Los idus de agosto

'Homeland', los peligros de la seguridad nacional

Homeland

Años de agitación indiscriminada de la bandera del terror han hecho que ni siquiera la ficción estadounidense pueda identificar al enemigo por su uniforme. La propia propuesta de la serie en la “patria” cambia frenéticamente su retrato de la seguridad nacional desde el respeto al protocolo hasta la alerta paranoide, una esquizofrenia puesta al servicio del thriller.

La agente de la CIA Carrie Mathison recibe el soplo de que un estadounidense ha sido captado por los terroristas. Sólo ella cree que el traidor es el sargento Brody, que vuelve a casa como un ídolo nacional después de ser dado por muerto en Irak. Carrie oculta a la agencia su bipolaridad y sus arriesgados intentos para desenmascarar al marine, lo que no tardará en volverse en su contra y contribuir a la agonía de la audiencia. Aunque la trama original se agota en la primera temporada, la reducción de esta intriga aumenta el protagonismo de la clase política y su responsabilidad en las operaciones militares que contemplan en los plasmas de sus despachos.

Gordon y Gansa, productores también de 24 (2001), se inspiraron en la serie israelí Hatufim (2009), creada por Gideon Raff y centrada en las dificultades de adaptación de tres familias que reciben a prisioneros de guerra después de 17 años de cautiverio. Más centrada en la seguridad nacional y menos en el hogar, la emisión en España de la tercera temporada de Homeland está prevista para el próximo otoño, poco después del estreno estadounidense.

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