PORTADA MAÑANA
Ver
El fundador de una sociedad panameña del novio de Ayuso gestiona los chequeos médicos de la Comunidad

Fotoperiodismo

Andrés Kudacki, el testigo de los desahucios

Carmen, la anciana de 85 años desahuciada de su casa en el barrio de Vallecas.

Eduardo Granados Reguilón

“Y, por último, gracias a todas las personas que me abrieron la puerta de sus casas”. Así, con voz temblorosa y muchos sudores, terminó su discurso. Andrés Kudacki (1974), fotógrafo argentino, colaborador de Asociated Press, recogía un premio más a su cobertura del conflicto de la vivienda en España. Y ya van casi una decena. Esta vez fue en el mayor festival internacional de fotoperiodismo, el Visa Pour l'Image, que se celebra en Perpignan durante el mes de septiembre desde hace 27 años. Aprovechamos la oportunidad para hablar con él.

La palabra “desahucio”

“Antes de llegar a España, allá por 2005, no conocía la palabra desahucio”, admite Andrés Kudacki mientras mastica un panini en la última planta del concurrido Palais des Congrès, centro de operaciones del festival. “Aunque también sucedían, nadie sabía su verdadero significado. Ahora como que todos entendemos la palabra. Es más, está presente en la agenda política constantemente y es una de las principales reivindicaciones de cara a las futuras elecciones por parte de algunos partidos”, aclara. Y nosotros, ¿sabíamos lo que era la palabra desahucio en 2005? Tal vez sepamos lo que realmente significa gracias al trabajo que Kudacki y otros compañeros de profesión (Jaime Alekos, Rodrigo García...) han realizado durante los últimos años.

Kudacki comenzó en 2012, año en el que, según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se llevaron a cabo 101.034 desahucios. “Me pareció que era interesante documentar esta realidad en un momento de crisis financiera tan grande donde las consecuencias de la burbuja inmobiliaria se veían claramente en el momento en que se ejecutaba un desahucio. Es el reflejo de la crisis porque se viven situaciones donde se ve el impacto más claro sobre la gente”. De forma constante y obsesiva, Kudacki ha tratado de documentar cientos de desahucios en Madrid. Siempre de la misma forma: conociendo previamente la historia de los afectados, utilizando más la libreta que la cámara, durmiendo en sus casas o madrugando mucho para llegar antes de que la policía acordonase la zona, intentando ser invisible y siempre sabiendo cuál es su objetivo: “contar lo que pasa de la forma más honesta posible”.

Dice Kudacki que esto es fundamental para un periodista: saber qué papel desarrollas en la casa. “Pongamos el ejemplo del activista. Este toma parte desde un lado, con una meta política inmediata; mientras que el periodista no está preocupado por tratar de dar una solución, sino por contar la historia para que la sociedad se haga preguntas”, explica Kudacki con cautela. “Muchas veces un afectado te pregunta: ¿Qué hago? ¿Qué me conviene? Mirá, yo no te puedo decir. Tenés que decidir lo que te parece a ti. Nosotros tenemos la ambición de dudar, de ser críticos para contar lo más fiel a lo que está pasando. Los objetivos entre activistas y periodistas son diferentes”, concluye Kudacki, reconociendo que muchas personas no entienden esta actitud “tan estricta” y que por ello ha sufrido recriminaciones. “Pero generalmente los grupos de activistas, la PAH, siempre me han dado acceso”.

Un policía hace guardia después del desahucio de Isabel, embarazada de dos meses, con su marido y sus tres hijos. 

“¿Pero tendrás una opinión sobre la política adoptada por el gobierno durante la crisis, verdad?”, pregunto. “Sí, claro”, contesta después de unos segundos. “Digamos que tanto este gobierno como el anterior han tenido una continuidad política y económica”, admite Kudacki en referencia a los vetos impuestos por el PP y el PSOE a las iniciativas que otros grupos promovían para solucionar el problema de los desahucios. “Las primeras medidas fueron de rescate a los bancos. Luego hubo más ayudas de rescate a la banca y más tarde se empezaron a ver las consecuencias en la gente normal, para quien no hubo rescate. Y así empezaron los ajustes sobre la gente en educación, salud, servicios sociales. Unos recortes que afectan a todos, pero sobre todo a quienes menos tienen”, explica.

“En cuanto a la política de la vivienda, cuando la gente empezó a no poder pagar la hipoteca sintió que no tuvieron el mismo trato que tuvieron los bancos. Y por eso creo que el Gobierno podría haber hecho mucho más para evitar el drama que significan los desahucios: buscando más alternativas habitacionales, negociando con los bancos porque los bancos se han quedado con un montón de pisos vacíos y la gente tiene que ir y ocupar un lugar y vuelta a ser desalojada, cuando hay un montón de gente que está dispuesta a poder pagar un alquiler social que sea asequible a sus necesidades durante la crisis. Luego, estoy seguro de que podrá pagar el completo. Pero, ¿qué alquiler puede pagar una familia que sobrevive con 400 euros al mes?”, se pregunta el fotógrafo.

El caso de Carmen

Algo así se preguntó Carmen. Una mujer de 85 años que vivió siempre en su barrio, cuyo hijo perdió el trabajo y no pudo pagar el préstamo, por lo que fue desalojada de su hogar el pasado 21 de noviembre después de haber trabajado durante toda su vida. “Una de las frases que dijo mientras lloraba en su habitación fue algo así como que 'a los bancos los rescatan y a nosotros no nos ayudan nada'. Creo que ese es el sentir general de los ciudadanos”, destaca Kudacki. “Además, la foto tuvo tanta repercusión, desde apoyos masivos en las redes sociales hasta equipos de fútbol que se implicaron en el problema, porque refleja la desesperación y los sentimientos de dolor de esta persona. Tengo la sensación de que mucha gente ha visto en Carmen a su abuela, su propia abuela”.

Carmen, la anciana de 85 años desahuciada de su casa en el barrio de Vallecas. 

Kudacki recuerda ese caso como si fuera ayer. “La policía entró y lo primero que hizo fue desalojar a los periodistas. Éramos dos fotógrafos e intentó agredirnos con algún porrazo a nuestros objetivos”. Tarde. La foto ya estaba hecha. “Y es que parece que al gobierno de Rajoy le preocupa más la difusión de la problemática de los desahucios que el hecho de que haya desahucios en sí. Le preocupan más unos tuits o unas fotos que las propias víctimas”. “Pero lo verdaderamente importante”, concluye Kudacki, “es que a partir de ahí la sociedad se mostró más humana, más sensible con los desalojos. Se consiguió una solución para Carmen, sí, pero me quedo con que esta historia ha permitido sensibilizar a la sociedad española y espero que mi trabajo sirva para cambiar la vida de un gran número de personas”.

“Hablabas de la policía. Otro de los actores principales en los desahucios”. “No tanto”, corta. “Es cierto que el trato con ellos ha sido difícil: ha habido muchos casos de violencia con compañeros y falsas acusaciones”. Kudacki fue arrestado, pasando alguna que otra noche en el calabozo, y tuvo que esperar año y medio para declarar ante un juez que él solo hacía su trabajo. “Algunos policías te ven como enemigo y entonces tratan de usar esa autoridad para ponerte difícil trabajar”, admite Kudacki, quien más de una vez ha tenido que huir escondiendo tarjetas de memoria en lugares insospechados para que la policía no borrase sus fotos. “Siempre hay esas fricciones, pero, como te decía, yo pienso que si hay un actor principal es quien puede poner fin a este drama. Y ese es el Gobierno”.

No fue fácil

Este argentino, “fotógrafo antes que fotoperiodista”, original Buenos Aires, creció en las afueras de la capital, donde la mancha urbana termina y comienza el campo, en la ciudad de General Rodríguez. “Recuerdo que no fue fácil. La violencia que había en mi casa era terrible. Llegué al punto de estar desesperado porque no tenía la ayuda de nadie. No podía escaparme de esa realidad. No sabía qué hacer”, confiesa Kudacki. “Entonces tuve mi primer contacto con la cámara”, dice mientras esboza una sonrisa al recordar la anécdota. “Quería hacer una foto de cuando mi papá me atacaba. No sabía usarla, pero fue como un acto reflejo. Creo que ahí, de alguna manera, ya aprendí que la cámara era un medio para denunciar algo que te pasa. Para gritar, para pedir ayuda a otras personas que no conocen tu realidad”, recuerda Kudacki con cierta incredulidad. “A veces me sorprende haber crecido en esa violencia, cómo no me afectó, cómo no me volqué hacia otro lado para escapar de esa realidad”, se pregunta. 

Después de ese acto de rebeldía no volvió a coger la cámara hasta que un amigo fotoperiodista le prestó una. Kudacki estudiaba Medio Ambiente y uno de las primeras historias que documentó, allá por 1998, fue sobre la vida de las comunidades indígenas en el sur de Argentina, en la Patagonia. Su trabajo tuvo una gran repercusión a escala nacional. Llegó a exponer en el Centro Cultural Borges, uno de los lugares más importantes de Buenos Aires y su peculiar apellido ya se empezaba a conocer. Y, tras colaborar con diferentes universidades de los países nórdicos, decidió emigrar a Europa.

“Me fui a Dinamarca porque mi pareja estaba ahí. Recuerdo que las leyes de inmigración eran muy duras y necesitaba urgentemente un trabajo para que no me echaran del país”, rememora Kudacki entre risas. “Entonces, encontré un trabajo relacionado con el periodismo”, bromea. “De madrugada y con -20 grados, repartía por casas los principales periódicos de Dinamarca: Politiken, Jyllands-Posten… Los mismos periódicos que ahora publican mis fotos casi a diario. Y es que la vida se voltea mucho”, explica.

Una de las personas a las que Andrés Kudacki siempre agradece y por las que tal vez ya no está “repartiendo periódicos en el frío Copenhague” es Emilio Morenatti, fotógrafo de AP. “Yo creo en mi vida, bueno, en la vida de todas las personas; siempre hay alguien que apuesta por vos, que te da la confianza y eso me pasó con Emilio”, reflexiona con los ojos iluminados. “Él ha hecho posible que yo esté, por ejemplo, hablando aquí contigo y fotografiando las realidades que cuento al mundo”.

“¿Y por qué lo haces? ¿Por qué fotografías?” “¿Cuándo hago fotoperiodismo te refieres?”, dice después de unos segundos dudando. “Sí, yo creo que lo importante del trabajo, lo que te mueve, es tratar de conseguir que la sociedad sea más humana, que se vaya mejorando. Por eso siempre andamos mostrando noticias malas, porque creemos que sobre eso se puede hacer algo para que la situación cambie. Si es que de verdad se puede cambiar”.

_________

Reconocimientos más destacados sobre su cobertura de los desahucios en España:

- Finalista de los Premios de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña 2015 de Médicos del Mundo.- Ganador del premio ANI-Pix Palace, en el Visa Pour l'Image 2015.- Tercer puesto en el Picture of the Year International 2013 en la categoría de Contemporanean Issue. - Galardón Enrique Meneses por el segundo Premio Nacional de Fotoperiodismo 2015.

Otros fotoperiodistas que llevan años documentando la problemática de la vivienda en España desde hace años:

- Jaime Alekos (Ver vídeo)- Olmo Calvo: (

Ver web)- Alejandro Martínez: (

Ver web)- Rodrigo García: (

Ver web)- Juan Zarza: (

Ver web)

El galardonado fotoperiodista Andrés Kudacki. 

La Policía Local de Valencia no prestará servicio en los desahucios

La Policía Local de Valencia no prestará servicio en los desahucios

Fotografías que ilustran el reportaje:

Foto 1: Un policía hace guardia después del desahucio de Isabel Morales Bachiller, embarazada de dos meses, con su marido y sus tres hijos. Hace dos y medio ocuparon un pequeño apartamento vacío de Bankia en el barrio de Entrevías de Madrid y, a pesar de intentar negociar con el banco el posible pago de una pequeña renta, fueron desalojados.

Foto 2: Carmen, 85 años, vivió toda su vida en el barrio de Vallecas hasta que el pasado 21 de noviembre fue desahuciada después de que su hijo se quedara en paro y no pudiera hacer frente al préstamo del banco. “Al hacer la foto sentí que me pegó un golpe. Sabía que no era una foto más”, dice su autor, Andrés Kudacki.

Más sobre este tema
stats