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Los diablos azules

Poéticas (el cubo de Rubik)

Centros de gravedad. Poesía española en el siglo XXI.

Varios autores

Mariano Peyrou, Abraham Gragera, Miriam Reyes, Juan Carlos Abril, Juan Manuel Romero, Rafael Espejo, Carlos Pardo, Antonio Lucas, Josep M. Rodríguez, Erika Martínez, Juan Andrés García Román y Elena Medel son los autores incluidos en la antología Centros de gravedad. Poesía española en el siglo XXI, editada por José Andújar Almansa en el sello Pre-Textos. Estos son algunos apuntes de sus poéticas plurales y diversas, publicados dentro del volumen. 

Mariano Peyrou: "No tengo una percepción clara y distinta de mi obra, y mucho menos una percepción estable. Lo que pienso de ella varía mucho, en función de mi estado de ánimo, de lo que esté leyendo, de si estoy escribiendo o no".

Abraham Gragera: "La poesía es un lugar donde el mundo cabe tal y como es. La poesía, como el arte, tiene un deber, más que una necesidad: hacerle justicia al hecho de habitar el mundo, justicia estética; y su naturaleza está íntimamente ligada a la celebración".

Miriam Reyes: "El poema es la forma más condensada y exacta que tengo de decir. Mi escritura parte del cuerpo (de todo el cuerpo, no sólo de la herida). El cuerpo es mi materia, lo que soy. Mi vientre es mi mundo interior. En mi cuerpo está la memoria, tiene un espacio en mi cerebro pero también en mi carne. Así el lenguaje. Estas palabras son mi cuerpo".

 

Juan Carlos Abril: "Un poema escarba en el inconsciente que nos conforma, es una bajada a los sótanos de nuestra individualidad, un dejarse llevar por una corriente emocional en la que nos sentimos identificados. Identificación en tanto que reconocimiento, pero también extrañamiento y lejanía, distancia objetiva. Acercarnos a una emoción, aunque no sea nuestra, es vivirla o revivirla".

Juan Manuel Romero: "La palabra poética lleva en sí el germen de la renuncia como una forma diferente de reconstrucción, tan sólo es necesario dejarlo crecer. Valéry dijo en referencia a Mallarmé que quien renuncia al mundo se pone en condiciones de comprenderlo. La poesía era un territorio por el que escapar del exhibicionismo del yo, un lugar en el que refugiarse frente a una época que premia la sobreexposición narcisista".

Rafael Espejo: "La poesía que leo suele proceder de alguien que mira el mundo como si fuese nuevo; lo mira primitivamente, desde la extrañación, pensando tanto en él que acaba imaginando lo que ve, proyectándolo a otra dimensión... Lo importante en ese tipo de poesía, más allá de sus diferentes aventuras estéticas, es el proceso: la educación –o la revelación- que ocurre durante el poema".

Carlos Pardo: "El yo, la voz enunciadora del poema, o como se ponga de moda llamarla, es una parte más. Quizá un escenario. Quizá el poema es un espacio limitado pero combinatorio, abierto a que se incluya en él el simulacro de realidad, la invención de una idea del lector: del pueblo. A que se contenga en él la música, que a su vez incluye la disonancia y la interrupción. Y yo que sé cuántas cosas más".

Antonio Lucas: "La tradición lo es todo. El poeta más futuro es la más pura tradición. Jorge Manrique es tradición y es un poeta de mañana. Así se hace la literatura. Así habla la poesía. Cuando joven leí más de lo que era capaz de entender. Al final, el caos de leer sin regla desarrolla su propio orden mágico. Todo adquiere sentido, pues la poesía lo tiene sin necesidad de argumento. La tradición mejor es la más dispersa, la más mezclada, la más bastarda".

Josep M. Rodríguez: "Un poema se parece al cubo de Rubik: sólo hay una solución, pero muchas formas de llegar a ella. Desde bien temprano, mi educación bilingüe me hizo partícipe de la insuficiencia de la lengua. Cuando no encontraba equivalencia entre un idioma y otro, a menudo tenía que acabar explicando lo que quería decir. Así fue cómo descubrí que la imagen es la línea más recta entre dos puntos: el emisor y el receptor".

Erika Martínez: "La poesía se topa con sus agujeros. Sabe que no captura del todo el mundo y, sin embargo, no deja de intentarlo. Trabaja con la realidad vecina y también con aquello que la palabra no logra nombrar, con el paisaje de lo que falta. Esa rareza la convierte en territorio idóneo de lo posible. Demuestra que un poema no es la sombra de ningún ideal, sino de lo que podría llegar a ser".

Miradores al pasado

Miradores al pasado

Juan Andrés García Román: "Cada poema verdadero, y sí, no es exageración, cada uno de ellos ha procurado decir lo nunca dicho, se ha medido con lo imposible. Y si no fuera así, no sería un poema digno de consideración. Por eso no es mala metáfora la de la página en blanco; todo buen poema ha brotado ahí, en ese lugar donde antes de que él estuviese, estaba la posibilidad de todo".

Elena Medel: "Me gusta la idea de poema como «campo abierto», por sus muchas connotaciones: el aspecto/espacio casi físico, la libertad/amplitud que señala para la escritura... Alude al poema como un sitio de experimentación y como un sitio —al mismo tiempo— de trabajo: el puro disfrute de la lectura y el puro rigor del pensamiento. Entiendo la escritura de poesía como una escritura de escrituras".

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