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La plantilla de Unidad Editorial pide bajas voluntarias con 45 días y prejubilaciones desde los 55 años en lugar de los despidos

La plantilla de Unidad pide bajas voluntarias con 45 días y prejubilaciones a partir de los 55 años en lugar de los despidos

Los trabajadores de Unidad Editorial piden la retirada de los 224 despidos que plantea la empresa y que sean sustituidos por bajas voluntarias con indemnizaciones de 45 días por año y por la eliminación de los planes de pensiones de los directivos. Además, reclaman la supresión de los 12 vehículos de empresa de que dispone la cúpula y de las subidas de sueldo unilaterales que el grupo ha concedido a algunos empleados después de los recortes salariales practicados en 2014.

Tras el éxito de la huelga del pasado martes, que impidió la llegada a los quioscos de El Mundo el día siguiente, los representantes de la plantilla volvieron a sentarse este jueves con la dirección para seguir negociando el cuarto Expendiente de Regulación de Empleo (ERE) sufrido por el grupo desde 2009. De momento –la reunión continúa este viernes– la empresa no ha presentado ninguna propuesta que sustituya a la inicial y que los trabajadores consideran “inaceptable”.

Únicamente, según fuentes sindicales, ha insistido en detallar su plan para reorganizar las redacciones de los tres periódicos del grupo –El Mundo, Expansión y Marca– y el resto de sus publicaciones. En concreto, cómo debe ser la nueva área de contenidos transversales que pretende crear y que supondría el despido de 16 personas.

Así que los representantes sindicales han presentado su propia propuesta que, además de las medidas citadas, incluye prejubilaciones voluntarias para los mayores de 55 años con el 90% del salario neto y la eliminación de las subvenciones de comedor a quienes no disfrutaban de vales de comida. A falta de que la empresa cuantifique el ahorro en costes laborales que persigue con los 224 despidos, los representantes de los trabajadores ofrecen discutir cualquier otra medida en el mismo sentido que las planteadas para evitar las extinciones de contrato, aseguran las mismas fuentes.

Tras la reunión, Unidad Editorial ha asegurado que “valorará “las propuestas para reducir el número de despidos y “atenuar las consecuencias” del ERE, pero “siempre en el marco de la consecución del objetivo de equilibrar las cuentas de la compañía”.

Hasta el momento, la oferta de la empresa son 30 días por año trabajado de indemnización con un máximo de 12 mensualidades para los 224 despedidos. También prejubilaciones para los trabajadores mayores de 59 años con un 65% del sueldo. Además, está dispuesta a estudiar un plan de bajas voluntarias. Pero la indemnización de 30 días que ofrece se pagará en dos plazos: 20 días en el momento de abandonar el periódico y otros 10 días al cabo de un año.

Por su parte, en un comunicado a la plantilla la comisión negociadora ha anunciado que convocará asambleas el próximo lunes para debatir las ofertas que la empresa haga este viernes. Para el martes está convocada una segunda jornada de huelgauna segunda jornada de huelga.

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La nota replica también a las “acusaciones infundadas” lanzadas la víspera por la dirección en otro comunicado sobre “incidentes” y “coacciones” sufridos el pasado martes por los trabajadores que no quisieron hacer huelga. “Las fuerzas de seguridad presentes en el lugar [la entrada de la sede de Unidad Editorial, donde se concentraron más de un centenar de trabajadores] nos comunicaron que la protesta se desarrolló sin incidentes y felicitaron por ello a los organizadores”.

La víspera un comunicado de la dirección aseguraba que se habían producido “coacciones, amenazas, insultos, y golpes” en los vehículos de los trabajadores que no secundaron la huelga “por parte de un grupo de personas concentradas en la puerta de acceso a las instalaciones”. Según han relatado a infoLibre algunos de los que estuvieron presentes, la protesta fue pacífica en todo momento. “Hubo gritos y pitadas, sí, y sólo el coche del presidente, Antonio Fernández-Galiano, recibió, como mucho, un manotazo”, explican, “la Policía Municipal ni intervino”.

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