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El regreso de 'Salvados'

Jordi Évole: “Si creer en lo público es ser sesgado, sí que lo soy”

Si notaba que ese vacío que se instala en el estómago la noche de los domingos se le estaba agrandando en los últimos meses, quizá fuera porque le faltaba su ración semanal de Salvados. Tras el pertinente parón estival, el programa de La Sexta conducido por el irreverente Jordi Évole regresa esta noche a las 21.30 con plato fuerte para ir abriendo el apetito: una entrevista con Arturo Pérez-Reverte.  El polémico escritor, poco dado a las apariciones televisivas, ha hecho una excepción para charlar con Évole sobre de su percepción de la situación que atraviesa España y acompañarle  a visitar el barrio de Ciudad Meridiana, una de las zonas más castigadas por la pobreza en Barcelona. Allí, el periodista lanzará al siempre locuaz literato la cuestión que últimamente parece estar en boca de todos: con la que está cayendo, ¿por qué no peta todo?

“Yo no tengo la respuesta”, dice por su parte Évole quien, al teléfono con infoLibre, se define como “más de preguntas”. “Pero creo que hay muchos factores, entre ellos el hecho de que, en barrios y en lugares que están viviendo un momento extremo se dan redes de solidaridad entre los vecinos”. Eso es lo que ocurre en Ciudad Meridiana y en otros muchos enclaves del país, una coyuntura de doble lectura que incita a cuestionarse dónde se dibujan los límites entre la solidaridad y la beneficencia. “Es una pregunta que yo me hago muchas veces”, concede Évole, “pero me quedo con la respuesta que me da la directora de un centro público del barrio que lleva un comedor escolar: '¿Qué hago ante esto? ¿Me quedo parada?”.

Dar a conocer historias muchas veces ocultadas o silenciadas es precisamente el objetivo que se marca Évole con Salvados. Eso ,y sobre todo, invitar a “la reflexión”: “Que programas como estos tengan invitados que den tres vueltas más a un determinado asunto es algo importante”. Entre sus logros más destacados en ese sentido consta el de haber rescatado del olvido el accidente del metro de Valencia ocurrido en 2006, en el que murieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas. Un mérito que el presentador atribuye a los familiares de las víctimas, que todos los terceros días del mes se han venido congregando en la Plaza de la Virgen de la ciudad levantina para exigir que el caso no fuera postergado. “Son un ejemplo de dignidad de la lucha, de no resignarse”, apunta el periodista, que adelanta que tienen previsto sacar a la palestra en esta temporada otros temas relegados a un segundo plano informativo. “Sin ellos no se hubiera hecho un Salvados; son ellos los que han mantenido la llama viva”.

Arropado por la crítica y el público, que la pasada temporada sumó de media 3.041.000 espectadores y un 14,8% de la cuta de pantalla, el popular Salvados no se ha podido zafar siempre de las voces discrepantes. Especialmente las que resuenan en las redes sociales, donde sus artífices han sido tildados en ocasiones de "populistas". “Que cada uno opine lo que quiera, yo no tengo la sensación de hacer populismo ni demagogia”, afirma Évole. “También dicen que somos sesgados, pero si creer en lo público es ser sesgado, sí que lo soy. Todo es muy subjetivo, y muchas veces cuando se quiere criticar se usa esta terminología, pero a mí me gustaría que lo argumentasen, porque si no son solo palabras”.

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En un momento en el que el periodismo ha reaccionado ante la impunidad y la alevosía, tanto a través de programas como el que él conduce como con la aparición de diferentes medios alternativos, Évole evita caer en la autocomplacencia y reconoce que, ante la inminencia de la crisis, “deberíamos haberla intuido antes de lo que la intuimos”. “Hace unos años miramos hacia otro lado. Era como 'no me vengas con malos augurios”, afirma el presentador, que subraya que “yo también miré hacia otro lado”.

Ante los ataques que algunos de estos medios independientes han sufrido en las últimas semanas, como infoLibre, cuya web ha sido tumbada hasta en cuatro ocasiones tras recibir amenazas de la extrema derecha, el periodista asegura esperar "que se trate de hechos aislados y que no se repita. Espero que se pueda informar de lo que se quiera y como se quiera: me parece terrible que a estas alturas del siglo XXI también se den premios a la libertad de expresión, que es algo que tendría que estar superado. Frente a los ataques, espero que surja la solidaridad entre los que nos dedicamos a esto"

Inmerso en un universo catódico que parece estar cada vez más copado por los debates y las tertulias en vez de por los espacios de investigación, Évole recalca el siempre importante factor de que los primeros son “más baratos”. “Pero no digo que la televisión se pueble de reportajes o documentales: tiene que haber de todo. El punto en el que estamos en el que el género estrella es la tertulia denota que es una manera eficaz de hacer muchas horas de programa. Esto no lo digo como una crítica, aunque constato que son muchas horas”.

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