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Los libros

Unas manos que acarician

Portada de El momento favorable, de Auxiliadora Duque Lazo.

Javier Bozalongo

 El momento favorableAuxiliadora Duque LazoSonámbulos EdicionesGranada2019 El momento favorable

 

El primer poema del primer libro de Auxiliadora Duque nos dice: "Hoy he visto dolor en las manos que acarician", y esas manos de la portada son a la vez rudas y tiernas, fuertes en su morfología y tiernas mientras sujetan con delicadeza las flores, acariciándolas y a la vez ofreciéndolas al otro. Esa imagen de portada nos da una idea de lo que vamos a leer, que no es otra cosa que los versos de una mujer comprometida que habla con claridad del amor y de la pérdida, pero sin perder de vista la manera "suave" de decirlo, como esas manos que acarician, como esas palabras que dicen sin necesidad de alzar la voz ni tampoco callarse.

Auxiliadora Duque Lazo (Valverde del Camino, Huelva, 1974) nació en el seno de una familia sencilla y acogedora, preocupada siempre por la formación humana e intelectual de los suyos y se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y actualmente trabaja como docente de Lengua Castellana y Literatura.

Auxiliadora Duque escribe desde un momento favorable, el de su propia vida, y desde un tiempo favorable (ambas expresiones están en el libro), ese tiempo con ecos de Luis García Montero en su poema "Dedicatoria": "Si alguna vez la vida te maltrata, acuérdate de mí…", mientras la autora nos dice: "Si alguna vez encuentras sobre ti perfiles de sonrisas en las nubes…". Nos habla una mujer serenamente enamorada ("me emociona la vida desde tu cuello a mi aliento / desde mi casa a tu almohada"). Nos habla la poeta que ha leído a Vallejo, a Sabines, y de esa tradición nace la poesía de quien sabe interiorizarla sin mimetizarse en ella, sino dándole un nuevo sentido a lo leído y aprehendido en años de lectura atenta. Nos habla la mujer que ha leído a la nicaragüense Gioconda Belli, que tal vez sea quien con mayor ardor ha escrito sobre la mujer y su cuerpo, en cuyos poemas, como en los de Duque, dos cuerpos que se encuentran pueden alterar el orden cósmico.

El amor es también compromiso con el otro, con el mundo que nos rodea, y aunque no podamos hacer mucho por cambiarlo el poeta tiene el compromiso, como ciudadano, de exponer su forma de mirar y estar en la sociedad, como en el poema "Cualquier periódico de un agosto cualquiera" en el que se nos muestra la cruda realidad de tantos cadáveres que desde el mar se asoman a nuestros confortables salones a la hora de comer.

La poeta, en fin, nombra al padre con nostalgia pero con esperanza, y la ausencia es a la vez presencia en estos versos: "Esta tarde mi padre estaba en casa, y me ha faltado tanto".

Si acordamos que la poesía es un género de ficción, lo que leemos debe tener la suficiente verosimilitud y la fuerza necesaria para que los lectores nos adentremos en las páginas del libro con ganas de seguir leyendo, de conocer cada verso, de interpretar cada imagen –abundantes en este poemario– para descubrir la vida sin ficciones de quien escribe. Y no es una contradicción lo dicho, pues Duque, en este momento favorable desde el que escribe, nos presenta a través de sus versos la mirada de la poeta sobre la realidad como un argumento que merece ser leído pero que, sobre todo, merece ser descubierto.

Bienvenidos al otoño

Bienvenidos al otoño

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Javier Bozalongo es poeta. Su último libro es Cóncavo y convexo (Esdrújula, 2019), junto a Carmen Canet.

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