Este martes, coinciendo con el
70º aniversario de la liberación del campo alemán nazi de exterminio Auschwitz-Birkenau (Polonia), el programa de laSexta
El Intermedio entrevistó a José Alcubierre, un
superviviente de otro campo de concentración, el de
Mauthausen, en Austria, conocido por los miles de republicanos exiliados en Francia que fueron trasladados al recinto de exterminio entre los años 1940 y 1945.
La entrevista tuvo lugar durante la presentación del libro
Los últimos españoles de Mauthausen, de Carlos Hernández de Miguel, una obra que denuncia la
complicidad de Franco en la muerte de más de 5.000 españoles en Mauthausen.
El colaborador del programa Gonzo recordó la historia de Alcubierre, un hijo de padres republicanos que se vieron
obligados a escapar a Francia cuando las tropas franquistas comenzaron a hacerse fuertes en Cataluña. En el país galo fueron recluidos en campos de refugiados, –"muy parecidos a los campos de concentración", apuntó el reportero–. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, Alcubierre y su familia fueron
enviados en un tren, conocido como el
convoy de los 927, al campo de Mautahusen.
Nada más apearse del tren, Alcubierre, que tenía 14 años, fue separado de su madre, a la que nunca volvió a ver. "Las mujeres se quedaron en el vagón y los hombres bajamos al andén.
No la vi nunca más", recordó. Así, Alcubierre permaneció con su padre, que fue obligado a realizar trabajos forzados en la cantera del campo.
"Un día, nos reunieron a todos los españoles y empezaron a hacer una selección y sacaron a la mitad. Me abracé a mi padre cuando lo sacaron, pero me dijeron 'no, tú aquí', y
cuando vi que venián dos de las SS –el cuerpo militar nazi–
dije 'papá, adiós'", señaló, en un inevitable momento de tristeza y emoción. Su padre fue llevado a un campo cercano, el de Gusen. Alcubierre quiso matizar que
su padre no murió, "lo mataron".
"
Franco estaba al corriente de todo. Le preguntaron qué quería que hicieran con nosotros y dijo que hicieran lo que quisieran, que no éramos españoles", detalló Alcubierre. Fue entonces cuando les pusieron el distintivo del triángulo azul, que significaba "apatrido, sin patria", especificó el hombre, que afirmó que el Estado español nunca reconoció ni ha reconocido el sufrimiento al que fueron sometidos los españoles en aquellos campos de concentración nazis . "Nadie quiso saber nada de nosotros", apostilló.
Preguntado por si mereció la pena defender la República teniendo en cuenta el sufrimiento por el que pasaron a causa de ello, Alcubierre, casi entre lágrimas, dejó claro que está "orgulloso" por ello.
"Sé lo que soy", concluyó.
Escalofriante. Qué país más cicatero y mediocrón, qué políticos miserables y cuánta incultura. Estos hombres deberían ser nuestros iconos para no olvidar ni un momento el peligro de los autoritarismos, los fascismos, el odio y los fanatismos de cualquier clase. Ya se ocupan de esconderlos.
Responder
Denunciar comentario
0
0