Lecturas cómplices

Aventuras literarias para niños y no tan niños

El Salón del libro infantil y juvenil, durante su inauguración, a cargo de la alcaldesa, Manuela Carmena.

Para vivir aventuras están  los libros. Y no es un tópico. Cuanto antes se empiece a leer, mejor. Y cuantas más cosas giren en torno al libro y al hábito de la lectura, mayor provecho. Por ello, hablar de libros infantiles y juveniles puede venir muy bien en estas fechas e incluso servir de orientación a padres o abuelos o tíos si no saben muy bien qué regalar a los hijos, nietos o sobrinos. Vaya esta información en este sentido.

Desde el 12 de diciembre al 4 de enero se puede encontrar en el Centro Cultural Conde Duque, en Madrid, el XLII Salón del libro infantil y juvenil, un espacio para pasear entre libros, preferentemente infantiles, para ver ilustraciones que han acompañado a este tipo de literatura, para estar un rato en la biblioteca infantil o para poder comprar. Durante las Navidades, habrá también distintas actividades, cuentacuentos, charlas con ilustradores o escritores especializados en estas edades y, de modo permanente, la exposición titulada La vuelta al mundo en 70 mapas, que reúne siglos de tesoros cartográficos de la literatura infantil y juvenil, o la muestra de ilustraciones recopilada bajo el título Un sol de libros. Quizá el salón está enfocado más a los niños que a los jóvenes, pero de todo hay.

La venta de libros corre a cargo de la librería Camelot, ubicada en Fuenlabrada y especializada en este tipo de literatura. La librería Camelot vende a lo largo del año más libro infantil, acaso porque la población de Fuenlabrada es todavía joven, pero en cambio, en las Ferias del Libro, aparecen los jóvenes que les gusta leer y equipara el nivel de ventas entre los dos sectores. Gregorio, el responsable de la misma, nos ha recomendado dos libros: Lobitos, de José Carlos Román (Narval), y Los indios pieles rosas, de José Carlos Andrés (Miau). 

 

También en este salón he encontrado un libro para jóvenes a los que les guste escribir: Manual del literato novato, con textos de Laura Bermejo (Doctora Palíndromo) e ilustraciones de Juan Pablo Martín. Está editado en Quijote 360 y es un libro muy completo para regalar a todos aquellos plumillas que se afanan en escribir historias, pero también a profesores  de literatura que quieran hacer divertido el oficio de escribir. Contiene pequeños capítulos como "¿Por qué escribo?", "La creatividad", "¿Cuándo escribo?", "¿Qué necesito para escribir?", "La escritura como juego", "El escritor detective", "El escritor guarrete", "El escritor don limpio"… Cada capítulo finaliza con una reflexión de la importancia de leer para escribir, así como una bibliografía que puede servir al respecto. Hay también ejercicios prácticos que pueden entretener, divertir y hacer despertar la imaginación.

Relativamente cerca del Centro Cultural Conde Duque se encuentra la librería Tres Rosas Amarillas, en la calle Espíritu Santo 12, en pleno barrio de Malasaña, especializada también en literatura infantil y en libros desplegables, troquelados e ilustrados. El librero José Luis Pereira me recomendó unos libros que pueden usar desde niños de un año en adelante y que son una delicia. Están editados en Timunmas y con solo poner un dedo en los redondeles que tiene, suena la música y los niños pueden acercarse a Mi primer Beethoven, Mi primer  Vivaldi, Mi primer  Mozart o Mi primer Carnaval de los animales. Todos ellos están ilustrados por Séverine Cordier.

 

También tiene una nutrida colección de libros infantiles y juveniles la librería Rafael Alberti (calle Tutor 57). Cuentan una librera especializada, Laura Villa, quien para niños de un año recomienda Delante de mi casa, de Marianne Dubuc, en la editorial Juventud. Para niños de dos o tres años, Que llega el lobo, de Émile Jadoul, en la editorial Edelvives. Para niños y niñas de tres a cinco años, rompiendo roles, recomienda La princesa y el poni, de Kate Beaton, en la editorial Astronave. Para cinco o seis años, El lobo con botas, cuyo autor es El Hematocrítico (profesor de infantil), publicado en Anaya, una crítica muy divertida contra el consumismo. Para edades de siete u ocho años, nos ha recomendado vivamente El pequeño cuidador de insectos, de Nastasia Rugani, publicado en Nórdica. Dos clásicos infantiles que siguen vigentes son las aventuras de Babar y el Los gnomos. Ambos vienen deleitando ya a muchas generaciones. Para niñas un poco más mayores que quieran romper moldes también nos ha recomendado la serie Hilda, escrita por Luke Pearson y publicado por Barbara Fiora Editores, y también Zita, viajera espacial, de Ben Hatke.

El libro infantil es ahora bueno y muy profuso. Las ilustraciones suelen ser de una gran calidad y se adaptan mucho a las necesidades de cada edad. Se pueden encontrar de todos los temas, desde los niños que tienen alguna fobia, miedo a la oscuridad o a los animales, a los que lloran si se quedan en el colegio, a los que plasman familias más actuales de hermanos de distintos padres o madres. Se vende mucho libro infantil, y parece ser que los adultos hacen esfuerzos para leer a los niños. Luego llega una etapa de desmotivación, según entran en la pubertad o en la primera juventud (aborrezco el término adolescencia) y a veces se desenganchan, bien porque encuentran otras motivaciones en Internet, bien por no sentirse bichos raros en clase o entre los amigos.

 

Laura Villa opina que los niños, cuando son muy pequeños, van acompañados de sus padres a las librerías. Después, cuando se hacen más mayores, se vuelven más tímidos y ya no van acompañados. Las librerías les producen cierta inhibición, les resulta más fácil acudir a las grandes superficies donde el anonimato es mayor, o a la Feria del Libro, por el mismo motivo. Si es así, de cara a las Navidades puede hacerse un esfuerzo entre los adultos por acompañarlos o por regalarles libros. Los hay preciosos y de lo más sugerentes. Tengo en mis manos, aparte del anterior Manual del literato novato, el libro Mitos nórdicos, publicado por la editorial Nórdica, con textos de Eva Manzano e ilustraciones de Eugenia Ábalos, una delicia que encantará, seguro, tanto a jóvenes como a adultos. Es de esas compras dos en uno que sirve para un amplio público.

Laura Villa también recomienda, para jóvenes entre 13 y 15 años, El hombre ilustrado, un libro de relatos de Ray Bradbury que tiene mucha aceptación, de Booket. También Margarita Dolcevita, de Stefano Benni, en Blackie Books; El último rebaño, de Piers Torday, en Salamandra, y El club de exploradores del oso polar, de Alex Bell, en la misma editorial.

 

Los jóvenes lectores suelen tener una gran afición a la literatura gótica y fantástica, como mi generación la tuvo a los libros de aventuras. Si quieren leer las sagas que están de moda entre ellos, que lo hagan, no hay que poner puertas al campo. Es mi opinión. Porque siempre quedan los clásicos con los que complementar. No solo La historia interminable, El señor de los anillos, la saga de Harry Potter, El curioso incidente del perro a medianoche, El diablo de los números, El mundo de Sofía, Alicia en el País de las Maravillas, las novelas de Julio Verne y demás, sino que, a través de los talleres juveniles, he descubierto cómo les pueden llegar a gustar autores clásicos, de los llamados adultos. Hagan la prueba.

Si les gusta la literatura fantástica, regalen por Navidad los cuentos de Edgar Allan Poe en traducción de Julio Cortázar: se encuentran en Alianza Editorial y a un precio módico. A muchos les sorprenderá también lo que gusta La metamorfosis de Kafka (hay que tener en cuenta que están en esa edad en que se consideran bichos raros despreciados por la familia), o Informe para una academia, del mismo autor. De Antón Chejov recomendaría, por mi propia experiencia, un relato de iniciación, En la estepa, o El pabellón número 6. Otro autor al que se enganchan con suma facilidad es Italo Calvino, sobre todo la trilogía de El barón rampante, El vizconde demediado y El caballero inexistente, pero también, sorprendentemente, Las ciudades invisibles. Por mi experiencia, he aprendido a no menospreciar sus gustos, a darme cuenta de que si la literatura es buena, es para todos los públicos, aunque, por supuesto, el Quijote sea una obra de madurez y les cueste mucho entenderla. Pero hay muchísimas más que no. Abrirles las bibliotecas es abrirles la mente al ancho mundo, es prepararles para que se enfrenten a él. Y que lo disfruten.

La caída del libro de texto frena el crecimiento del mercado editorial

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*El horario del XLII Salón del Libro infantil y juveniles de martes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30. Domingos y festivos, de 11.00 a 14.00. Cierran los lunes, el 24, 25, y 31 de diciembre, así como el 1 de enero. _________

Carmen Peire es escritora. Su último libro es Cuestión de tiempo (Menoscuarto, 2017).

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