Lo que ha hecho Rajoy estos cuatro años para que RTVE no sea la BBC

TVE era líder de audiencia en 2012 y en 2016 es tercera, muy lejos de Telecinco y Antena3. Sus informativos, entonces también líderes y premiados en la categoría de "mejor telediario del mundo", pierden ahora liderazgo y credibilidad y son denunciados por "falta de independencia y pluralismo" ante el Parlamento Europeo. RTVE se sitúa al borde de la quiebra financiera tras sufrir recortes de más de mil millones en la legislatura. Tan sólo tiene dos estudios propios en funcionamiento tras vender, de manera apresurada y por debajo de los precios de mercado, los Estudios Buñuel.

En este contexto, Mariano Rajoy afirmó este jueves, en plena campaña electoral y ante los micrófonos de RNE, que los principales partidos políticos de España deberían ponerse de acuerdo "para tener un televisión pública independiente y financiada que no sea objeto de disputas entre nadie como puede ser la BBC en el Reino Unido". La frase causó enorme revuelo y desencadenado críticas políticas y profesionales. Veamos por qué.

La 'herencia recibida'

TVE termina 2011 líder de audiencia, con un 14,5 de cuota de pantalla. Los informativos siguen en cabeza desde hace cuatro años, con un 18,1% de cuota y cinco puntos de ventaja respecto a la siguiente cadena. Durante esta etapa el TD2 recibió los premios al Mejor telediario del mundoy Mejor información internacional. Mantiene series de éxito, algunas de las cuales suponen un fuerte anclaje para los espectadores, como ocurre en la sobremesa con Amar en tiempos revueltos, y obtiene cifras millonarias con las trasmisiones de la Champions League.

No obstante, los 1.200 millones que tiene como presupuesto originan desequilibrios tras haber renunciado a la emisión de publicidad dos años, y carece de presidente tras la renuncia de Alberto Oliart en junio y no alcanzarse un consenso político para nombrar sucesor.

El PP rompe el consenso

El 20 de abril de 2012, el Consejo de Ministros aprueba por decreto la ley de elección de presidente por mayoría simple, que permite al PP designar en solitario al candidato. En junio es nombrado, por este procedimiento, Leopoldo González-Echenique y Julio Somoano sustituye a Fran Llorente al frente de los informativos. Sucesivamente abandonan TVE periodistas como Pepa Bueno o Ana Pastor, y son apartados de sus puestos la mayor parte los presentadores, editores y jefes de área nombrados en los últimos ocho años. En paralelo, salen de RNE Juan Ramón Lucas y Toni Garrido.

El desplome de los telediarios

Menos de un año después (marzo de 2013) nace infoLibre y en una de sus primeras ediciones constata que los informativos han perdido más de setecientos mil espectadores, uno de cada cuatro. Las quejas del Consejo de Informativos hablan de una “progresiva pérdida de pluralidad de enfoques y opiniones” y se "evita dar contexto a los temas conflictivos que pueden incomodar al Gobierno o al partido que lo sustenta, como, por ejemplo, el caso Bárcenas".

La subdirectora, Cecilia Gómez, cesa, tras conocerse un correo electrónico en el que critica al Consejo de Informativos por un error de envío. El órgano de representación de los trabajadores hace público su descontento por el traslado a la madrugada de Informe Semanal, el programa decano de los informativos en televisión, así como las presiones de la dirección para manipular el trabajo de los profesionales. El desencuentro entre redacción y dirección se traduce en cifras por medio de una encuesta en la que dos de cada tres periodistas de los telediarios se mostraba "insatisfecho"con lo emitido.

Se denuncia el tratamiento dado a asuntos como el caso Bárcenas, la financiación ilegal del PP, las sucesivas Diadas de Cataluña, los negocios del ministro Miguel Arias Cañete y un largo etcétera, que se entremezclaba con dislates a la hora de abordar los asuntos sociales, minimizando las protestas por los recortes en sanidad y educación, las manifestaciones contra la reforma de la ley de aborto o el recorte de derechos ciudadanos. A cambio, los telediarios glosaban la importancia de la oración para remediar el paro o calificaban como "provocativa" la vestimenta de las adolescentes.

Antes de llegar el verano, TVE pierde por primera vez una cobertura electoral, al ser superado por laSexta en el especial con motivo de las elecciones europeas. Una de las últimas actuaciones de Julio Somoano tuvo lugar en agosto, cuando destituyó por presiones del Gobierno a la corresponsal en Gaza, Yolanda Álvarez, tras ser acusada por Israel de estar a favor de los palestinos.

Llegan Sánchez y Gundín

En septiembre de 2014, dimite Echenique y le sustituye José Antonio Sánchez, director hasta ese momento de Telemadrid, que había sido el máximo responsable de RTVE con Aznar. Para dirigir los informativos es designado José Antonio Álvarez Gundín, exjefe de opinión del diario La Razón. Los nombramientos son contestados por los representantes de la redaccción, que recuerdan el tratamiento informativo que recibieron el Prestige, la cobertura de la guerra de Irak o el tratamiento de los atentados del 11-M durante su anterior etapa. A mediados de octubre presentan en la Asociación de la Prensa de Madrid el escrito Ante una situación límite, apoyado por la firma de mil quinientos trabajadores, en el que se denuncia ante la opinión pública la utilización partidista y al servicio del Gobierno de los informativos de la televisión pública. Pocos días más tarde, rechazan abrumadoramente a Gundín en una consulta no vinculante.

A partir de entonces, se suceden sentadas, manifestaciones internas y en las calles. Nace el lazo naranja en defensa de una RTVE libre de censuras y manipulaciones. Estalla el escándalo tras filtrarse el audio previo a la entrevista a Pablo Iglesias en que los periodistas bromean sobre el trato que debe recibir el líder de Podemos. TVE pierde a su representante en la Unión Europea al cesarla tras haber sido elegida presidenta de la UER por el resto de delegados. El Consejo de informativos hace público un nuevo informe en el que revela que "en la redacción de los Telediarios, hay informadores que han estado tres semanas sin hacer una pieza; se ilustra el juicio a los directivos de una caja de ahorros con imágenes del que se realizó a dos etarras; se copian párrafos textuales de un periódico o los telediarios ofrecen una información que califican de exclusiva sobre un presunto fraude en los cursos de formación en Andalucía, y el documento lleva como membrete Presidencia del Gobierno de España... TVE ya no es fiable", concluyen.

En abril, miembros del Consejo de Informativos denuncian ante el Parlamento Europeo que la manipulación y la "redacción paralela" han convertido a TVE en un medio al servicio de la propaganda del PP. La dirección lleva la censura hasta el ridículo al no emitir un reportaje sobre un comic de Ibáñez referido a Bárcenas, mientras se empeña en dar vía libre a un programa de Ernesto Sáenz de Buruaga con producción externa, que tiene que retirar a las cuatro semanas por no conseguir datos mínimos de audiencia. En las elecciones autonómicas y municipales de mayo, y tras ningunear a Podemos y Ciudadanos, laSexta dobla en audiencia a TVE.

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Sin embargo, José Antonio Sánchez no cede: declara en sede parlamentaria que "es y será votante del PP", invita al personal a que renueve su jura de bandera en el cuartel al que pertenecían las fuerzas militares que ocuparon Prado del Rey el 23-F o prohíbe que se den imágenes de todos los grupos políticos del Congreso, excepto el PP, a favor de una RTVE profesional e independiente.

Tras las elecciones de diciembre, con nueva derrota de los especiales preparados por TVE, partidos políticos, sindicatos, asociaciones profesionales de dentro y fuera de España y órganos de representación laboral y profesional, insisten en reclamar que TVE sigue al servicio de la propaganda del PP, pero Sánchez y Gundín se atrincheran con el apoyo de Mariano Rajoy.

Cuatro años después, aquella TVE que se codeaba con las mejores cadenas públicas del mundo, prosigue su mengua de espectadores y arrastra un tremendo descrédito informativo. No cabe duda que ese viaje hacia la BBC que propone ahora Rajoy es mucho más largo y difícil que nunca. Recuperar la televisión pública que el actual presidente en funciones encontró no precisa solo del consenso que él rompió, sino de años de trabajo independiente y profesional.