de gustar tanto como me permitiera mi escasa belleza". El galán, Mr. Rochester, tampoco. Es una mujer fuerte inteligente, íntegra, fiel a sus principios en cualquier situación, sin transigir nunca. La autocompasión no existe en su reducido mundo. No claudica a la tristeza, sino que sigue adelante, siempre activa empujada

por el instinto de supervivencia de su propio ser. La mayoría de los lectores coincidió en señalar la postura feminista, si bien individual, de Jane creyendo firmemente en la igualdad de hombres y mujeres y la vitalidad de sus personajes secundarios.

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Lecturas redondas es un club especial, distinto, también en el inicio de la reunión. María Valero, que realiza su tesis doctoral sobre Emily Brontë y Cumbres borrascosas en la Universidad de Córdoba, fue la encargada de inaugurar la sesión sobre Jane Eyre. Proporcionó muchos datos sobre las hermanas Brontë, sus vidas, sus escritos y la fuerte pervivencia de Jane Eyre. Destacó, sobre todo, la precuela escrita en 1966 por Jean Rhys, Ancho mar de los Sargazos, la historia de Bertha, o, mejor dicho Antoinette, el verdadero nombre de Bertha, la mujer loca de Rochester. En esta novela, Rhys narra los acontecimientos que podrían haber tenido lugar en la niñez y juventud de Bertha, así como los primeros años de matrimonio con Rochester. Y que muchos de los que alli estaban habían leído como un valioso complemento a Jane Eyre.

Al terminar la reunión, estábamos convencidos de haber participado en una lectura sin edad, sin tiempo; un clásico que resuena en lectores muy diversos y en diferentes culturas y, sobre todo, un libro para disfrutar en sus largas horas de lectura. Como Jane Eyre, a todos nos gusta pensar: "No soy un pájaro y ninguna red me atrapa. Soy un ser humano libre con una voluntad independiente".

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